Ayudar a los jóvenes que quieren casarse en una sociedad hostil al matrimonio
| Foto de Heather Mount en Unsplash |
El Proyecto Amor Conyugal,
que desde 2016 ha acompañado en lo espiritual y en lo afectivo a miles de
matrimonios a través de retiros ,
se lanza ahora a dar también formación y acompañamiento específicamente para
novios.
José Luis Gadea y Magüi Gálvez, los impulsores de Proyecto Amor
Conyugal, señalan que los novios necesitan más ayuda que nunca antes porque “el ambiente reinante y la cultura
dominante” les impide cada vez más “conocer la maravilla del matrimonio”.
“Nadie les ha mostrado la grandeza de algo tan maravilloso como el
matrimonio. Muchos ni siquiera se casan”, constata José Luis Gadea.
“Para muchos, el
miedo a casarse les viene de la experiencia del matrimonio de sus padres. Y
ellos no quieren eso”, explica a Religión en Libertad.
“Esto les lleva a tomar la decisión de `probar antes´, de convivir o de ni si
quiera plantearse el matrimonio. No tienen esperanzas de que sea real y posible”,
lamenta.
Un retiro para conocer la
grandeza del matrimonio
Por el momento, los primeros
retiros para novios de Amor Conyugal se han llevado a cabo en Pamplona
y Talavera. Pronto se extenderán por toda España, como ya ha ocurrido con los
de matrimonios.
“No solo
reciben la doctrina y formación, sino que también viven experiencias entre los propios asistentes que les ayudan a
asentar el mensaje que transmitimos. Y al experimentarlo, les
convence”, observa José Luis.
El objetivo es ambicioso. En tan solo 48 horas que dura cada retiro, sus promotores son
conscientes de que no se puede profundizar mucho.
Por ello, lo contemplan como “un anuncio”. Quieren despertar el interés en los
jóvenes “para conocer a fondo la grandeza del sacramento”.
Concluido el retiro, todos los novios que quieran pueden seguir un itinerario de formación específico
sobre “las verdades y la belleza del matrimonio y se les ofrece colaborar con
el proyecto para que otros lo conozcan”.
“Es muy llamativo que muchos se ofrecen a ayudar, porque valoran tanto lo que han
recibido que consideran que todos sus amigos y familiares necesitan
vivirlo”, explica. “La mayoría de ellos se ofrecen voluntarios tras la
experiencia”, añade.
Ilusión, esperanza y aprender
a renunciar a uno mismo
En los tres retiros que se han organizado hasta ahora, José Luis
está impresionado ante la cantidad
de testimonios y frutos.
Especialmente destaca tres. “Por una parte, descubren que sus padres también han
sido víctimas del mal y de las tentaciones del ambiente y del demonio
y se compadecen de ellos”,
declara.
“Al enseñarles el matrimonio como Dios lo ha pensado se ilusionan ante una
manera de amar que sí les convence, y se van con mucha esperanza”, añade.
Y en tercer lugar, “también aprenden a vivir el noviazgo como un tiempo de espera para
el gran día, en el que preparar sus corazones para amar en cualquier
circunstancia y renunciar a sus propios gustos, apetencias y costumbres por el
otro”.
El noviazgo: objetivo de la
“cultura dominante”
“Muchos novios
vienen heridos por su desconocimiento y por la experiencia que han
vivido del matrimonio de sus padres”, advierte Gadea.
Se han formado en "la cultura dominante, basada en la búsqueda rápida del bienestar
personal, del placer y la diversión. Una cultura que invita a centrarse en
cosas de las que inmediatamente recibimos un aparente bien”, observa.
En vez de basar nuestros deseos en "lo que viene de
Dios", la sociedad nos enseña a basarlos en "lo que viene del mundo y en el orgullo". Y eso es
es “lo contrario que requiere
el matrimonio”. Al hacerlo “es fácil caer en el egocentrismo, que en vez de
espíritu de entrega, tengamos uno de dominio mutuo”, añade Gadea.
Muchos jóvenes han "cortado la comunicación con Dios. El demonio, a través de las
distracciones de las redes sociales, la diversión con amigos o la
bebida les dispersa del
sentido de su vida, que es vivir para alguien”.
Explica que, en este contexto, “solo un buen noviazgo puede ayudarnos a enfrentarnos a un
matrimonio real”.
Dios y un buen noviazgo, las
claves del matrimonio
“La clave tanto del noviazgo como del matrimonio está en la relación
con Dios. Si no contamos con Él, es imposible. Se trata de prepararnos para estar dispuestos a renunciar a lo
que haga falta y dejar que el Espíritu Santo construya una unión de
dimensiones increíbles”, comenta.
Y para ello, los novios requieren de una formación que pueden
encontrar en este nuevo retiro. “Van
a vivir la experiencia del amor verdadero que muchos no han tenido oportunidad
de conocer y que por mucho que se echen a soñar no se imaginan lo que
puede llegar a ser si lo viven como Dios lo pensó. Si lo que buscan es vivir
algo grande, necesitan conocerlo bien y es lo que van a recibir en este camino
de Amor Conyugal”.
José María Carrera
Fuente: ReL





