Este psicólogo denuncia que el Gobierno promueve una legislación por motivos políticos e ideológicos sin valorar las verdaderas razones que llevan a chicas adolescentes a decir que son varones
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El investigador afirma que la transición no suele ser la solución. Foto cedida por José Errasti |
¿Qué peligros plantea el auge del
movimiento trans?
Tiene graves peligros, sobre todo para la infancia y la adolescencia. Se les
está diciendo que pueden elegir libremente el sexo. Es una insensatez que puede
tener graves consecuencias médicas.
¿Por qué afecta en mayor medida a
la adolescencia?
Es una etapa problemática y hoy lo es más. Hay que sumar los cambios
corporales, que no suelen ser agradables en las chicas. Esto lleva a pensar que
podrían ser chicos y que, si quisieran, no tendrían que pasar la pubertad
femenina. En los últimos diez años se ha producido un incremento del 4.000 % de
chicas que se declaran varones, chicas que van a los servicios sanitarios a
decir que no quieren ser mujeres. Solo en Cataluña, el servicio de identidad de
género ha pasado de atender 19 personas en 2011 a 1.456 en 2021. Y el 87 % sale
de la primera consulta con una receta de hormonas. Mientras otros países
reculan, los que nos precedieron en esta cuestión, España acelera [la ley se tramita estos días en el Senado]. Y lo hace por
motivos demagógicos y políticos. Es un error.
¿Qué está pasando para que tantas
mujeres no quieran serlo?
Como ya he señalado, se les ha dicho que pueden cambiar de sexo y, además,
sufren los cambios hormonales. Por otro lado, la adolescencia femenina se ha
vuelto más tensa y violenta por la presión social a través de las redes
sociales o el porno violento que ven sus compañeros. Todo esto no les gusta.
Además, lo trans se ha convertido en una identidad social. Ser trans es algo
que mola, te convierte en una víctima de una gran injusticia social, todo el
mundo te alaba…
Pero los problemas no se
resuelven.
La transición no es la solución en la mayor parte de los casos. El malestar con
el cuerpo continuará, porque las cuestiones de fondo no se han resuelto. Detrás
suele haber trastornos del espectro autista, acoso, abuso sexual… Se canalizan
a lo trans con la idea de que convirtiéndose en hombres se arreglarán.
Demasiado simple, ¿no?
Pero está ocurriendo. Hace un mes conocí a una chica. Tiene problemas de
autismo, le cuesta relacionarse desde niña y no mantiene el contacto visual al
hablar. A los 16 años dijo que era un chico y el servicio sanitario orientó su
expediente hacia ese tema. Le quitaron los pechos y el útero. Hoy, con 22 años,
dice que es una chica. Las intervenciones son irreversibles. Pero hay intereses
económicos.
¿Intereses económicos?
Son pacientes que van a estar medicados el resto de sus vidas y pasarán varias
veces por quirófano. Se convierte a personas sanas en enfermos crónicos. Esto
es un escándalo médico.
¿Hay contagio social?
Es indiscutible. El contagio social está presente en todos los temas
psicológicos. Lo hay en el alcoholismo, en las drogas, en la depresión, en el
suicidio, en la anorexia… Es una cultura que ha seducido a buena parte de los
adolescentes, que creen que es progresista y una revolución.
¿La ley trans reafirma todo esto?
Absolutamente. Esta cuestión va en paralelo a otros problemas que surgieron en
el siglo XX y principios del XXI: la personalidad múltiple y límite, la
anorexia, la bulimia…. Afectan a chicas adolescentes que tratan de huir de la
edad adulta. Hace 20 años tuvimos el auge de la anorexia y la bulimia y el
Gobierno buscaba las páginas web que las promovían y las cerraba. Ahora es el
Gobierno el que promueve las páginas protrans, por lo que es más difícil
combatir el problema. Y lo hace por motivos ideológicos y aritméticas
electorales mezquinas.
¿Qué consecuencias va a tener?
Se va a poder cambiar de sexo en el Registro Civil con la sola manifestación de
la voluntad, incluso a edades muy tempranas, como los 16 años. Si cometes
violencia contra tu pareja ya no se te juzgará como varón, podrás participar en
deportes femeninos, beneficiarte de ayudas específicas para mujeres…. Hay
fenómenos extravagantes. La nadadora número uno del mundo era, hace dos años,
el nadador número 460. Y ha crecido el número de mujeres que cometen agresiones
sexuales, hombres que ahora son mujeres.
¿Se va a limitar el trabajo de
los psicólogos?
Vamos a tener a Irene Montero mirando a ver qué decimos en las consultas.
Estamos obligados por ley a aplicar un enfoque sin fundamento científico y que
es una proclama ideológica: reafirmar al paciente. Muchos psicólogos rechazan
estos casos porque no quieren meterse en líos. Nos enfrentamos a multas de
150.000 euros y a la inhabilitación.
Fran Otero
Fuente: Alfa y Omega