Todo lo que debes saber de esta gran solemnidad del 6 de enero
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Adoración de los Magos.1655-1660, de Bartolomé Esteban Murillo |
En la solemnidad de
la Epifanía se celebra la manifestación de Jesús al mundo y la adoración al Niño por parte de los Reyes Magos, que representan al mundo que acogería más
adelante su Palabra. Por ello, ambos acontecimientos van estrechamente unidos.
¿Qué es la Epifanía?
La Epifanía de Jesús es la manifestación de Jesús al mundo y que en la Iglesia
Católica se celebra el día 6 de enero, conmemorando así también la adoración de
los Magos a Jesús en Belén. Es por ello que ambos acontecimientos van
completamente ligados.
Epifanía, según explicaba San Agustín en uno de sus sermones, es
una palabra griega que se puede traducir como manifestación. “Al manifestarse
en este día, el Redentor
de todos los pueblos lo hizo festivo para todos ellos. Hace pocos días
celebramos su nacimiento, hoy celebramos su manifestación”, recordaba este
Padre de la Iglesia.
De este modo, esta fiesta está repleta de un gran simbolismo. San
Agustín enseñaba que “aquellos
magos fueron los primeros gentiles en conocer a Cristo el Señor. Sin
verse sacudidos por su palabra, siguieron la estrella que se les manifestó y,
cual lengua del cielo, les hablaba de manera invisible de la Palabra que aún no
hablaba”.
Por tanto, en la Epifanía los católicos son llamados a una
importante misión para cada día. Así lo explicaba San Agustín en aquel sermón:
“Adoremos nosotros, cuando ya mora en el cielo, al que los magos, nuestras
primicias, adoraron cuando yacía en una posada. Ellos veneraron en Él, como en
anticipo, lo que nosotros adoramos una vez realizado”.
¿Qué dice la Biblia acerca de
la Epifanía?
Tan sólo uno de los cuatro Evangelios se hace eco de la Epifanía
del Señor ante los Magos de Oriente. Se trata del texto del evangelista Mateo
que, sin embargo, es muy pormenorizado en la descripción de los hechos que entonces
sucedieron.
En el capítulo 2, entre los versículos del 1 al 12, Mateo escribe:
“Después de nacer Jesús en Belén de Judá en tiempos del rey
Herodes, unos Magos
llegaron de Oriente a Jerusalén preguntando: ‘¿Dónde está el Rey de
los Judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el Oriente y hemos venido
a adorarle’.
Al oír esto, el
rey Herodes se inquietó, y con él toda Jerusalén. Y, reuniendo a todos los
príncipes de los sacerdotes y a los escribas del pueblo, les interrogaba dónde
había de nacer el Mesías.
‘En Belén de Judá — le dijeron —, pues así está escrito por medio
del Profeta: ‘Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre
las principales ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que apacentará a mi
pueblo, Israel’’.
Entonces,
Herodes, llamando en secreto a los Magos, se informó cuidadosamente por ellos del
tiempo en en que había aparecido la estrella; y les envió a Belén, diciéndoles:
“Id e informaos bien acerca del niño; y cuando lo encontréis, avisadme para que
también yo vaya a adorarle”.
Ellos, después de oír al rey, se pusieron en marcha. Y entonces,
la estrella que habían visto en el Oriente se colocó delante de ellos, hasta
pararse sobre el sitio donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de
inmensa alegría. Y entrando
en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron;
luego, abrieron sus cofres y le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Y,
después de recibir en sueños aviso de no volver a Herodes, regresaron a su país
por otro camino”.
¿Qué dice el Catecismo sobre
la Epifanía del Señor?
El Catecismo de la Iglesia Católica, que recoge oficialmente qué
piensa y manifiesta la Iglesia, dedica un apartado a la Epifanía, concretamente
el 528, concretamente en “Los Misterios de la infancia de Jesús”. Dice lo
siguiente: “La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel,
Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las
bodas de Caná (cf. Solemnidad de la Epifanía del Señor, Antífona del "Magnificat"
en II Vísperas, LH), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos ‘magos’
venidos de Oriente (Mt 2, 1) En
estos ‘magos’, representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el
Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la
Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para
‘rendir homenaje al rey de los Judíos’ (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel,
a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que
será el rey de las naciones (cf. Nm 24, 17-19). Su venida significa que los
gentiles no pueden descubrir a Jesús y adorarle como Hijo de Dios y Salvador
del mundo sino volviéndose hacia los judíos (cf. Jn 4, 22) y recibiendo de
ellos su promesa mesiánica tal como está contenida en el Antiguo Testamento
(cf. Mt 2, 4-6). La Epifanía manifiesta que ‘la multitud de los gentiles entra
en la familia de los patriarcas’ (San León Magno, Sermones, 23: PL 54, 224B ) y
adquiere la israelitica dignitas (la
dignidad israelítica) (Vigilia pascual, Oración después de la tercera lectura:
Misal Romano)”.
¿Por qué se celebra la Epifanía
el 6 de enero?
No hay constancia de que los Magos adorasen al Niño un 6 de enero,
por lo que nuevamente la Tradición, en este caso gracias a la aportación de un
gran santo, acabaría fijando esta fecha. San Eusebio de Cesárea y San Jerónimo
en el siglo cuarto, al igual que San Epifanio en el siglo sexto dicen que los
reyes llegaron hasta el Niño antes que Jesús cumpliese los dos años. Sin
embargo, San Agustín en
sus sermones de la Epifanía afirmó que llegaron el día 13 después del
nacimiento del Señor. Es decir, el 6 de enero del calendario actual.
¿Eran tres los Magos? ¿Eran
reyes? ¿Se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar?
En el Evangelio Mateo no dice que los Magos fueran reyes, ni que
fueran tres ni que se llamaran Melchor, Gaspar y Baltasar. Todos estos elementos forman parte
de la Tradición y han llegado hasta nuestros días como una ayuda a los
fieles para entender mejor el significado de lo que se celebra.
Las Escrituras no especifican el número de magos, pero sí el
número de regalos: oro, incienso y mirra. Por ello, los Padres de la Iglesia empezaron a hablar de tres personas,
una por cada regalo. De ahí que se hable de tres personas.
Los nombres tampoco son mencionados y aparecieron por primera vez
en el famoso mosaico del
siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo en la ciudad italiana de
Rávena. Los nombres de Gaspar, Melchor y Baltasar eran típicamente
babilonios.
Porque lo que sí
dice San Mateo es que llegaron de Oriente. Mucho se ha escrito acerca de la
procedencia de los Magos, pero una de las opciones más probables es que
utilizaran la ruta comercial conocida como la “media luna” procedentes de la
zona de Mesopotamia.
Del mismo modo, tampoco
en las Escrituras se afirma que fueran reyes, algo que la tradición ha
añadido con los siglos. Lo que sí parece claro es que estos magos llegados de
Oriente eran personajes de cierta relevancia y que no tuvieron problemas además
en ser recibidos por Herodes.
¿Qué sentido tienen el oro,
el incienso y la mirra?
En el Evangelio sí
aparecen los regalos que los Magos realizaron a Jesús en el establo. El
oro, el incienso y la mirra fueron los presentes que los sabios llegados de
Oriente ofrecieron al Niño. Estos obsequios son mundialmente conocidos, pero lo
que no tantos conocen es el simbolismo que encierran.
Con el oro se honraba la realeza de Jesús. Este metal precioso era
un regalo que tradicionalmente se hacía a reyes e incluso en el Evangelio de
Mateo se recuerda que los Magos preguntan: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?”. Su
categoría de rey estaba muy presente en este presente.
Con el incienso se resaltaba el carácter divino de Jesús. En la religión católica, pero
también en la judía y en muchas otras el incienso ha sido utilizado para quemar
ante los dioses. El humo del incienso se eleva hasta el cielo y con
este regalo quedaba patente que Jesús era también Dios.
Con la mirra se destaca su santa humanidad que conocerá la muerte
y la sepultura. La mirra se utilizaba para embalsamar a los muertos. Sería ya
un preanuncio de la Pasión de Jesús.
¿Cuáles son las tradiciones
más comunes?
La fiesta de los Reyes Magos está especialmente extendida en
España y en los países de Iberoamérica o que siglos atrás estuvieron bajo su
soberanía. Desde el siglo
IX en España se instauró la tradición en la noche de Reyes en la que los Magos
dejaban regalos para los niños. Y vinculada a esta fiesta está también
la famosa cabalgata, cuya primera se celebró en 1866 en la localidad alicantina
de Alcoy, y que rápidamente se extendió a toda España y a otros países,
especialmente de cultura hispana.
En Alemania hay también una arraigada tradición que se conoce como
el día de Dreikönigstago, el día de los niños. Ellos se disfrazan de los Reyes Magos y cantan canciones
tradicionales. Van de casa en casa y la gente les da dinero o dulces. Se
les conoce como los “Sternsinger” o los “cantores de estrella”, este nombre lo
adquirieron porque llevaban siempre la estrella en la mano.
Otra tradición extendida es la bendición de las casas que se realiza en la Epifanía.
Se hace con una inscripción con tiza en la puerta de la casa y que en este año
que entra sería la siguiente: 20 + C + M + B+ 23. Al principio y al final de
esta inscripción aparecen los cuatro números del año civil recién iniciado. Las
letras C, M y B son las iniciales de los nombres tradicionales de los magos:
Gaspar (Caspar en latín), Melchor y Baltasar. Pero también son las abreviaturas
de Christus mansionem benedicat (Cristo
bendiga esta casa). Entre los números y las letras aparece la cruz, en la que
Cristo derramó su sangre por la humanidad.
J. L. N.
Fuente: ReL