En la emocionante noche de despedida de Roger Federer del tenis profesional, ambos dieron magníficas lecciones de humildad y fraternidad
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| Sonia Alves-Polidori - Shutterstock |
Si hay una noche que pueda
mostrar lo que tantos santos han dicho a lo largo de su vida sobre los valores
que te enseña el deporte y las bendiciones de una verdadera amistad, esa fue la
del juego final profesional de Roger Federer en la Laver Cup.
Sus lesiones no le permitían
jugar singles (de forma individual), pero él ha encontrado una mejor
manera de cerrar su carrera en el mundo del tenis: jugar dobles junto a Rafael Nadal, su eterno rival en la cancha, pero sobre todo,
su gran amigo fuera de ella.
Valores deportivos y familiares
Y es que como ambos han dicho, su
forma de jugar es muy distinta, y por eso quizá han sido tan buenos rivales en
las canchas de tenis; pero comparten los mismos valores deportivos y familiares, y eso es lo que los ha
unido fuera de ellas.
Para
Rafa tampoco es fácil el retiro de Federer: «Ser parte de este momento será
algo increíble e inolvidable para mí, pero también algo muy difícil. El jugador
más importante de mi carrera en el tenis se está retirando, pero estoy
agradecido y honrado de poder jugar con él«, dijo en la rueda de prensa previa
al partido.
Además, sumado a sus propias
lesiones -tanto en el pie como en el abdomen- ha confesado que personalmente
está pasando por un momento difícil (relacionado con el nacimiento de su primer
hijo), así que sólo fue a la Laver Cup para acompañar a su amigo e ídolo
deportivo en la cancha.
Durante el juego hubo
complicidad, risas, concentración y, por supuesto, excelente tenis. No podíamos
esperar menos de estos dos grandes que acumulan 44 Grand Slams entre ambos.
Pero fue cuando terminó el partido cuando vimos la grandeza de Federer y
Nadal: humildes ante el inevitable final y amigos después de años de
rivalidad deportiva.
Roger, antes de recibir el
aplauso de la audiencia, saludó y abrazó a todos y cada uno de sus compañeros
de equipo y a los integrantes del equipo contrario. Y luego, la gloria del
público, uno que lo ha visto jugar como todo un caballero por más de 20
años, que lo ha visto celebrar sus victorias, pero también sobrellevar como nadie
sus derrotas. Aplausos de pie, como sólo se puede despedir y dar las
gracias a un grande como Roger Federer.
«Ni hay mejor forma de decir
adiós que en equipo»
En su discurso en la cancha, dijo
que no había mejor forma de decir adiós que en equipo, que era como sabía que
iba a poder lograr sobrellevarlo, haciendo referencia, por supuesto, primero a
Rafa; pero también al resto de los integrantes del equipo Europa, donde también
estaban Novak Djokovic y Andy Murray, los otros dos jugadores del
famoso Big Four (Los Cuatro Grandes).
Sin embargo, Roger también se
refería a su equipo en casa, encabezado por su esposa Mirka: «Mi
principal apoyo todo este tiempo. Ha sido la que me ha motivado para llegar
hasta aquí«, dijo muy emocionado. Pero también tomó un tiempo para agradecer a
sus padres, también presentes, y luego los abrazó a ellos y sus hijos en la
cancha mientras repetía:
“Estoy bien, estoy feliz, no
estoy triste”.
Mientras esto ocurría, vimos
a un Nadal que no podía contener las lágrimas. Incluso, el mismo Roger era
quien a veces le daba un abrazo o le apoyaba su mano. Quizá porque él sabe más
cosas por lo que su amigo está pasando y el esfuerzo que hizo para estar allí
para él; o quizá buscando él también un poco de consuelo en una mano amiga; o
quizá un poco de ambas cosas, dándonos a todos una lección de amistad y fraternidad.
Desde que tengo hijos…
“Hemos estado muy conectados,
especialmente en los últimos diez años. Creo que desde que tengo hijos. No sé
si eso me ha ayudado o me ha cambiado de algún modo o si nuestra rivalidad ha
evolucionado (…) Me hace muy feliz dónde está nuestra relación hoy en
día, que pueda llamar a Rafa y hablar de lo que sea. Creo que él
se siente del mismo modo. Ha sido especial también que la familia de Rafa haya
estado estos días aquí, porque te demuestra que no es sólo que Rafa haya venido
a jugar y a nadie de su equipo le importe. Puedo sentir su pasión por mí, como
persona”, confesó el tenista suizo luego del juego.
Inspiración el uno para el otro
Creo que la mayoría que vimos
este partido en casa tampoco pudimos contenernos: dos grandes del deporte, que
tantas veces los quisieron vender como simples rivales, siendo inspiración el
uno para el otro, pero también para el resto del mundo. Una demostración
de amor, espíritu deportivo y hermandad.
«Llorar es bueno a veces»
«Que se haya retirado en la pista
era muy importante para él y yo no podía faltar en este día. Soy una
persona bastante sensible. No me preocupa tampoco -llorar-. Llorar es bueno a
veces. Necesitas soltar estas emociones. Se va una parte de mi vida, por lo que
es difícil», fue lo que dijo el tenista español después del juego.
Roger Federer dijo en la
entrevista en la cancha después del partido que quería que su último juego
se sintiera como una celebración, y fue así, aún en medio de tantas lágrimas
-que son de esperarse en una despedida, sobre todo como ésta- fue una
celebración para todos de una carrera de buen tenis, de ser inspiración para
tantas personas y de una amistad eterna.
Adriana Bello
Fuente: Aleteia






