El Papa Francisco recordó durante el rezo del Ángelus que Jesús alienta a no tener miedo ni a desesperarse, porque “nuestra historia está firmemente en las manos de Dios”, que siempre se preocupa por sus hijos con un “cuidado amoroso y providente”
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Papa Francisco en el Ángelus del 7 de agosto de 2022. Crédito: Vatican Media |
“Jesús anima a los discípulos y
les habla del cuidado amoroso y providente del Padre, que se preocupa de los
lirios del campo y de los pájaros del cielo y, por tanto, mucho más de sus
hijos. Por eso no hay que afanarse y agitarse: nuestra historia está
firmemente en las manos de Dios. Nos alienta esta invitación de Jesús a no
temer”, dijo el Papa Francisco el 7 de agosto a los peregrinos y fieles
reunidos en la Plaza de San Pedro.
En su reflexión del pasaje de Lucas
12,32 reconoció que “a veces, en efecto, nos sentimos presos de un
sentimiento de desconfianza y de angustia: es el miedo a no lograrlo, a no ser
reconocidos y amados, el miedo a no conseguir realizar nuestros proyectos, a no
ser nunca felices, etc.”.
“Y entonces
nos afanamos buscando soluciones, para encontrar algún espacio en el que
emerger, para acumular bienes y riquezas, para obtener seguridades; ¿y cómo
terminamos? Terminamos viviendo en la ansiedad y en la preocupación constante”,
lamentó el Papa Francisco.
Sin embargo, recordó que “Jesús
nos tranquiliza” y dice: “¡no teman! Fíense del Padre, que desea darles
todo lo que realmente necesitan”.
Dios Padre “ya ha donado a su
Hijo, su Reino, y siempre los acompaña con su providencia, cuidando de
cada uno de ustedes cada día”, agregó.
Por otro lado, el Papa Francisco
que tener la certeza de que Dios “nos cuida con amor no nos autoriza a dormir,
a dejarnos llevar por la pereza”.
“Al contrario, debemos estar
despiertos, vigilantes. En efecto, amar significa estar atentos a los demás,
darse cuenta de sus necesidades, estar disponibles para escuchar y acoger,
estar preparados”, explicó.
En el Evangelio, continuó el
Santo Padre, Jesús refuerza la idea de que “es necesario estar despiertos, no
dormirse, es decir no estar distraídos, no ceder a la pereza interior, porque,
también en las situaciones en las que no lo esperamos, el Señor viene”.
“Al final de nuestra vida nos
pedirá cuentas de los bienes que nos ha encomendado; por esto, vigilar significa
también ser responsables, es decir custodiar y administrar esos bienes con
fidelidad”, explicó.
Finalmente, el Papa Francisco
hizo una invitación a que “caminemos sin miedo, en la certeza de que el Señor
nos acompaña siempre”.
“Y estemos despiertos, para que
no nos durmamos mientras el Señor pasa. San Agustín decía: ‘Tengo miedo de que
el Señor pase y no me dé cuenta’; de estar dormido y no darme cuenta de que el
Señor pasa. ¡Estén despiertos! Que nos ayude la Virgen María, que ha acogido la
visita del Señor”, concluyó.
Por Diego López Marina
Fuente: ACI Prensa