Filipinas fue devastada por el tifón Rai el 16 y 17 de diciembre: casi 400 muertos
Immaculate Heart of Mary Parish - Taloto, Tagbilaran City | Facebook (Captura de Tela) |
El video de un sacerdote que no detuvo la
misa ni siquiera a causa de un tifón se volvió viral en las redes sociales.
El 16 y 17 de diciembre, Filipinas fue
devastada por el tifón Rai, que causó miles de millones de dólares en daños
materiales y cosechó al menos 375 vidas humanas.
Una catástrofe que podría ser aún mayor,
ya que las áreas remotas que también fueron afectadas quedaron sin comunicación
y sin acceso por carretera.
A pesar de la violencia de los vientos que
también azotaron la iglesia del Inmaculado Corazón de María en la isla de
Bohol, el p. Virgilio Salas continuó celebrando la Santa Misa y transmitiéndola
en vivo por Internet.
«Incluso con un tifón, la fe permanece», dijo a la red ABS-CBN News.
Otro sacerdote, pastor de la misma
iglesia, dijo que sentía al mismo tiempo el miedo a la tormenta y la serenidad
de quienes priorizan la vida espiritual de los fieles.
Después
del tifón, que localmente se llamó Odette, los fieles regresaron a la iglesia
para otra misa a las 4 pm y usaron el generador de la parroquia para recargar
sus teléfonos celulares.
Proactividad para afrontar el
próximo tifón
Los dos párrocos son nativos de Bohol y están acostumbrados a la
ocurrencia de tifones: por eso invirtieron en el generador.
Además, están comprometidos a movilizar a la comunidad para que
adopte mejores medidas para hacer frente a las tormentas recurrentes. En este
sentido, reforzaron la necesidad de un cambio de actitud por parte de la
ciudadanía y las autoridades locales:
«Somos más reactivos que
proactivos. Sabemos que se acerca una tormenta, pero no nos movemos hasta que
pasa. Las estaciones no pueden suministrar agua por falta de energía. Podemos
ser proactivos al proporcionar generadores para estaciones de bombeo y
proporcionar luz solar y equipo de emergencia».
La parroquia ya está haciendo su parte y sigue motivando a la
población a hacer la suya, en este momento a través de donaciones de comida,
agua y linternas. Los sacerdotes, por supuesto, también brindan asistencia
espiritual:
“En medio de una tormenta, los
discípulos le preguntaron a Jesús si no tenía miedo de morir. Y el Señor les
preguntó: «¿Por qué pierden la fe?»
También recordaron la humildad de las condiciones en las que nació
Jesús y trazaron un paralelo entre la Navidad y la ayuda a los demás:
«Incluso si es algo simple como el agua, comparte el agua que tienes. Les deseamos a todos una feliz Navidad a pesar del desastre. Siempre estamos aquí para hacer todo lo que esté a nuestro alcance por usted».
Francisco Vêneto
Fuente: Aleteia