No estemos con las personas por obligación... El tiempo que te dedico es gratis, es un regalo de amor
| fizkes | Shutterstock |
Soy
un convencido de que lo que no vivo con las personas, con aquellos a los que
veo, no podré vivirlo nunca con Dios.
En mis relaciones humanas establezco
una forma de actuar y de comportarme. Vivo de una determinada manera los
vínculos.
Exijo mucho o doy sin pedir nada. Agradezco o echo en cara lo que
no recibo. Miro con optimismo la vida o lleno de melancolía, sin alzar la
cabeza al cielo.
Hay rasgos de mis relaciones humanas
que se dan en mi relación con Dios.
Gratuidad versus obligación
Lo
primero que hay en la Iglesia no son los mandamientos, sino la experiencia de
un amor gratuito.
¿Qué impera en mis vínculos humanos?
¿Hay gratuidad u obligación?
Es gratuito mi amor cuando no espero nada y sólo doy. Cuando
no busco, no exijo, no obligo.
Sólo me doy sin esperar nada más que reciprocidad en ese amor que
entrego, si es que es posible.
Y si no, simplemente permaneceré ahí
esperando a tu lado, amando, cuidando la vida.
Dar gratis permite al amor crecer en paz
La
gratuidad es una forma de vivir. No hago las cosas porque espere un
pago por ellas.
En mis relaciones humanas la gratuidad es fundamental para que el
amor crezca en paz.
Regalar mi tiempo
No te doy mi tiempo para obtener algo a cambio. No estoy contigo
porque merezca la pena tu compañía, porque tu posición económica y tu poder me
beneficien.
Simplemente estoy a tu lado porque quiero perder el tiempo contigo,
sin prisas, sin agobios.
El tiempo dado en gratuidad es lo más valioso que tengo. Soy rico en tiempo, aunque me falten muchas cosas. El
uso que dé a mi tiempo es lo importante.
Miro con gratuidad las relaciones que voy cuidando. No me quejo, no vivo
demandando, agradezco siempre. Esa gratitud es la que
salva mi alma y me da paz.
Carlos Padilla Esteban
Fuente: Aleteia





