El Santo Padre pronunció un amplio discurso durante su encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en el marco de su 38º Viaje Apostólico
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Es una "peregrinación de
paz", como él mismo la definió después del Ángelus del domingo 11 de
septiembre.
El dombra, un instrumento musical de
Kazajistán, un emblema cultural y uno de los símbolos más importantes del país,
es el elemento que Francisco eligió para articular su mensaje a las
autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático, su primera alocución
pública durante su “peregrinación de paz” a la nación asiática. El encuentro se
realizó este martes 13 de septiembre en el Qazaq Concert Hall, un centro para
las artes escénicas.
Francisco expresó su agradecimiento al
Presidente de la República, Kasim-Yomart Tokaev, por las palabras que le
dirigió.
“Estoy
honrado de estar aquí con ustedes, en esta tierra tan extensa como antigua, a
la que vengo como peregrino de paz, en busca de diálogo y unidad”, afirmó el
Santo Padre. “Nuestro mundo lo necesita con urgencia, necesita volver a
encontrar la armonía”, insistió, como ya lo había exteriorizado después de
rezar el Ángelus del domingo 11 de septiembre en la Plaza de San Pedro. Según
Bergoglio, la armonía en el país puede estar bien representada por el dombra.
El dombra, símbolo de continuidad
Francisco confesó que, preparándose para
el viaje, descubrió que algunos modelos del dombra ya se utilizaban en la época
medieval y que este, a lo largo de los siglos, acompañó con música los relatos
de sagas y obras poéticas, uniendo el pasado y el presente. Este instrumento
“acompasa por tanto la memoria del país, y evoca así la importancia, frente a
los rápidos cambios económicos y sociales en curso, de no descuidar los
vínculos con la vida de quienes nos han precedido, también por medio de esas
tradiciones que permiten atesorar el pasado y valorar cuanto se ha recibido
como herencia”. En este sentido, el Papa destacó la “hermosa costumbre”
extendida de hornear, el viernes por la mañana, siete panes en honor de los
antepasados.
Tras las huellas de Juan Pablo II
Para el Sucesor de Pedro, la memoria de
Kazajistán, que el Papa Wojtyla al viajar definió como “tierra de mártires y
creyentes, tierra de deportados y héroes, tierra de pensadores y artistas” en
su discurso durante la ceremonia de bienvenida, “lleva impresa una gloriosa
historia de cultura, humanidad y sufrimiento”, declaró Francisco.
“¿Cómo
no recordar, en particular, los campos de prisioneros y las deportaciones en
masa que han visto a tantas poblaciones oprimidas en las ciudades y en las
vastas estepas de estas regiones? Pero los kazajos no se dejaron cautivar por
esos atropellos; y de la memoria de la reclusión floreció la atención por la
inclusión.”
Bergoglio auguró “que, en esta tierra,
transitada desde la antigüedad por grandes movimientos de pueblos, el recuerdo
del sufrimiento y de las pruebas experimentadas sea un bagaje indispensable
para encaminarse hacia el futuro poniendo en primer lugar la dignidad del
hombre, de todo hombre, y de todo grupo étnico, social y religioso”.
Un puente entre Europa y Asia
Una vez más, citando a su predecesor,
Juan Pablo II, Francisco reconoció que "sobre todo, resuenan en el país
las notas de dos almas, la asiática y la europea, que tienen una permanente
«misión de conexión entre dos continentes", como había dicho el Papa Wotjyla
en su discurso a los jóvenes el 23 de septiembre de 2001.
"Las cuerdas del dombra, subrayó el Sucesor de Pedro,
resuenan habitualmente junto a otros instrumentos de arco típicos de estos
lugares".
“La
armonía madura y crece en el conjunto, en la coralidad que hace armoniosa la
vida social. «La fuente del éxito es la unidad», recita un hermoso proverbio local.
Si eso vale en todas partes, aquí de modo particular. Alrededor de ciento
cincuenta grupos étnicos y más de ochenta lenguas presentes en el país, con
historias, tradiciones culturales y religiosas variadas, componen una sinfonía
extraordinaria y hacen de Kazajistán un taller multiétnico, multicultural y
multirreligioso único, revelando su vocación peculiar, la de ser país del
encuentro.”
El rol de las religiones en la
construcción de paz
El Papa está en Kazajistán para subrayar
la importancia y la urgencia de este aspecto, al que las religiones están
llamadas a contribuir de modo particular, enfatizó el Sumo Pontífice, y, por
ello, tiene el honor de participar en el séptimo Congreso de Líderes de las
Religiones Mundiales y Tradicionales. "Oportunamente, evocó Bergoglio, la
Constitución de Kazajistán, al definirlo laico, prevé la libertad de religión y
de credo".
“Una
laicidad sana, que reconozca el rol valioso e insustituible de la religión y se
contraponga el extremismo que la corroe, representa una condición esencial para
el trato equitativo de cada ciudadano, además de favorecer el sentido de
pertenencia al país por parte de todos sus elementos étnicos, lingüísticos,
culturales y religiosos. Las religiones, en efecto, mientras desarrollan el rol
insustituible de buscar y dar testimonio del Absoluto, necesitan la libertad de
expresión. Y, por tanto, la libertad religiosa constituye el mejor cauce para
la convivencia civil.”
La tutela de la libertad, aspiración
inscripta en el corazón de todo hombre
El Santo Padre expresó su aprecio por la
afirmación del valor de la vida humana mediante la abolición de la pena de
muerte, "en nombre del derecho de todo ser humano a la
esperanza". "Junto a eso, es importante garantizar la
libertad de pensamiento, de conciencia y de expresión, para dar espacio al rol
único y equitativo que cada uno ocupa en el conjunto".
Recapitulando el símbolo del dombra,
Francisco reflexionó que en este punto el instrumento puede ser de estímulo,
porque es principalmente un instrumento musical popular y, en cuanto tal,
comunica la belleza de conservar el genio y la vivacidad de un pueblo. Como
acotó el Sucesor de Pedro, "eso es lo que se confía en primer lugar a
las autoridades civiles, primeras responsables en la promoción del bien común,
y se realiza de modo especial en el apoyo a la democracia, que constituye la
forma más adecuada para que el poder se traduzca en servicio a favor de todo el
pueblo y no sólo de unos pocos". En esa línea, el Papa admitió su
conocimiento del proceso de democratización, dirigido a reforzar las
competencias del Parlamento y de las Autoridades locales y, en términos más
generales, una mayor distribución del poder. Bergoglio lo calificó como "un
camino meritorio y exigente que, ciertamente, no es breve y que requiere
proseguir hacia la meta sin volverse atrás". "En efecto, la confianza
en quien gobierna aumenta cuando las promesas no terminan siendo
instrumentales, sino que se cumplen efectivamente", indicó.
El papel de la democracia
Hablando sobre la democracia, el Papa
resaltó la importancia de que la democracia y la modernización confluyan en un
servicio concreto al pueblo, con una buena política de escucha a la gente y
respuesta a su necesidades, de respuestas a sus necesidades legítimas, de una
constante implicación de la sociedad civil y de las organizaciones no
gubernamentales y humanitarias, con una atención particular respecto a los
trabajadores, los jóvenes y los sectores más débiles. También bregó por la
urgencia de implementar medidas para luchar contra la corrupción, puntualizando
que esto es algo que todos los países del mundo necesitan.
Kazajistán, encrucijada de importantes
intersecciones geopolíticas
El Sucesor de Pedro remarcó el "rol
fundamental" del país en la atenuación de conflictos y recordó que Juan
Pablo II viajó a Kazajistán después de los atentados del 11 de septiembre de
2001, mientras que Francisco se encuentra en el país mientras está en curso
"la insensata y trágica guerra originada por la invasión de
Ucrania, mientras otros enfrentamientos y amenazas de conflictos ponen en
peligro nuestra época".
Francisco aludió a "la
cada vez más apremiante la necesidad de extender el compromiso diplomático
en favor del diálogo y del encuentro, porque el problema de algunos es hoy
problema de todos, y quien ostenta más poder en el mundo tiene más
responsabilidad respecto a los demás, especialmente a los países más expuestos
a las crisis causadas por la lógica del conflicto".
Es la hora de evitar la intensificación
de las rivalidades
Según el Pontífice, se necesitan líderes
que, a nivel internacional, "permitan a los pueblos entenderse y dialogar,
y generen un nuevo “espíritu de Helsinki”, la voluntad de reforzar el
multilateralismo, de construir un mundo más estable y pacífico pensando en las
nuevas generaciones. Y para hacer esto es necesario la comprensión, la
paciencia y el diálogo con todos. Repito, con todos".
“Pensando
precisamente en el compromiso global por la paz, expreso mi gran estima por la
renuncia a los armamentos nucleares que este país ha emprendido con decisión;
así como por el desarrollo de políticas energéticas y ambientales centradas en
la descarbonización y la inversión en fuentes renovables, que la Exposición
internacional de cinco años atrás puso de relieve.”
La Santa Sede está cerca de ustedes en
este itinerario
Hacia el final de su extenso mensaje, el
Obispo de Roma se detuvo en la cercanía de la Santa Sede con la República de
Kazajistán: el Santo Padre dijo que "inmediatamente después de la
independencia del país, hace treinta años, se establecieron las relaciones
diplomáticas, y estoy contento de visitar el país en la proximidad de este
aniversario. Aseguro que los católicos, presentes en Asia central desde tiempos
antiguos, desean seguir testimoniando el espíritu de apertura y diálogo
respetuoso que distingue esta tierra".
Gratitud por la acogida
El Pontífice agradeció el recibimiento
dispensado, "que revela su bien conocido sentido de hospitalidad,
además de tener la oportunidad de vivir estos días de diálogo fraterno junto a
los líderes de muchas religiones".
“Que
el Altísimo bendiga la vocación de paz y unidad de Kazajistán, país del
encuentro.”
"A ustedes, que tienen la
responsabilidad prioritaria del bien común, y a cada uno de los habitantes de
este país, les expreso mi alegría por estar aquí y la voluntad de acompañar con
la oración y la cercanía todo esfuerzo por un futuro próspero y armonioso de
este gran país. Raqmét! [¡Gracias!] ¡Que Dios bendiga
Kazajistán!", concluyó.
Las palabras del Presidente de la
República
Antes del discurso del Papa Francisco,
el mandatario se dirigió al Pontífice en un saludo en kazajo e inglés, en el
que le compartió su sincera gratitud por la presencia en el país y por haber
aceptado la invitación, agregando que hoy es un día histórico para
Kazajistán.
También le confió que prestan especial
atención a este viaje, con la convicción de que la reunión de hoy elevará la
cooperación en diversos campos a un nuevo nivel.
El
Presidente también admitió el interés de escuchar el discurso pastoral del
Papa.
Sebastián Sansón Ferrari
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