Después de casi 30 años sin vocaciones, las religiosas dominicas del monasterio de Santo Domingo el Real, en Segovia (España), recibieron a Sor Evelyn del Niño Jesús, que realizó la profesión perpetua el pasado sábado 3 de julio
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| Crédito: Captura de Youtube. |
“Tenía toda la vida lujosa que
quería, pero me di cuenta de que nada podía realmente llenarme. Siempre buscaba
a Dios, buscaba la verdad, aunque no era muy religiosa”, aseguró.
Evelyn era protestante y se
convirtió al catolicismo por un amigo católico. Entendió que “quería vivir toda
su vida para Dios. No sólo hacer algo bueno, como una obra de caridad, sino
ofrecer toda la vida en unión con Jesús”.
Sin embargo, encontrar su
vocación como dominica fue un regalo de la universalidad de la Iglesia.
Ser azafata de vuelo le permitía
viajar con mucha frecuencia a Roma, y aprovechaba para rezar ante la tumba de
Santa Catalina de Siena, que está enterrada en la iglesia de Santa Maria Sopra
Minerva. Además, frecuentaba a las Hermanas de la Caridad de Madre Teresa de
Calcuta que le presentaron al sacerdote dominico que les celebra diariamente la
Misa. Fue él quien la puso en contacto con la comunidad de religiosos dominicos
en Singapur, donde uno de ellos es de Segovia, y le puso en contacto con la
rama femenina de la Orden de Predicadores en España.
La ahora religiosa explicó su
felicidad al responder a su vocación: “Cuando doy la respuesta a Dios y me
pongo de acuerdo con su voluntad, me siento feliz. Soy una pecadora, pero Dios
quiere que yo haga como un centinela ante el mundo para decir 'Dios está, hay
Dios, hay eternidad'. No tengo que hablar mucho, pero la existencia de una
monja de clausura puede hacer más que si estoy en el mundo, por su vida de
oración, por su vida de caridad con sus hermanas… Y aunque mucha gente ni
entiende nuestra vocación ni sabe nuestra existencia, la vocación de la monja
de clausura en el monasterio es como el corazón de un hombre, no se ve como las
manos, los ojos… pero es vital para que el hombre viva”.
Aunque para la familia de Evelyn
no fue fácil aceptar su vocación, “ahora están de acuerdo porque saben que
estoy feliz aquí”.
“Lo importante es que Dios nos
busca, hasta que nos damos cuenta”, “cuando empezamos a sentir que nos falta
algo porque lo que tenemos no nos llena hay que ser muy sincera con una misma y
saber lo que se quiere de verdad. La llamada es de Dios, nuestra parte es rezar
mucho por ellas [quienes pueden tener vocación]”, afirmó.
La ceremonia de votos perpetuos
tuvo lugar en la iglesia de Santo Domingo y fue presidida por el vicario
diocesano para la Vida Consagrada, el P. José Antonio García Ramírez, junto con
sacerdotes diocesanos y de la orden de predicadores.
Según recoge El Adelantado de
Segovia, el P. García Ramírez destacó que la valentía de Sor Evelyn para dar
“un giro definitivo a su vida” sólo se explica “porque Dios le ha tocado el
corazón y ha salido a su encuentro, y ella se ha puesto a caminar”.
En la actualidad, esta comunidad
cuenta con una postulante en fase de discernimiento de su vocación.
Por Blanca Ruíz
Fuente: ACI Prensa






