Responde al espíritu de "sana descentralización" indicado en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, nº 32, orientada a fomentar y potenciar la dinámica de proximidad en la Iglesia, sin comprometer por ello la comunión jerárquica
Imagen de archivo: obispos en la Misa en la Basílica de San Pedro |
Con un motu proprio, Francisco ha
establecido que los ordinarios de las Iglesias locales podrán intervenir en la
gestión de los seminarios, la formación sacerdotal, la redacción de los
catecismos y otros sectores sin pedir la aprobación del Vaticano, sino una
confirmación más sencilla.
Ya no es una "aprobación" del Vaticano, sino una "confirmación". La novedad esencial del motu proprio con el que el Papa ha decidido modificar la asignación de algunas competencias previstas por el Código de Derecho Canónico, tanto de la Iglesia latina como de las Iglesias orientales.
Una posibilidad análoga se
concede a los obispos en lo que respecta a la formación sacerdotal (los obispos
pueden adaptarla "a las necesidades pastorales de cada región o
provincia") y a la incardinación de los sacerdotes, que a partir de ahora
podrán incardinarse -además de en una Iglesia o Instituto religioso concreto-
también en una "asociación pública clerical", reconocida por la Santa
Sede, para evitar "clérigos acéfalos y errantes".
El criterio de descentralización,
pero también de "proximidad", se refleja igualmente en el
alargamiento de 3 a 5 años del periodo de "exclaustración", es decir,
la posibilidad que autoriza a un religioso a vivir fuera de su propio Instituto
por motivos graves.
El motu proprio, además de
intervenir sobre la competencia de las Conferencias Episcopales para publicar
los catecismos, interviene transfiriendo de la Santa Sede a las Iglesias
locales, la responsabilidad de las decisiones sobre posibles reducciones en el
número de misas a celebrar con respecto a las intenciones y recepciones.
Principios que inspiraron este
Motu Proprio
En este sentido, Monseñor Marco
Mellino, secretario del Consejo de Cardenales y miembro del Consejo Pontificio
para los Textos Legislativos, explica los principios generales que inspiraron
el motu proprio del Papa:
El Motu proprio, por el que se cambian algunas normas de los dos Códigos de la Iglesia católica -el Código de Derecho Canónico para la Iglesia latina y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales para la Iglesia oriental- es una pieza que se suma a la labor de reforma que el Papa Francisco ha iniciado desde el inicio de su pontificado y que sigue llevando adelante.
Responde al espíritu de
"sana descentralización" indicado en la Exhortación Apostólica
Evangelii Gaudium, nº 32, orientada a fomentar y potenciar la dinámica de
proximidad en la Iglesia, sin comprometer por ello la comunión jerárquica.
La intención que lo anima es
profundamente pastoral y queda bien delineada en el epígrafe introductorio del
texto, en el que se dice que, teniendo en cuenta la cultura eclesial y la
mentalidad jurídica propia de cada Código, ciertas competencias hasta ahora
atribuidas a la Santa Sede y, por tanto, ejercidas por el gobierno central, se
están "descentralizando", es decir, se están asignando a los Obispos
(diocesanos/episcopales o unidos en Conferencias Episcopales o según las
estructuras jerárquicas orientales) y a los Superiores Mayores de los
Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica con la
intención precisa de fomentar sobre todo el sentido de colegialidad y de
responsabilidad pastoral, así como de favorecer los principios de racionalidad,
eficacia y eficiencia.
Es evidente, en efecto, que
cuando la autoridad tiene un conocimiento directo y más cercano de las personas
y de los casos que requieren una acción pastoral de gobierno, esta acción, por
su misma proximidad, puede tener una eficacia más rápida.
En este sentido, por tanto, los
cambios normativos que se introducen con este Motu Proprio reflejan aún más la
universalidad compartida y plural de la Iglesia, que incluye las diferencias
sin homologarlas, garantizadas, en cuanto a su unidad, por el ministerio
petrino propio del Obispo de Roma.
Alessandro De Carolis - Ciudad
del Vaticano
Vatican News