Para la Madre Teresa, cada gesto diario debía ir acompañado de una oración, como esta hermosa plegaria que rezaba cuando se vestía por la mañana
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Nada
mejor para empezar el día. Ora por la mañana para recuperar tu aliento interior
y ponerte en presencia de Dios. ¿Por qué no cuando llega el momento de ponerse
las sandalias? Como hacía la Madre Teresa todas
las mañanas…
«Oración cuando me visto»
Hábito: María, Madre
querida, permite que este santo hábito (besándolo) me recuerde mi separación
del mundo y sus vanidades. Haz del mundo nada para mí y hazme nada para el
mundo. Que me recuerde mi vestido bautismal y me ayude hoy a mantener un
corazón puro sin pecado.
Sari: Oh Santísima
Virgen María, cúbreme con el manto de tu humildad y haz que este sari
(besándolo) siempre me haga más como tú.
Crucifijo: haz que este
crucifijo (besándolo) me recuerde que soy la esposa de Jesús crucificado y que
por tanto debo vivir una vida de víctima en todo y llevar adelante Su obra como
Misionera de la Caridad.
Sandalias: Dame la
voluntad espontánea, amado Jesús, de seguirte cada vez que vayas en busca de
almas, sea cual sea el sacrificio que me requiera y por puro amor a ti.
Marzena Wilkanowicz-Devoud
Fuente: Aleteia