“Se trata de una irresponsabilidad que me atrevería a calificar de criminal”
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| Imagen referencial. Crédito: Josh Applegate / Unsplash |
Diversas organizaciones feministas ya convocan a manifestaciones
en diversas partes de España. En la capital Madrid se han autorizado marchas
pidiendo que no excedan las 500 personas.
Para el experto de salud de la administración del socialista Pedro
Sánchez “no es lo mismo
estar debajo de un paso de Semana Santa transportado por muchas personas, que
en una manifestación de 500 donde se pueden mantener las distancias”.
El delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, dijo a la
radio pública Onda Madrid que las peticiones que han recibido para la
realización de marchas en la capital española “no se han prohibido porque
mantienen los parámetros exigibles ahora mismo en esta situación de pandemia”.
En diversas comunidades autónomas españolas ya se han anunciado
importantes restricciones a las celebraciones de Semana Santa y otras
celebraciones tradicionales vinculadas a la Iglesia, como los “sanfermines” en
Navarra, que no se realizarán este año.
En declaraciones para ACI Prensa, Luis Losada, director de
campañas de CitizenGO en Hispanoamérica, dijo que “resulta indignante que
habiendo renunciado a las fallas de Valencia, a la Semana Santa y a los
sanfermines, las feministas insistan en su celebración”.
“Seguimos con toques de queda y cierres perimetrales. Los bares
también sufren restricciones, han muerto casi 100 mil personas, la economía ha
caído más del 10%, cientos de miles han perdido su empleo, pero las feministas
tienen otras prioridades”, criticó.
“Se trata
de una irresponsabilidad que me atrevería a calificar de criminal”,
añadió.
Losada recordó que “está demostrado que el pasado 8 de marzo fue
factor grave de expansión del virus. La misma vicepresidenta Carmen Calvo y la
ministra Irene Montero resultaron contagiadas. Y aún así insisten”.
Para Losada se trata de “una
muestra de que su ideología es para ellas un valor absoluto.
Como decía Chesterton, cuando se deja de creer en Dios, se termina por creer en
cualquier cosa”.
Por su parte, el sacerdote español Juan Manuel Góngora, que cuenta
con más de 31 mil seguidores la red social Twitter, lamentó que “estos días
estamos contemplando estupefactos cómo en plena pandemia, la Delegación del
Gobierno en Madrid va a autorizar las manifestaciones del 8M con medidas
irrisorias”.
“La permisión de estas concentraciones es una tomadura de pelo para todos los
ciudadanos que estamos cumpliendo las medidas impuestas y
constituye una vergonzosa doble vara de medir para con unos y otros”, criticó.
“A la par escuchamos ya 24/7 que este año hay que actuar como si
‘la Semana Santa no existiese’”, añadió.
El sacerdote indicó que “si el domingo de Resurrección salgo con
la custodia con el Santísimo en mano, por la puerta del templo que administro
mientras los feligreses me acompañan debidamente separados, ¿qué autoridad
tiene el poder político para imponerme una multa?”.
“Los
católicos debemos dejar de ser timoratos frente a unos gobernantes sectarios,
actuar con valentía y reivindicar nuestro derecho a manifestar públicamente
nuestra fe respetando las medidas sanitarias. Las que verdaderamente responden
al cuidado de la salud y en las que otros se camuflan para coartar la
libertad”, expresó.
El también español P. Francisco José Delgado denunció que
“llevamos todo este tiempo soportando una auténtica ‘demonización’ del culto
católico, a pesar de que no se conoce en España ningún foco asociado a las
actividades de culto”.
“A la vez, vemos cómo los actos de la religión estatal, pues las
marchas del 8M no son otra cosa, son promovidos descaradamente por parte del
Gobierno, la parte que corresponde a Podemos”, señaló.
Para el P. Delgado “que se desaconsejen estas marchas desde el
Ministerio de Sanidad se lee más desde la confrontación política entre los
partidos del gobierno, que desde la verdadera preocupación por la salud de las
personas, que ha estado ausente de las decisiones tomadas desde que empezó la
pandemia”.
“En nuestro caso, como Iglesia es difícil distinguir qué parte de
nuestras restricciones autoimpuestas pertenece a la prudencia y qué parte corresponde
a una postura ante el mundo. Nos toca obedecer, y en la mayoría
de los sitios no tendremos procesiones, obedeciendo a los obispos”, dijo.
“Pero quizá habría que ir planeando la tarea de reconstrucción
espiritual que debe venir después de todo esto, porque la agenda ideológica del
mundo no va a retroceder un milímetro, mientras que nosotros parecemos estar en
retirada”, lamentó.
De acuerdo a la universidad estadounidense especializada en
medicina Johns Hopkins, al 25 de febrero se han confirmado en España 3.180.212
casos de COVID-19, con 68.813 muertes.






