En España existe un creciente y grave problema que se llama «desigualdad social», insistió el cardenal
En el mismo mensaje, ha pedido
«que seamos más solidarios con quienes más lo necesitan».
«Desigualdad social»
Precisamente sobre la
«desigualdad social» incidió el presidente de la Conferencia Episcopal Española en su discurso de
inauguración en la XCL
Asamblea Plenaria. Durante sus palabras recordó «que la pandemia ha
sacado a la luz muchas de las heridas
que no habían cicatrizado».
En España existe un creciente y
grave problema que se llama «desigualdad social», insistió el cardenal. «Este
es un reto que tenemos que abordar para asegurar la dignidad de todos y la
necesaria justicia social que es siempre garantía de paz social.
El arzobispo de Barcelona subrayó
que «ahora
es el momento para la verdadera política, que sume a todas las partes y que
trabaje para el bien común de toda la sociedad y el fortalecimiento y
credibilidad de las instituciones en las que se asienta nuestro sistema
democrático».
Para ello, pidió a las
administraciones «serán necesarias reformas estructurales que superen el vaivén
de intereses electorales cortoplacistas. La política existe para servir y ahora
está llamada a servir más que nunca y a olvidarse de la consecución de
intereses partidistas o su imposición ideológica aprovechando la crisis
humanitaria y social que padecemos».
Respuesta de la Iglesia
La Iglesia, a través de Cáritas y de la amplia
red capilar de instituciones y comunidades cristianas, «está atenta a todas
estas necesidades y está respondiendo, dentro de sus posibilidades, de la mejor
forma posible». Como no puede ser de otra manera, matizó, «está llevado a cabo
un trabajo en red, en colaboración con otros grupos eclesiales, con entidades
civiles y de la administración pública, incluso con organismos
internacionales».
Principalmente ha tratado de
responder a las necesidades primarias, como la alimentación y medicación de
muchas personas que se han quedado sin ingresos económicos, el pago de
alquileres, recibos de la luz y del agua. «Sin embargo, somos
conscientes de que no nos podemos quedar en el asistencialismo de
emergencia; la deuda social con los más desfavorecidos incluye su promoción
como personas».
Fuente: Revista Ecclesia