Impactante testimonio de una mujer, que tras haber cometido un aborto y reconciliarse con Dios, encomendó su deseo más profundo, ser madre, a la red de oración de 550 monasterios que rezan por los miembros de Aleteia Family
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| Blue Planet Studio | Shutterstock |
La red de 550
monasterios, que reza por los miembros de Aleteia Family, lanzada hace tan
solo unas semanas, gracias a la coordinación de la Fundación DeClausura, acaba
de recibir este emocionante mensaje de una mujer, que por las circunstancias
que ella misma revela pide permanecer en el anonimato.
* * *
Sin duda, quiero que mi historia
toque la vida de otras personas, como a mí me ha sucedido tantas veces.
Llevo tres
años intentando quedarme embarazada. Mi marido tiene un recuento bajo de
espermatozoides y mi endometrio tenía una hiperplasia, principio de lesiones
cancerosas que fueron tratadas a lo largo de este periodo.
Cuando era joven tuve un aborto,
y nunca me había parado a analizar la gravedad del mismo. Nunca me había
confesado y lo atribuí a mi inmadurez de entonces. Pero a lo largo de este
camino, comprendí cuánto había herido a Dios al hacer esto.
En los pasajes del diario de
santa Faustina, cuando Jesús en sus apariciones se mostraba bañado en sangre y
herido, sentía en mi corazón la angustia de haber contribuido a ello.
Busqué ayuda de religiosos. Recé
mucho. Fortalecí mi fe. Finalmente, me confesé después de casi quince años…
Pedí al Señor misericordia por mi pecado.
Emprendí un viaje para
reconciliarme con Dios… Retomé las lecturas sagradas, incluyendo el sitio
Aleteia (mi lectura frecuente). Volví a las misas semanales. He estado
profundizando y creyendo en la Misericordia de nuestro Señor a través de las
lecturas, el diario de santa Faustina, rezando el rosario de la Misericordia,
así como el Rosario diariamente.
En ese momento, habiéndome
convertido y vuelto a Dios, abrí el sitio de Aleteia, como siempre, y vi el
artículo en el que se explicaba cómo pedir el apoyo de la comunidad religiosa para la
intercesión de nuestras peticiones.
Nos estábamos acercando al
Domingo de la Misericordia (primer Domingo después de Pascua).
Así que hice mi petición a la
comunidad de monjes y monjas. Pero le dije a Dios que se lo pedía solo si esta
era su voluntad para mí. Que aceptaba sus planes, aunque no coincidieran con
los deseos de mi corazón, pero que no me alejara de Él.
Luego, en la Misa de la
Misericordia, el 24 de abril, encomendé al sacerdote que pidiera a la comunidad
rezar por los hombres y mujeres consagrados a Dios, que viven en penitencia, en
los claustros, que dan su vida para rezar por nosotros, los pecadores.
Y así estoy embarazada,
manteniendo mis oraciones diarias y sintiendo la Gracia de Dios, día tras día,
porque tuvo misericordia de su sierva pecadora. ¡Me siento muy amada por Él!
¡Tengo una nueva vida con Él!
No puedo identificarme porque
creo que me traería mucha agitación y me estoy cuidando mucho en el embarazo.
Pero, creo que incluso de forma anónima puedo dar mi testimonio de fe, de la
importancia de la oración de los monjes y monjas y de la influencia de Aleteia,
que admiro de todo corazón.
Gracias por interesarte por mi
historia,
Sinceramente
Cíntia
Toda persona que lo desee puede
compartir sus intenciones de oración con la red de 550 monasterios que rezan
por los lectores de Aleteia a través de este enlace: https://es.aleteia.org/intencion-de-oracion/
Por Matilde Latorre
Fuente: Aleteia






