Las indulgencias, que pueden ser parciales o plenarias, pueden obtenerse para uno mismo o para el alma de un difunto
| Imagen referencial. Foto: Pixabay / Dominio público |
No muchos saben que cada día de la Cuaresma, tiempo intenso de
conversión en que los católicos nos preparamos para vivir la Semana Santa y
celebrar la Pascua, es una oportunidad
para obtener una indulgencia plenaria.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica que la indulgencia “es
la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en
cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones
consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la
redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de
Cristo y de los santos”.
Las indulgencias, que pueden ser parciales o plenarias, pueden
obtenerse para uno mismo o para el alma de un difunto.
No se puede obtener una para otra persona viva.
En la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina, el Papa San
Pablo VI aseguró que “cuando los fieles ganan las indulgencias en sufragio de
los difuntos, realizan la
caridad de la forma más eximia, y al pensar en las cosas
sobrenaturales trabajan con más rectitud en las cosas de la tierra”.
Cabe recordar que solo se puede ganar una indulgencia plenaria por día.
La primera forma de ganar una indulgencia plenaria es seguir el
camino del Vía Crucis
En el Vía Crucis recordamos y meditamos la Pasión y la Muerte de
nuestro Señor.
Participar del Vía Crucis junto con las tres condiciones para
obtener la indulgencia, puede llevarnos a ganarla todos los días.
En el caso de aquellos que no pudieran hacerlo físicamente, el
Manual de Indulgencias de la Santa Sede indica que "los impedidos
legítimamente pueden adquirir la misma indulgencia, si pasan algún tiempo, por
ejemplo, al menos un cuarto de hora, leyendo y meditando sobre la Pasión y
Muerte de Nuestro Señor Jesucristo".
También dice que "de acuerdo con la costumbre común, el
ejercicio piadoso consiste en 14 lecturas devocionales, a las que se agregan
algunas oraciones vocales".
"Para hacer el Camino de la Cruz, sin embargo, es suficiente
meditar con devoción la Pasión y Muerte del Señor, y por lo tanto, la reflexión
sobre los misterios particulares de las estaciones individuales no es
necesaria”.
La segunda forma de ganar una indulgencia plenaria es a través del
rezo del Rosario
Para ganar la indulgencia debemos rezarlo con devoción en una
iglesia, oratorio, en familia, en una comunidad religiosa o en una asociación
de fieles, y en general, “cuando varios de los fieles se reúnen con algún
propósito honesto”, menciona el manual.
Recordemos que rezar el rosario en familia bendice en gran medida
y es una práctica hermosa para este tiempo litúrgico.
La tercera forma es la Adoración Eucarística por al menos media hora
La adoración de Jesucristo, Dios y Hombre verdadero es nuestra
respuesta al amor que Dios tiene por cada uno de nosotros, así como el
reconocimiento de nuestras debilidades frente a Él.
La cuarta forma es leer o escuchar las Sagradas Escrituras durante
al menos media hora
Para ganar la indulgencia plenaria hay que cumplir además tres
condiciones: confesión de los pecados, recibir la Sagrada
Comunión y orar por las intenciones del Papa.
Esta oración, indica el Vaticano, “queda a elección de los fieles,
pero se sugiere un ‘Padrenuestro’ y un ‘Avemaría’”.
El Vaticano precisa además que “es conveniente, pero no necesario,
que la confesión sacramental, y especialmente la sagrada Comunión y la oración
por las intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra
indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se
realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto
indulgenciado”.
“Para varias indulgencias plenarias basta una confesión
sacramental, pero para cada indulgencia plenaria se requiere una distinta
Sagrada Comunión y una distinta oración según la mente del Santo Padre”, añade.
Fuente: ACI Prensa





