El Obispo de Orihuela-Alicante (España), Mons. José Ignacio Munilla, destacó 6 “perlas preciosas” sobre el sacerdocio extraídas del mensaje y doctrina de San Juan de Ávila, patrono del clero español, cuya fiesta se celebra este 10 de mayo
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Ordenación. Crédito: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
En la edición del 9 de mayo de su
programa “Sexto Continente”, transmitido por Radio María en España, Mons.
Munilla señaló que “tengo un pequeño archivo de perlas preciosas que me he
encontrado en una predicación, una lectura, unos ejercicios espirituales”.
“Esas perlas las voy anotando y
las llevó a la oración para en momentos como este poder compartirlas con
vosotros”, dijo.
El Prelado añadió que “hoy es
un buen momento para pedir por los sacerdotes, pedir por el don de las
vocaciones y por la santificación de los que hemos sido llamados”.
“Tenemos que rezar para que haya
sacerdotes que se partan la cara, que estén dispuestos a sufrir en sus vidas
por la salvación de las almas ¿Y usted a qué se dedica? ¿Cuál es su profesión?
¡Salvar las almas!”, subrayó.
A
continuación, las 6 “perlas preciosas” sobre el sacerdocio resaltadas por Mons.
José Ignacio Munilla:
1.- El Prelado recordó una cita
de San Juan de Ávila que le llamó la atención “porque corremos el riesgo
de primar la ayuda social sobre la ayuda a las almas”.
Y citó textualmente al santo: “No
se meta en remediar necesidades corporales salvo ordenando en general como se
remedia y sépanlo así sus hijos que no han de llegarse a él ni esperen de él
favor temporal alguno porque si en esto no mira, serle a gran estorbo para el
camino que quiere caminar”.
Mons. Munilla indicó que es
“curiosa esta frase que dice que tenga cuidado, pues todos los esfuerzos del
sacerdote se están dedicando a remediar necesidades corporales y usted no es un
asistente social, usted es sacerdote y lo específico de usted es la salvación
de las almas, ese es su cometido”.
Mons. Munilla alentó luego:
“Recordad en los Hechos de los Apóstoles cómo se eligen a algunos diáconos para
asistir a las viudas y pobres, porque los apóstoles tenían que dedicarse a la
predicación de la Palabra. Eligen a otros para la asistencia caritativa para
que los apóstoles puedan dedicarse a lo importante”.
2.- El Obispo de
Orihuela-Alicante siguió con su segunda “perla preciosa”: “Me llama mucho la
atención que San Juan de Ávila liga la salvación de las almas a las lágrimas
del Pastor. Para salvar las almas, hay que sufrir con ellas y por ellas.
Y cita al patrón de los
sacerdotes españoles: “Los hijos que hemos de engendrar por la palabra, no
tanto han de ser hijos de voz cuanto hijos de lágrimas. Porque si uno llora por
las ánimas y otro predicando las convierte, no dudaría yo de llamar padre de
los así ganados al que con dolores y con gemidos de parto lo alcanzó del Señor
antes que al que con palabra pomposa y compuesta los llamó por de fuera”.
Mons. Munilla señaló que “toda
conversión es un parto doloroso. Recordad las lágrimas de Santa Mónica (madre
de San Agustín), son claves en la salvación de las almas”.
“Habréis escuchado muchas veces
esa famosa expresión de San Ambrosio: ‘Mujer, vete en paz. Que no puede
permitirse Dios perder a un hijo de tantas lágrimas’”.
El Prelado citó de nuevo a San
Juan de Ávila: “‘A llorar aprenda quien toma oficio de padre, a peso de gemidos
y ofrecimiento de vida da Dios los hijos a los que son verdaderos pastores’. No
pretendas conseguir conversiones si no es a través de gemidos y ofreciendo tu
vida”.
Luego recordó un mensaje
adicional del santo, dirigido a los sacerdotes: “Aprenda vuestra señoría a ser
mendigo delante del Señor y a importunarle mucho presentándole su peligro y el
de las ovejas. Y si verdaderamente se supiere llorar así y a ellas, el Señor
que es piadoso le resucitará su hijo muerto porque como a Cristo costara sangre
las almas han de costar al prelado, lágrimas”.
Con estos mensajes de San Juan de
Ávila, Mons. Munilla advirtió que “si no sufres por el alejamiento de las
almas, es que no amas. Porque si se sufre, se ama”.
3.- Al hablar de su tercera
clave para el clero, Mons. Munilla dijo que “los sacerdotes tenemos que ser
hombres de Dios y tener miedo como de la peste a la mundanización”.
“Debemos tener miedo a sufrir los
criterios de este mundo, eso de decir: ¡pues esto es normal! ¡qué se le va a
hacer! ¡han cambiado los tiempos. Confundimos lo normal con lo corriente y
no”.
“Lo corriente no es lo normal.
Hay que asumir que una cosa es encarnarnos donde Dios nos ha plantado y otra
cosa es mundanizarse”, precisó.
El obispo español luego recordó
otro mensaje del santo patrón del clero español: “No pretendas llevarte bien
con el mundo, queramos bien o mal al mundo, él siempre nos querrá mal”.
El Prelado indicó que esta “es
una frase potentísima. ¿Pretendes llevarte bien con la mentalidad mundana? Pues
te aseguro que a ti la mentalidad mundana no te va a perdonar”, dijo.
“Tú eres cristiano, sacerdote y
te van a crucificar. Asúmelo. Si crees que por hacerte el simpático vas a hacer
que el mundo te quiera, primero te sonreirán y luego te dirán ‘Roma no paga
traidores’ y luego te perseguirán”, subrayó el Obispo.
A aquel que se ha “mundanizado
para no ser perseguido”, el Prelado le advirtió: “Te has mundanizado y además,
vas a ser perseguido. Hay que asumir que vamos a ser deshonrados por Dios”.
4.- Mons. Munilla presentó su
cuarta “perla” para los sacerdotes con una frase de San Juan de Ávila: “En la
hoya hirviendo, no paran las moscas”.
Esta, dijo el Prelado, es “una
expresión bella que quiere decir, si tu corazón arde de amor, vas a ver tú
cómo las tentaciones las disipas fácilmente, pero si no estás lleno del celo
del amor de Dios, se te van a parar ahí, todas las moscas”.
“Cuando la hoya no está
hirviendo, las moscas se acercan. ¿Qué es lo peor que nos puede ocurrir? La
tibieza. Es tremendo que un predicador derrame agua fría en los corazones que
están ardientes”, explicó el Obispo de Orihuela-Alicante.
5.- Sobre su quinta clave,
Mons. Munilla dijo que “merece la pena comentar que en todo entender hay
una oportunidad para la santificación en nuestra vida, en todo, incluso en la
falta de salud, hasta eso forma parte de la providencia para tu santificación y
para la salvación de las almas”.
Tras recordar que San Juan de
Ávila dijo que “los achaques son el vino bueno que el Señor guardaba al final
para sus amigos”, el Prelado dijo a los sacerdotes que “tú, ahora, purifica tu
alma con esos achaques y ofrécelo para la salvación de las almas que lo único
importante es que todo nuestro corazón, todo él, sea para Dios. Sea una ofrenda
plena”.
6.- La última de sus “perlas
preciosas” sobre el sacerdocio en base al mensaje de San Juan de Ávila, patrón
del clero español, es “que no haya un rincón del corazón que no haya abierto a
Dios. Que yo me abra plenamente a la santificación y conversión, que no haya
una puerta cerrada o un cuarto oscuro donde yo no permito a Dios entrar y hacer
luz”.
“Os pido que oréis por los pastores. Que tengamos ese don, ese regalo tan grande de tener pastores conformes al corazón de Cristo”, destacó.
Marta Gómez
Fuente: ACI Prensa