La Iglesia, el mundo, la humanidad, necesitan tus buenas acciones, tus oraciones fervorosas y de tu apostolado
![]() |
| Creativa Images | Shutterstock |
No lo hagas. Dios te
necesita. Quiere que reflejes su amor al mundo entero.
No caigas en esa terrible y sutil tentación de abandonar tu
apostolado.
La Iglesia, el mundo, la humanidad, necesitan tus buenas acciones,
tus oraciones fervorosas y de tu apostolado.
¿Sabes qué es lo que más le duele a Jesús? Nuestra indiferencia brutal a su amor. No lo hagas tú. No seas indiferente a su llamado.
Responde amando
Responde al amor, amando, llevando adelante tu apostolado,
haciendo lo que Jesús un día te pidió y tú lo sabes.
“La
desconfianza de las almas desgarra Mis entrañas. Aún
más Me duele la desconfianza de las almas elegidas; a pesar de Mi amor
inagotable no
confían en Mí. Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente
para ellas”.
A veces te sientes incomprendido, piensas que no toman en cuenta
tus ideas, que nadie te hace caso o estás cansado y crees que pierdes tu tiempo
en ese apostolado, que mejor otro lo haga.
Hay un problema, Jesús no se lo pidió
a otro, sino que te lo confió a ti.
Te comparto este hermoso video de una abuelita que un día escuchó
desde el sagrario la voz de Jesús que le hacía una petición y le encomendaba
una misión.
Ella, a pesar de su edad, respondió “Aquí estoy, haré lo que me pides.” La entrevisté hace años sorprendido por lo que hizo.
También a Moisés le pasó
Con esos pensamientos, de abandonar tu
apostolado, me recuerdas a Moisés cuando Dios le pide que saque a
su pueblo de Egipto que vaya a hablar con el Faraón.
Moisés no lo aceptó a la primera, aun sabiendo que era Dios quien
se lo pedía. De mil maneras se excusó y trató de zafarse. Le decía a Dios que
era mejor que otro lo hiciera y no él.
Es un dialogo maravilloso que refleja
lo que estás viviendo, pensando en este momento crucial. Léelo con
atención:
«Moisés dijo a
Yavé: «Mira, Señor, que yo nunca he tenido facilidad para hablar, y no me ha
ido mejor desde que hablas a tu servidor: mi boca y mi lengua no me obedecen.»
Le respondió Yavé: «¿Quién ha dado la boca al hombre? ¿Quién hace que uno hable
y otro no? ¿Quién hace que uno vea y que el otro sea ciego o sordo? ¿No soy yo,
Yavé? Anda
ya, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar.»
Pero él insistió: «Por favor,
Señor, ¿por qué no mandas a otro?»
Esta vez Yavé se enojó con Moisés y le dijo: «¿No tienes a tu hermano Aarón, el levita? Bien sé yo que a él no le faltan las palabras. Y precisamente ha salido de viaje en busca tuya y, al verte, se alegrará mucho. Tú le hablarás y se lo enseñarás de memoria, y yo les enseñaré todo lo que han de hacer, pues estaré en tu boca cuando tú le hables, y en la suya cuando él lo transmita». Éxodo 4, 10-16
¿Y tú?
Ahora es tu momento, vamos… ¡Ánimo!
No permitas al demonio que te silencie o te saque del camino o te
desanime. Vales mucho a los ojos de Dios, por eso te llamó.
Haz lo que Dios te pide en bien de las almas y confía, que Dios es
TODOPODEROSO y nada imposible hay para Él.
Claudio de Castro
Fuente: Aleteia






