Tras el rezo del ángelus, el Papa ha felicitado la Navidad a las Iglesias orientales y, en especial, a la ucraniana: «Que el nacimiento del Salvador inspire pasos concretos hacia la paz»
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Después de celebrar la
misa en la basílica de San Pedro, Francisco ha dirigido el rezo del
ángelus con motivo de la fiesta de la Epifanía. Muchos romanos y
visitantes se han congregado en la plaza de san Pedro para acompañar al
Pontífice en la oración mariana.
El Papa ha centrado de nuevo su
catequesis previa en la empresa de los Reyes Magos. Ha explicado que
llevaron a Belén tres dones, el incienso, el oro y la mirra, y que ellos, a su
vez, reciben tres dones. Son el don de la llamada, el don del discernimiento y
el don de la sorpresa.
Recibieron el don de la llamada
porque se fiaron estudiando las estrellas. «Esto nos dice algo importante, que
Dios nos llama a través de nuestros más grandes deseos y aspiraciones», ha
asegurado el Papa. Los Magos nos enseñan que no hemos de contentarnos, sino que
hemos de buscar al Señor «saliendo de nuestra comodidad» porque «Dios llama
cada día, aquí y hoy, en nuestro mundo».
El don del discernimiento lo
demuestran los Magos cuando no creen el relato de Herodes. «Saben distinguir
entre la meta del viaje y las tentaciones que encuentran en el camino» porque
estuvieron atentos a los signos de Dios. «¡Qué importante es saber distinguir
la meta de la vida de las tentaciones del camino! ¡Saber renunciar a lo que
seduce, pero lleva por mal camino, para comprender y elegir los caminos de
Dios!», ha añadido Francisco.
Por último, el tercer don es la
sorpresa. Al final de su camino, los Reyes Magos encuentran un bebé con su
madre sin ver ángeles como los pastores o sin otros prodigios alrededor, «sino
que encuentran a Dios en la pobreza». Los Magos saben reconocer a Dios en ese
bebé. Esa es la sorpresa de Dios que ellos acogen. «Humanamente todos estamos
inclinados a buscar la grandeza, pero es un don saber encontrarla de verdad:
saber encontrar la grandeza en la pequeñez que Dios tanto ama. Porque así es
como se encuentra al Señor: en la humildad, en el silencio, en la adoración, en
los pequeños y en los pobres», ha apostillado el Santo Padre.
Saludo a las Iglesias orientales
por la Navidad
Tras el rezo del ángelus,
Francisco ha saludado a los fieles y turistas presentes en la plaza. Ha mandado
un mensaje especial a las Iglesias orientales que celebran la Navidad mañana, 7
de enero. Una de esas Iglesias es la ucraniana. Por eso, el Pontífice ha
enviado sus mejores deseos «a los hermanos y hermanas del martirizado pueblo ucraniano»:
«Que el nacimiento del Salvador infunda consuelo, infunda esperanza e inspire
pasos concretos que puedan conducir finalmente al fin de los combates y la paz.
Recemos mucho por Ucrania y
por la paz».
Fuente: Alfa y Omega