Santuario de Nuestra Señora del Divino Amor
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By Thoom | Shutterstock |
La Virgen del Divino Amor, imagen tan amada por los romanos que
dedicaron un importante santuario a la puerta de la ciudad, tiene más de un
evento milagroso en su historia.
Un peregrino
salvado por la Virgen
El primero se
remonta a la primavera del 1740, cuando un peregrino en su camino a San Pedro,
se pierde a unos doce kilómetros de la ciudad, en los campos desiertos de Castel
di Leva.
Desesperado y
cansado de buscar el camino que lo lleve a la ciudad, logra ver un castillo en
ruinas en lo alto de una colina, y se dirige al lugar con la esperanza de
obtener alguna información útil para volver al camino correcto.
Aterrorizado,
el pobre hombre mira hacia arriba y se da cuenta de que en la torre hay una
imagen sagrada. Es la Virgen con el Niño y la paloma que representa el Espíritu
Santo. Con todas sus fuerzas le suplica gritando: «¡Virgen mía, una gracia!».
De repente los
perros se calman como obedeciendo dócilmente a una orden misteriosa y aquel
grito desesperado llamó la atención de unos pastores que llegaron corriendo a
ayudarlo.
El peregrino
logró encaminarse de nuevo hacia el Vaticano, y a quien encontraba contaba lo
sucedido, se corrió la voz, y a Castel di Leva comenzaron a llegar
miles de fieles a pedir favores a la Virgen del Divino Amor.
Nuestra Señora
del Divino Amor
En la página
del santuario explica por qué la Virgen lleva el título de “Nuestra Señora del
Divino Amor”: significa que a María nunca se le debe separar de su divino
esposo, el Espíritu Santo.
Como para la
Santísima Virgen, también para cada uno de nosotros, sin el Espíritu Santo no
podemos actuar correctamente. Es el Espíritu Santo quien apoya la tarea de la
comunidad cristiana.
El santuario
A mediados de
la década de 1740, el icono se retiró de la torre y se colocó en la pequeña
iglesia cercana a Santa Maria ad Magos.
El lunes de
Pascua de 1745, se vuelve a trasladar la imagen a la nueva iglesia que se
construyó en su honor, y fue colocada y entronizada en el altar mayor.
El Papa
Benedicto XIV decidió conceder la indulgencia plenaria a los peregrinos que
llegaban a visitarla; no solo para el día lunes después de Pascua sino también
para los siete días siguientes.
En los
primeros años, se estima que los visitantes al santuario rondaban la cifra de
dos millones por año.
La Virgen
interviene para salvar a Roma
Lamentablemente,
durante la Segunda Guerra Mundial, el 7 de septiembre de 1943 toda la zona del
santuario viene bombardeada, y se decide trasladar la imagen de la Virgen a
Roma, a la iglesia de San Lorenzo in Lucina.
El Papa Pío
XII, ante la inminencia de la batalla por la conquista de Roma entre los nazis
y los aliados, invita solemnemente a los romanos a rezar por la salvación de la
ciudad.
La
concurrencia en San Lorenzo in Lucina aumenta tanto (el diario La
Civiltà Cattolica informa que se distribuían 15.000 comuniones diarias),
que se vieron obligados a trasladar la imagen de la Virgen a una iglesia mucho
más grande, San Ignacio de Loyola en Campo Marzio.
El 4 de junio,
se decidía la suerte de Roma. El mismo día a las 18.00 se lee el texto del voto
del pueblo romano a la Virgen del Divino Amor.
Se
comprometían a corregir su conducta moral, erigir un nuevo santuario y realizar
una obra de caridad en Castel di Leva, a cambio de que Roma se salvara de
la batalla entre los nazis y los aliados.
Esa misma
tarde los alemanes abandonan Roma y las tropas aliadas hacen su entrada
triunfal en la ciudad.
El 11 de
junio, Papa Pío XII celebra una misa de acción de gracias a Nuestra Señora del
Divino Amor, a quien se le otorga el título de Salvatrice dell’Urbe (Salvadora
de la Ciudad).
Un nuevo
santuario para la Virgen del Divino Amor
El pueblo
cumplió la promesa, aunque por varios problemas burocráticos se tuvo que
esperar hasta el 8 de enero de 1996 para que el cardenal vicario Camillo Ruini
colocara la primera piedra.
Juan Pablo II
inauguró el nuevo santuario el 4 de julio de 1999.
Hoy el
santuario se encuentra en una gran área verde, y los romanos aman visitar a la
Virgen el lunes después de Pascua (conocido en Italia como Pasquetta),
descansando y compartiendo un pic-nic en familia o con amigos en sus verdes
praderas.
Aparte, todos
los sábados, desde el primero después de Pascua hasta el último de octubre, se
realiza una peregrinación nocturna desde la medianoche, partiendo de la zona
del Circo Máximo.
Se llega al
santuario al amanecer, después de recorrer 14 km, y se celebra una misa en
honor a la Virgen del Divino Amor.
Maria
Paola Daud
Fuente: santuariodivinoamore.it