La joven española lleva cinco meses peregrinando desde Finisterre a Jerusalén y ha pasado por Roma para ver al Santo Padre. «En estos meses estoy viendo lo mejor de la humanidad», afirma
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| Carlota Valenzuela en su encuentro con el Papa Francisco. Foto cedida por Carlota Valenzuela |
«Nuestro encuentro se puede
resumir en una palabra: risas. A él le ha dado un ataque de risa y a mí
también», afirma Carlota Valenzuela, una joven española que está llevando a
cabo una peregrinación andando desde Finisterre a Jerusalén, con parada obligatoria este
miércoles en Roma para ver al Santo Padre.
«Voy a ver a Jesús, pero antes he pasado a ver a Pedro», le dijo ella nada más verse, a lo que el Papa respondió bromeando con rapidez: «Muy bien, es importante saludar al portero».
En los breves minutos que duró su
encuentro, Carlota le regaló un pasaporte del Camino, con algunas reflexiones y dibujos que
ha ido recogiendo a lo largo de su peregrinación, y luego le pidió al Papa que
bendijera una nariz de payaso «para llevar la alegría de Dios a quienes me
encuentre por el camino». Eso dio lugar a las risas entre ambos, en un
encuentro que «ha sido supernatural. Tenía en la cabeza todo lo que pensaba
decirle, pero al final todo ha salido sencillo y fácil», dice Carlota.
Para llevar a
cabo este proyecto, Valenzuela ha aparcado una prometedora carrera profesional
en la que ha pasado por empresas como el Banco Santander y Acciona. Ahora, camino
de Jerusalén, documenta parte de sus vivencias en el blog De Finisterre a Jerusalén y en su perfil de Instagram. El lunes partirá de nuevo hacia el norte de
Italia camino de Tierra Santa, adonde espera llegar en Navidad.
Estos meses le han servido para
aligerar el equipaje de su mochila, pues «he sacado de mi vida las prisas, los
miedos y la necesidad de planificar todo a largo plazo». En cambio, «estoy
aprendiendo a abandonarme y a disfrutar de ese regalo que es poder vivir cada
día, sin importarme si me lo merezco o no».
Junto a ello, lo que más le ha
tocado el corazón es «la generosidad de la gente», porque «en cada sitio que
paro me encuentro a alguien que me acoge como a una hija». De hecho, «estar en
mi situación me está permitiendo conocer a personas maravillosas», afirma,
hasta el punto de declarar que en estos meses de camino «estoy viendo lo mejor
la humanidad».
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y Omega
2 junio 2022






