«Nada que ver con las películas»
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El matrimonio tiene vida de fe y fue reclutado en su parroquia.Leolintang-Sutterstock |
Él y ella pertenecen al grupo de
católicos orantes que "refuerzan" el trabajo del sacerdote que
realiza exorcismos en una diócesis de España. Mar Dorrio, instagramer de
@whynottwelve y colaboradora de Aleteia, los ha entrevistado y este es su testimonio
Acabamos
de superar
una pandemia, una pandemia que paralizó la vida de todo el
planeta. Dejamos de celebrar cumpleaños y reuniones familiares, y también
supuso un frenazo para cuestiones tan importantes y urgentes como operaciones,
tratamientos de quimioterapia, etc., servicios que mucha gente necesitaba para
curarse, para volver a ser dueños de sus vidas.
Entre estos servicios damnificados por la pandemia, hoy vamos a
hablar de uno que tuvo que frenar en seco: los exorcismos.
– ¡Muy buenas, G. y R.! Gracias por
conceder esta entrevista. Tenemos mucho interés en conocer cómo se vivió en
vuestra diócesis la actividad del ministerio del exorcismo durante los tres
meses más duros de la pandemia.
G.-La verdad es que, durante los tres meses de encierro de la
pandemia no
se pudo visitar a ninguna de las personas que habían requerido nuestros
servicios. Se siguió rezando por ellos, aunque no de forma
presencial.
– Antes de la pandemia, ¿con qué frecuencia se reunían con
vosotros las personas que necesitaban de estos servicios?
R.- En situaciones normales, una hora larga a la semana es
lo ideal, aunque puede hacerse cada dos semanas.
«Nada que ver con las películas»
G.- Por precaución, cuando se pudo empezar a salir y pudimos
seguir con nuestro ministerio, redujimos el número de orantes para ser grupos
más pequeños, y nos íbamos alternando. También me gustaría señalar que, en
nuestra diócesis, la casa que ha cedido el Obispado, dedicada exclusivamente a
este servicio, es una casa muy alegre, muy luminosa, que consta de una sala de
espera, la iglesia y una biblioteca, y que rezuma santidad por todas partes. En
las sesiones siempre se halla expuesto el Santísimo. No tiene nada que ver con
el aspecto tétrico y macabro de los lugares que suelen salir en las películas.
Es una capilla realmente preciosa.
– ¿Podríamos pensar que Satanás,
durante la pandemia, se cebó especialmente con este ministerio?
G.-
En la pandemia, Satanás se cebó no sólo con las personas necesitadas de este
ministerio sino con todos: no hubo funerales, no hubo
Eucaristías, no hubo confesiones, etc.
– ¿Cómo llega un matrimonio católico
«normal y corriente» a participar en los exorcismos de su diócesis?
G.- En nuestro caso, podríamos decir que fue «por sorpresa».
Llegamos a esta diócesis de forma providencial por el trabajo de mi marido, y
nos ofrecimos a colaborar en la parroquia. Desde allí nos reclutaron: buscaban
personas con vida de fe para ayudar en este ministerio. Primero
se lo ofrecieron a otras personas, pero éstos, al escuchar la palabra
«exorcista», dijeron que no rápidamente. Nosotros siempre habíamos admirado a
las personas que se ocupaban de este asunto, pero nunca pensé
que podríamos llegar a ser nosotros.
«Al principio me asusté un poco»
Al principio, me asusté un poco. Me vi pequeña para esta batalla.
Pero mi marido estaba animado, y pensé: «¿Por qué no?» Hay una realidad:
nosotros, al igual que todos los cristianos, combatimos contra el demonio todos
los días. Luchamos contra pensamientos y tentaciones provocados por el demonio
y, a veces, caemos en ellos, y nos quedamos sumidos en la tristeza o en la
depresión, y tenemos que combatir contra ello. Formar parte del grupo de los
exorcismos es otra manera de combatirlo también.
R.- Así es, cuando dialogas con él, se viste de luces, se disfraza
de tu mejor amigo, hasta que tropiezas. Entonces, te hace sentir que no vales
para nada… A nosotros, el hecho de pertenecer al Camino Neocatecumenal nos
preparó para tener una visión normalizada del tema diabólico.
–
¿Por qué pensáis que le ha resultado tan fácil al demonio hacerse invisible y
que ya nadie crea en él?
G.- Esto ha sido algo progresivo. Donde mejor se mueve Satanás,
príncipe de las tinieblas, es en lo oculto. Pero llega un
momento en que, hay tanto en lo oscuro, que empieza a salir a la luz. Y se ve: en
tiktok, en youtube… al alcance de niños muy pequeños. El satanismo se muestra
como algo bueno y positivo.
R.- Es el gran juego del diablo.
Ya nadie cree en él. Como muchos cristianos no creen que el ser
humano pueda ser poseído por el Espíritu Santo. Además, ha sido especialmente
fácil desaparecer en una sociedad que se deja influir tanto por el «yo creo» y
por el «yo opino», y donde la verdad ha quedado
completamente relativizada. Ya no se cree que exista el bien y el mal.
G.- Los cristianos
hemos ido dejando de ser centinelas, y hemos dejado la
muralla sin defensa. Dejamos de hablar de él, de la muerte… Lo fuimos alejando
de nuestras vidas. Yo recomendaría estar atentos, que no nos traguemos
cualquier cosa: siempre va a ser más listo que nosotros.
– ¿Hay un antes y un después de
participar en este ministerio?
G.- Pues sí, pero también hay un antes y un después de colaborar con
Cáritas. Quizás lo que más me ha impresionado es la acción de
la Iglesia: es una madre que recibe en este servicio a
creyentes y no creyentes. La Iglesia les atiende a todos, con la misma
exquisitez. Da igual de donde vengan.
«Es una experiencia que fortalece nuestra fe: primero, porque vemos
que el demonio tiene la batalla perdida.»
R.- Para mí, es una experiencia que fortalece nuestra fe: primero,
porque vemos que el demonio tiene la batalla perdida. Nos damos
cuenta de que el demonio está vencido, pero que va a intentar arrastrar con él
a todas las almas que pueda.
«El demonio le tiene muchísimo miedo
a la Virgen»
Además, hemos podido comprobar que le tiene muchísimo miedo a la
Virgen: frente
a Ella, corre como una gallina.
G.- En algunos momentos en que la acción del demonio sobre la
persona es muy fuerte, interrumpimos el ritual y rezamos un misterio del
Rosario, con lo que la persona se calma, y podemos seguir
con el ritual.
– Gracias, gracias, gracias, G. y R.,
por entregar vuestro tiempo, junto con tantas otras personas, a apoyar este ministerio que,
por desgracia, aunque algunos quieran mirar para otro lado, sigue siendo muy
necesario. Que nunca os falte la asistencia de San Miguel,
y que el manto de la Santísima Virgen os
proteja del enemigo. Gracias por defender esa parte de la muralla.
¿Rezamos por este ministerio? Why not?
Mar Dorrio
Fuente: Aleteia