Cuántas veces, nosotros cristianos, que deberíamos ser los servidores intentamos trepar, ir hacia adelante”, indicó el Papa
| Papa Francisco en el rezo del Ángelus. Foto: Vatican Media |
Durante el rezo del Ángelus dominical de este 17 de octubre, el
Papa Francisco recordó la enseñanza de Jesús que consiste en que “la verdadera
gloria no se obtiene elevándose sobre los otros, sino viviendo el mismo
Bautismo” y advirtió nuevamente sobre el carrerismo, también en la Iglesia.
“La búsqueda del prestigio personal se puede convertir en una
enfermedad del espíritu, incluso disfrazándose detrás de buenas intenciones;
por ejemplo, cuando, detrás del bien que hacemos y predicamos, en realidad nos
buscamos solo a nosotros mismos y nuestra afirmación. Es decir, avanzar
nosotros, trepar. Esto también lo vemos en la Iglesia ¿eh? Cuántas veces, nosotros cristianos,
que deberíamos ser los servidores intentamos trepar, ir
hacia adelante”, indicó el Papa.
En esta línea, el Papa señaló que “a este punto Jesús, con
paciencia, les ofrece una gran enseñanza: la verdadera gloria no se obtiene elevándose sobre
los otros, sino viviendo el mismo bautismo que Él recibirá,
dentro de poco tiempo, en Jerusalén, es decir la Cruz”.
Por ello, el Papa explicó que “la palabra ‘bautismo’ significa
‘inmersión’: con su Pasión, Jesús se sumergió en la muerte, ofreciendo su
vida para salvarnos. Por tanto, su gloria, la gloria de Dios, es amor que se hace servicio, no poder
que aspira a la dominación, no poder que aspira a la
dominación, sino amor que se hace servicio”.
De este modo, el Santo Padre destacó que existen dos lógicas
diferentes. Por un lado, que los discípulos buscan “emerger” y esto “expresa
esa mentalidad mundana por la que siempre somos tentados: vivir todas las
cosas, incluso las relaciones, para alimentar nuestra ambición, para subir los
peldaños del éxito, para alcanzar lugares importantes”.
“Por eso, siempre necesitamos
verificar las verdaderas intenciones del corazón,
preguntarnos: ‘¿Por qué llevo adelante este trabajo, esta responsabilidad?
¿Para ofrecer un servicio o para hacerme notar, ser alabado y recibir
cumplidos?’”, invitó el Papa.
Así, el Santo Padre describió que “a esta lógica mundana, Jesús
contrapone la suya: en
vez de elevarse por encima de los demás, bajar del pedestal para servirlos;
en vez de emerger sobre los otros, sumergirse en la vida de los otros” y
recordó la labor que hace Cáritas para que a nadie le falte comida.
En este sentido, el Papa invitó a “preocuparse por el hambre de
los otros, preocuparse de las necesidades de los otros. Hay tantos necesitados
hoy, después de la pandemia, más, mirar, y abajarse en el servicio y no buscar
trepar por la gloria personal” por lo que es importante la compasión ante tanta
gente que tiene hambre, que trabaja, pero no consigue tener comida suficiente
para el mes, “no es un
dato de enciclopedia, son personas”.
Por ello, el Santo Padre invitó a “sumergirse con compasión en la
vida de quien encontramos, como ha hecho Jesús conmigo, contigo, con todos
nosotros” porque “Dios es amor y el amor es humilde, no se eleva, sino que
desciende abajo, como la lluvia que cae sobre la tierra y trae vida… para
servir”.
Finalmente, el Papa subrayó que para ponerse en la misma
dirección de Jesús, para pasar del emerger al sumergirse, de la mentalidad
del prestigio, aquella mundana, a la del servicio, "se requiere
compromiso, pero no es suficiente".
“Solos es
difícil, por no decir imposible, pero tenemos dentro una fuerza que nos ayuda.
Es la del Bautismo, de esa inmersión en Jesús que hemos recibido por gracia y
que nos dirige, nos impulsa a seguirlo, a no buscar nuestro interés sino a
ponernos al servicio. Es una gracia, es un fuego que el Espíritu ha encendido
en nosotros y que debe ser alimentado”, advirtió.
De este modo, el Papa invitó
a pedir al Espíritu Santo que “renueve en nosotros la
gracia del Bautismo, la inmersión en Jesús, en su forma de ser, para ser más
servidores, ser siervos” y a rezar a la Virgen María porque “Ella, incluso
siendo la más grande, no ha tratado de emerger, sino que ha sido la humilde
sierva del Señor, y está completamente inmersa a nuestro servicio, para
ayudarnos a encontrar a Jesús”.
Por Mercedes de la Torre
Fuente: ACI Prensa





