El 14 de noviembre de 1921 estalló una bomba que un hombre había ocultado en unas flores que colocó en la antigua basílica de Guadalupe
Virgen de Guadalupe. Crédito: David Ramos / ACI Prensa |
Ayer se cumplieron 100 años del atentado perpetrado en 1921 contra
la Virgen de Guadalupe en la antigua basílica, en la que la imagen mariana fue
protegida por un crucifijo que se conoce ahora como el “Santo Cristo del
Atentado”.
“Este domingo 14 de noviembre se cumplen 100 años del terrible
atentado en contra de la Santísima Virgen de Guadalupe. Querían destruir su imagen bendita,
su imagen portentosa”, dijo a ACI Prensa el P. Eduardo Chávez,
doctor en historia de la Iglesia y director general del Instituto Superior de
Estudios Guadalupanos.
“Testimonio de esto es el Cristo que está doblado y que lo tenemos
aquí en la misma Basílica de Guadalupe como testimonio del inmenso amor de
Dios, del portentoso amor de Dios para con ella y para con todos nosotros que
la tenemos aquí todavía”.
El 14 de noviembre de 1921 estalló una bomba que un hombre había
ocultado en unas flores que colocó en la antigua basílica de Guadalupe.
“Alrededor de las 10:30 de la mañana, estalló una bomba de dinamita que se
hallaba oculta entre las flores. Los desperfectos fueron en las gradas del
altar, que son de mármol, en los candeleros de latón y en esta Sagrada Imagen
de Ntro. Señor Crucificado, que retorcida cayó al suelo”, indica el relato que
está en la parte posterior de la actual Basílica, con el crucifijo y las fotos
que se tomaron luego del atentado.
Santo Cristo del Atentado en la Basílica de Guadalupe. Crédito: David Ramos / ACI Prensa |
El relato recuerda que el cristal del cuadro que protegía la
imagen de la Virgen de Guadalupe “ni siquiera se estrelló” tras la explosión.
El atentado era el preludio de lo que años después sería la
persecución religiosa en México, durante el gobierno de Plutarco Elías Calles.
El P. Chávez dijo a ACI Prensa que la Virgen de Guadalupe “nos
quita el miedo” y “nos da la fe y la esperanza para vivir en el amor”.
El sacerdote recordó que “la imagen santísima de Guadalupe porta
en su seno, en su vientre inmaculado a Jesús. Es el centro de la misma imagen y
por eso es signo de la Iglesia”.
En ese sentido, con el atentado de hace 100 años, “al intentar destruir la imagen se
trató de destruir la misma Iglesia y no pudieron porque esto viene de Dios”.
“Así como Santa María de Guadalupe, en su portentosa imagen es
obra de Dios, así también la Iglesia es obra de Dios. Cristo es la cabeza de
esta iglesia bendita que proclama la verdad, la justicia, el amor, el perdón,
la misericordia, lo que tanto necesita nuestro pueblo exactamente el día de
hoy”.
Por eso, exhortó el sacerdote, “si bien no pudieron destruir la
imagen de la Virgen de Guadalupe, nosotros no la destruyamos jamás en nuestro
corazón, en nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra Iglesia”.
“La Virgen de Guadalupe está aquí para darnos a Jesucristo nuestro
Señor su Hijo amado, a Él que es el centro de la Iglesia”.
Colaboró en esta nota David Ramos, jefe de la oficina de ACI
Prensa en México
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI Prensa