Los obispos del país afirman que «es un día histórico» y piden a los legisladores estatales que promulguen leyes que protejan a los más vulnerables
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Un grupo de manifestantes provida celebran el fallo del Supremo. Foto: CNS |
El Tribunal Supremo de Estados
Unidos ha eliminado el derecho constitucional al aborto en el país tras anular,
tal y como se filtró a principios de mes, el fallo Roe vs. Wade que blindó el derecho al aborto sin
restricciones durante el primer trimestre del embarazo, un precedente legal que
se lleva usando en el país desde 1973.
Según recoge Europa Press, la
decisión ha sido adoptada con el voto a favor de seis jueces y el rechazo de
tres magistrados del alto tribunal.
Los legisladores de más de una
veintena de estados tienen preparados proyectos de ley que prohibirían o
restringirían el aborto, según explicaron al principios de mes fuentes
judiciales al periódico The New York Times. Por su parte, trece tienen
preparadas ya las llamadas «leyes de activación automática» para restringirlo
desde este momento.
Los obispos estadounidenses: «Es un día histórico»
Tras el fallo, la Conferencia de
Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) emitió una declaración firmada por
su presidente, José H. Gómez, arzobispo de Los Ángeles, y el presidente del
Comité de Actividades Provida, William E. Lori, arzobispo de Baltimore, en la
que aseguran que «es un día histórico para nuestro país». «Durante casi 50
años, Estados Unidos ha impuesto una ley injusta que ha permitido que algunos
decidan si otros pueden vivir o morir. Esta política ha provocado la muerte de
decenas de millones de niños, generaciones a las que se les negó el derecho a
nacer», explican.
En su opinión, Estados Unidos se
fundó sobre la verdad de que hombres y mujeres son creados iguales, con derecho
a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, «una verdad que fue
gravemente negada por el fallo Roe vs. Wade del Tribunal Supremo». «Damos
gracias a Dios por que el Tribunal ahora ha anulado esta decisión. Oramos para
que nuestros representantes promulguen leyes y políticas que promuevan y
protejan a los más vulnerables entre nosotros», añaden.
Con todo, los dos arzobispos
recuerdan todas las vida arrebatadas desde 1973, que encomiendan a Dios, así
como a los hombres y las mujeres que han sufrido por el drama aborto. También
reconocen el trabajo de tantos ciudadanos en la promoción de la vida que, con
sus acciones y oraciones, han ayudado a que una decisión así haya podido
hacerse realidad.
Y concluyen: «Ahora es el momento de construir una América posterior a Roe. Es un tiempo para sanar heridas y reparar divisiones sociales. Es un momento de reflexión y diálogo, de unirnos para construir una sociedad y una económica que apoyen el matrimonio y la familia, donde cada mujer tenga el apoyo y los recursos que necesita para traer a su hijo a este mundo. Como líderes religiosos nos comprometemos a continuar nuestro servicio al plan de amor de Dios con la persona humana».
Fuente: Alfa y Omega