El P. Juan Manuel Góngora, sacerdote de la diócesis española de Almería, advirtió sobre cuál es la “verdadera batalla” que debe luchar cada cristiano
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Aciprensa |
A través de su cuenta en Twitter, donde ya tiene más de 50 mil
seguidores, el P. Góngora subrayó que “recordemos que la verdadera batalla es
por nuestra alma. Unámonos bajo la bandera de Cristo, la única triunfadora
sobre el pecado y la muerte”.
En declaraciones a ACI Prensa al respecto, el sacerdote español
señaló que “en la actualidad se suele denominar como ‘batalla cultural’ a la
conflagración entre diversas ideologías y posicionamientos éticos con respecto
a la política, economía y sociedad”.
“Sin embargo, creo necesario hacer hincapié en la necesidad de anteponer una
visión más amplia del panorama para no caer en reduccionismos”, indicó.
El sacerdote católico precisó que “subyace a todo ello esa verdadera batalla intemporal por la
salvación de las almas. En ello ha consistido toda la historia de la
revelación de Dios al hombre hasta nuestros días”.
“Los etiquetados y criterios ideológicos de izquierda y derecha
están superados desde la caída del muro de Berlín”, recordó.
“Ya no es un tema de considerar posturas geopolíticas e incluso
económicas, sino que lo que está en cuestión es la misma concepción antropológica
del ser humano. La aceptación o negación de su apertura a la trascendencia que
el Padre nos ofrece en Cristo por medio del Espíritu Santo”, añadió.
El P. Góngora resaltó que “por ello es importante no despistarnos entre el menú
de agendas supranacionales, surgidas de un tiempo a esta parte, con
pretensiones mesiánicas pero carentes de lo fundamental: saber que de Dios venimos y a Dios
volvemos”.
“Por todo ello, la batalla en defensa de la dignidad humana que
debe ser custodiada no nace de un consenso refrendado por voluntades
utilitaristas; sino por nuestra dignidad como hijos de Dios”, precisó.
“En conclusión vivamos
cada vez más cerca de los sacramentos y la oración en
nuestras parroquias y comunidades cristianas, con el objetivo de fortalecer nuestras
almas en el apogeo de estos tiempos convulsos de confusión y olvido de Dios”,
concluyó.
Por David Ramos
Fuente: ACI Prensa