Este joven que rescata a personas de la calle cuenta ahora con su música su experiencia
Bruno salió del abismo y tras encontrarse con Dios vive volcado en ayudar
a los demás / Youtube
“Vengo de una
familia que está marcada por las drogas. Tengo un hermano que está
actualmente en la cárcel desde hace más de diez años. Siembre ha sido rebelde,
se fue de casa con 14 años y yo sentí la necesidad, muchas veces de estar con
él”, recuerda Bruno sobre aquella etapa de su vida
Vivía en la calle, lejos de la familia, de los amigos y de Dios.
Sin embargo, un día en medio del vacío más absoluto alzó la vista a lo alto. “Recuerdo perfectamente dirigirme
al Cielo y pedir un milagro. Y todavía sucede hoy”. La vida no podía ser
ese vacío que sentía.
Fue desde ese momento que intentó pedir ayuda. Sabía que solo no
podría salir de las drogas. Tenía
entonces 19 años cuando descubrió Vale de Acór, una institución que
ayuda a la reinserción de las personas drogodependientes.
Esta ayuda le sacó del vacío y como él mismo reconoce le hizo ver de nuevo la importancia
de la amistad y el sentido de la vida. En esta asociación conoció a
Salvador, uno de los voluntarios, y a la postre, una de las personas que le
acabaría mostrando el amor de Dios.
Salvador había fundado la Asociación Más Juntos para llevar
voluntarios a visitar a personas sin hogar en Lisboa. “Conocí a Bruno de forma muy natural. Crecimos en amistad, y un
día lo reté a que saliera a la calle con nosotros”, cuenta.
Para entonces, Bruno ya había dejado el consumo de drogas y aceptó
este nuevo reto. “A través de Salvador pude estar con gente que vivía en la
calle. Y con realidades idénticas a la mía”, explica Bruno, que considera que “ayudar a una persona que está en
una realidad similar a la mía es el propósito de mi vida”.
Ha pasado ya un tiempo pero este joven portugués sigue siendo
voluntario porque sabe que en
cada vagabundo que se encuentra y al que ofrece su mano puede ser otro “Bruno”.
Esta experiencia es la que le llevó a encontrar a Dios, pues fue
viendo que entre los pobres y marginados se encuentra de manera más poderosa la
mano del Altísimo. Esta conversión le vino de la mano de la formación cristiana que ofrece el
Opus Dei.
Con la prelatura ha participado en momentos de oración y en
retiros mensuales. Bruno descubrió igualmente la importancia de tener un
director espiritual que lo ayudara a hacer “reflexiones serias sobre el sentido de la vida y la importancia
del trabajo”.
“La insistencia en el trabajo me tocó mucho”, reconoce.
Este joven trabaja de noche en un supermercado de Lisboa, en una
actividad solitaria. Al principio, reconoce que en este trabajo “era muy vago:
sólo pensaba en el dinero”.
Pero entonces un día “Salvador
me envió la homilía de San Josemaría
Escrivá, Trabajo de Dios. Esa homilía me tocó mucho por el simple hecho
de afirmar que es en el trabajo donde puedo encontrar a Jesús. Tengo la
oportunidad de trabajar con los auriculares, escuchando música muchas veces.
Pero en otras vuelvo a escuchar esta homilía. ¿Y por qué lo hago? Porque me permite tener un diálogo
con Jesús. Un diálogo que normalmente no tendría”.
Ahora, los días y las noches de trabajo de Bruno están llenos de
amigos, visitas a personas sin hogar y ayuda a otras personas. Esto es lo que
intenta mostrar también con su música, a través de su rap. “Quiero transmitir el mensaje de lo que viví y
enfocarme en letras autobiográficas para que la gente se identifique con mi
historia”, concluye.
Fuente: ReL