Todo lo que querías saber sobre el (verdadero) carnaval y no tenías a quién preguntarle
Ma. Paola Daud |
¿De
dónde viene el carnaval? Varios autores explican que el nombre carnaval
viene del latín: “carne vale”, es decir, “adiós
carne” o “despedida de la carne”.
Eso significa que en el carnaval el consumo de carne era
considerado lícito por última vez antes de los días de ayuno cuaresmal.
Otros estudiosos recurren a la expresión “carnem levare”, suspender o
retirar la carne.
Algunos etimologistas explican el origen pagano del
carnaval: los griegos y romanos acostumbraban a hacer una procesión con un
barco (o nave), dedicado al dios Dionisio o Baco, el dios del vino, fiesta que
llamaban en latín “currus navalis” (nave carruaje), de donde
habría venido la forma carnaval.
No es fácil saber el origen real del
nombre…
Un poco de historia
Fiestas
semejantes se llevaban a cabo al inicio del año nuevo civil (enero) o al
acercarse la primavera, en la despedida del invierno. Eran fiestas religiosas,
dentro de la concepción pagana y la mitología.
Por ejemplo, para expresar la cancelación de las
culpas pasadas se escenificaba la muerte de un muñeco que, después de haber
hecho su testamento, era quemado o destruido.
En algunos lugares había la
confesión pública de los vicios, lo que muchas veces se volvía algo teatral, como por
ejemplo, el cómico arlequín que, antes de entregarse a la muerte, confesaba sus
pecados y los de los demás.
Todo esto se hacía con máscaras, fantasías, cortejos, piezas de
teatro, etc. Las religiones llamadas “de misterios” provenientes de Oriente y
muy difundidas en el Imperio Romano, contribuyeron a esas festividades
carnavalescas.
Estas tomaron el nombre de “pompas bacanales” o “saturnalia” o
“lupercalia”.
Pero
como esas fiestas perturbaban el orden público, el Senado
Romano, en el siglo II a. C., resolvió combatir los
bacanales y a sus adeptos, acusados de graves ofensas contra la moralidad y
contra el Estado.
Esas festividades populares se llevaban a cabo el día 25 de
diciembre (día en que los paganos celebraban Mitra – o el Sol Invictus) o el
día 1º de enero (comienzo del año nuevo), o en otras fechas religiosas paganas.
El cristianismo entra en
acción
Cuando el cristianismo surgió, encontró esas
costumbres paganas.
Entonces los misioneros intentaron
cristianizarlas. Como indicaba san Gregorio Magno, se trataba de
sustituir esas prácticas supersticiosas y mitológicas por otras cristianas
(Navidad, Epifanía del Señor o la Purificación de María, llamada “Fiesta de la
Candelaria”, en vez de los mitos paganos celebrados el 25 de diciembre, el 6 de
enero o el 2 de febrero).
Finalmente, esas festividades paganas del carnaval quedaron sólo
en los tres días
que preceden al Miércoles de Ceniza.
La Iglesia intentó también incentivar los retiros espirituales y
la “Adoración de las Cuarenta
Horas” en los días anteriores al Miércoles de Ceniza. Hoy hay numerosas
reflexiones y encuentros religiosos.
Cuando el Carnaval se
reduce a placer
Sin embargo, el carnaval, sobre todo en Brasil, “derivó” a la
disolución de las costumbres. En los bailes y las escuelas de samba
predominan el nudismo y toda especie de erotismo.
Los
mismos gobiernos
estimulan ese libertinaje con una amplia distribución de “preservativos”, para
que los fiesteros disfruten tranquilamente sin peligro de contaminación.
Las consecuencias del sexo vivido fuera del matrimonio son
terribles: familias destruidas, padres y madres (jóvenes) solteros; hijos
muchas veces abandonados, o en orfanatos, y hoy muchos niños “huérfanos de
padres vivos”.
Si ese es el único carnaval que se nos ofrece, mejor aprovechar
esos días libres para descansar, rezar, estar con la familia y
prepararse para el inicio de la Cuaresma, el
Miércoles de Ceniza. La verdadera alegría es la satisfacción del alma.
Felipe Aquino
Fuente:
Aleteia