La licuefacción de la sangre de este santo es un fenómeno inexplicable que se produce tres veces al año
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Se licúa la sangre de San Genaro el 19 de septiembre de 2021 Crédito: Arquidiócesis de Nápoles |
Este fin de semana pasado, antes de iniciar la tradicional procesión de
San Genaro en Nápoles (Italia), se anunció que la sangre del santo italiano
volvió a licuarse de forma milagrosa, como ha ocurrido en años anteriores.
El sábado 30 de abril a las 5:00 p.m. (hora local), el Arzobispo
de Nápoles, Mons. Domenico Battaglia, ingresó a la Capilla del Tesoro de la
Catedral de Nápoles, abrió la caja fuerte que guarda las reliquias de San
Genero y encontró la
ampolla con su sangre ya licuada, hecho poco frecuente pero que ya
ha ocurrido en el pasado.
“Estoy seguro de que hoy quieres que
nuestras miradas puedan ir más allá de la inmediatez de la señal
admirable de tu sangre, evitando interpretarla en términos auspiciosos.
Entender en cambio el sentido evangélico”, dijo Mons. Battaglia el 30 de abril.
“Quieres que no nos detengamos en el bulto sólido o licuado de tu
ampolla, sino que tu sangre se convierta en un filtro para nosotros a
través del cual mirar el camino de nuestra ciudad y de toda la humanidad”,
agregó.
Según el Arzobispo de Nápoles, la sangre de San Genaro invita “hoy más que
nunca, a trabajar con todos para detener el flujo de sangre inocente, las
manos de los hermanos que arremeten contra los hermanos, las heridas que
desgarran el tejido social”.
Este año, por primera vez desde el inicio de la pandemia de
COVID-19, la procesión de las reliquias de San Genaro se realizó en exteriores.
Tanto el busto del santo italiano como las ampollas con su sangre salieron de
la catedral y fueron llevadas en procesión por miles de personas hasta la
Basílica de Santa Chiara.
En dicha basílica, se celebró a las 6:00 p.m. una Misa presidida
por el Arzobispo Battaglia y se elevaron oraciones por la prodigiosa
licuefacción de la sangre.
En su homilía,
el pastor de Nápoles dijo que vivimos en un “tiempo complejo” y “difícil”, pero
que el milagro de la licuefacción de la sangre “de nuestro Mártir Genaro” es un
“signo luminoso de la sangre de Aquel que nos amó ofreciéndose por nosotros en
la cruz”, y que “nos remite continuamente a la sangre de tantos pequeños,
inocentes, víctimas del mal, de la violencia, de la mala fama, de la guerra”.
“¡La sangre todavía fluye! Fluye en nuestra Europa, en este mundo
nuestro, habitado por la insensatez de la guerra, por el odio fratricida, por
la locura del hermano que levanta la mano contra su hermano”, dijo Mons.
Battaglia.
No obstante, aseguró que también existe una “sangre benéfica que
continúa fluyendo, una sangre habitada por la sangre misma de Cristo, una
sangre a la que nos remite la sangre del obispo Genaro”.
“Es la sangre de todos los que no se dan por vencidos, es la sangre de los que
no se dan la vuelta, es la sangre de los que se enrollan las manos para ser un
signo de luz y esperanza incluso cuando todo parece oscuro a su alrededor y
sombrío”, agregó.
Durante toda la semana siguiente, en la Capilla del Tesoro
(excepto sábados y domingos) se venerará todos los días el estuche que contiene
las ampollas de la Sangre de San Genaro.
La licuefacción de la sangre de este santo es un fenómeno
inexplicable que se produce tres veces al año: el sábado anterior al primer
domingo de mayo, con motivo de la traslación de los restos del santo a Nápoles;
el día de su fiesta litúrgica, el 19 de septiembre; y el 16 de diciembre,
aniversario de la intercesión de San Genaro para evitar los efectos de la
erupción del volcán Vesubio en el año 1631.
El proceso no siempre se produce del mismo modo: a veces tarda
varias horas, o incluso días, en licuarse. En muy pocas ocasiones el milagro no
ha ocurrido.
Por Diego López Marina
Fuente: ACI Prensa