6 – Noviembre. Sábado. Santos Pedro Poveda Castroverde e Inocencio de la Inmaculada Canoura Arnau, presbíteros, y compañeros, mártires
Misioneros digitales católicos MDC |
Evangelio
según san Lucas 16, 9-15
Y yo os digo:
ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban
en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es
fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto. Pues,
si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la
verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo
dará? Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá
a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del
segundo. No podéis servir a Dios y al dinero». Los fariseos, que eran
amigos del dinero, estaban escuchando todo esto y se burlaban de él. Y les
dijo: «Vosotros os las dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce
vuestros corazones, pues lo que es sublime entre los hombres es abominable ante
Dios.
Comentario
En el
evangelio del domingo pasado un escriba preguntaba a Jesús ¿Qué
mandamiento es el primero de todos? Jesús respondió: “Escucha, Israel, el
Señor es el único Dios: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. El segundo es este:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que estos”.
Él es el único
Dios, y el evangelio de hoy nos pone en la tesitura de ¿a quién queremos
servir? ¿Al dinero?... ¿A la arrogancia?... ¿A la vanagloria?... ¿Al YO?
¿O al único Dios? No podemos servir a dos amos porque o bien aborreceremos a
uno y amaremos al otro, o bien nos dedicaremos al primero y no haremos caso del
segundo.A muchos nos pasa que queremos servirlos a todos aparentando, como los
fariseos, ser fieles al único Dios. Pero, no nos engañemos, Dios nos conoce por
dentro.
Dios no está
en contra del dinero si éste no ocupa el centro en nuestra vida. Es más, nos
anima a ganarnos “las moradas eternas” con el dinero injusto si éste nos sirve
para hacer el bien a los demás.
Ante estas
palabras que Jesús nos dice hoy tendríamos que preguntarnos si el Señor es
nuestro único Dios. Si no es así, ¿quiénes son nuestros dioses?
Señor, cuántas
veces he experimentado que no hay otro dios fuera de TI y que los dioses y señores
de la tierra no me satisfacen, sin embargo mi debilidad hace que me desvíe de
tu camino y rompa tu Alianza. Atráeme hacia ti. No te canses de buscarme y
mostrarme el camino de vuelta. Dame un corazón indiviso que te ame y te sirva
por encima de todo y de todos y que sea capaz de amar y darme, con lo que tengo
y lo que soy, a todos mis hermanos. AMÉN.
Fuente:
Dominicos