El P. Jesús Silva, sacerdote de la Arquidiócesis de Madrid licenciado en Teología Patrística, respondió a la pregunta sobre ¿por qué la Iglesia Católica opina sobre sexo?
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Plaza y Basílica de San Pedro en el Vaticano. Crédito: Unsplash |
En un video publicado en sus redes sociales, el sacerdote dijo que
“esta pregunta es interesante, porque se basa en una inmensa falacia que es
pensar que la Iglesia solo tendría que hablar de determinados temas”.
“Jesucristo ha venido para anunciar un Evangelio, que es una buena
noticia: que somos hijos de Dios. Jesucristo revela quién es Dios y quién es
hombre”, subrayó el P. Silva.
Esta realidad, continuó, afecta “al hombre en su integridad:
cuerpo, alma y espíritu. Y por eso Jesucristo ha venido a decirnos cuál es el
modo correcto de vivir para ser semejantes a Él, ser felices y merecer el
Cielo”.
En ese sentido, eso “afecta todos los aspectos de la vida, desde lo
social hasta lo político, lo personal y lo moral, incluyendo lo sexual, ya que
lo sexual tiene una dimensión moral”.
“La Iglesia, con la Tradición a cuestas, el Magisterio y la
Revelación de las Sagradas Escrituras, puede iluminar perfectamente la verdadera
humanidad del sexo y cómo Dios lo ha querido”, subrayó el
sacerdote.
Por ello, concluyó el P. Silva, “tenemos esa autoridad e incluso el deber de iluminar, desde la verdad, toda la realidad humana, también el sexo muchacho, que no hacer falta tener nada para saber”.
¿Qué dice la Iglesia Católica sobre la sexualidad?
La enseñanza de la Iglesia Católica sobre la recta sexualidad está
contenida en los numerales que van del 2331 al 2400 del
Catecismo, donde se recuerda que Dios crea al hombre y a la mujer, a
imagen y semejanza suya, para que vivan en comunión de amor; que se expresa de modo pleno en el
matrimonio.
En esta sección se explica la importancia de la castidad en la
vida de todo bautizado, que orienta a la persona a la integración de la
sexualidad y a la unidad en su ser corporal y espiritual.
La castidad y el dominio de sí orientan a la persona al amor.
El Catecismo establece que son ofensas a la castidad la lujuria o el deseo
desordenado de placer sexual; la masturbación, la fornicación, que son las
relaciones sexuales fuera del matrimonio; la pornografía, la prostitución y la
violación.
Asimismo se explica que la homosexualidad no es pecado pero sí lo son las prácticas o
relaciones homosexuales; que son descritos como
“intrínsecamente desordenados”.
También se señala la importancia del amor de los esposos, que debe
estar marcado por la fidelidad y la fecundidad; cuyo fruto es el don de los
hijos.
El Catecismo indica además que el adulterio, el divorcio, la unión
libre y el incesto son ofensas al matrimonio.
Por Walter Sánchez Silva
Fuente: ACI Prensa