"Ustedes no tienen salvación", bromeó el Papa cuando un sacerdote le pidió oraciones para los brasileños
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| Antoine Mekary | ALETEIA |
Un
video en que el Papa Francisco hace una broma sobre los brasileños se hizo
viral en Internet.
A la salida de la audiencia
general del miércoles 26 de mayo de 2021, el sacerdote brasileño João Paulo
Souto Victor, de Campina Grande (PB), le pidió al papa Francisco: “Santo Padre,
rece por nosotros, brasileños”. El Papa, entonces, sonrió e hizo una broma:
“Ustedes no tienen salvación. Es mucha cachaza y poca oración”.
El video tuvo una amplia repercusión en las redes sociales, y la broma sobre los brasileños fue el blanco de muchos comentarios en las páginas de noticias y perfiles católicos. «Nuestro Santo Padre sabe cosas», bromeó un internauta.
Vale decir que varias veces Francisco ha
dicho que ama Brasil, el primer país que visitó como Papa y donde manifestó
interés en volver.
De dónde viene el buen humor del
Papa
La broma con los brasileños fue
solo un matiz del buen humor característico del papa Francisco. «Si no se
mantiene el sentido del humor, es muy difícil ser feliz», subrayó el Pontífice
en su libro de entrevistas «Dios es joven».
De hecho, con Francisco, el buen
humor ha roto barreras en el Vaticano. Él siempre tiene una sonrisa y una
alegría que le permiten vivir en armonía con todos.
Pero ¿cuál es el secreto para un
líder con tanta responsabilidad vivir en constante buen humor?
Para el Papa, el humor «es como
el agua que sale naturalmente efervescente de la fuente; hay algo más: [el buen
humor] entiende la vida, el movimiento», y la vida es «algo muy serio para ser
vivida seriamente».
Francisco también revela que,
para mantener la alegría y el humor, reza diariamente (y desde hace 40 años)
una oración a santo Tomás Moro, un hombre alegre y comprometido con los temas
más graves.
Esta es la oración:
Concédeme, Señor, una buena
digestión
y, también, algo que digerir.
Dame, Señor, un alma santa
que sepa aprovechar lo que es
bueno y puro
para que no se asuste ante el
pecado,
sino que encuentre el modo de
poner las cosas de nuevo en orden.
Concédeme un alma que no
conozca el aburrimiento
las murmuraciones, los suspiros y
los lamentos,
y no permitas que sufra
excesivamente por ese ser tan dominante que se llama yo.
Dame, Señor, el sentido del
humor;
concédeme la gracia de
comprender las bromas
para que conozca en la vida un
poco de alegría,
y pueda comunicársela a los
demás.
Amén.
Fuente: Aleteia






