Tres curas comentan el papel de la mujer en la Iglesia, ayer y hoy
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Los tres curas de Red de Redes comentan los distintos feminismos y la ideología que busca destruir familias |
Los tres curas de Red de Redes -Patxi Bronchalo, Jesús Silva y Antonio Maria Domenech- abordan la cuestión de la
feminidad con motivo del 8 de marzo, que antaño fue día de la Mujer Trabajadora
y ahora en muchos sitios se presenta simplemente como Día de la Mujer.
En un tiempo en que -dicen- “el tema de la mujer se usa de forma ideológica”, los tres
curas youtubers buscan
redescubrir la belleza del genio femenino.
Estas son algunas de las principales conclusiones de este nuevo
capítulo del programa de catequesis de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que se publica
cada miércoles en su canal de YouTube:
Tres feminismos: “el primero es el bueno”
Los conductores de Red de Redes arrancan
con un repaso a la historia del feminismo. O de los feminismos: “Hay tres, y el primero es el
bueno, el que pedía la igualdad de dignidad y derechos con el hombre, y
cuestiones como poder votar o trabajar”, comienza Silva, y señala que “es
verdad que la mujer ha estado sometida durante siglos a estructuras donde se la
consideraba inferior”.
“El mismo Señor vino a liberarla de eso, pero ha tardado mucho
tiempo en producirse”, apunta. No obstante, Silva advierte de que después vinieron un segundo y un tercer
feminismo que, respectivamente, introdujeron la ideología de género y la idea del hombre como enemigo a
batir. “Se transporta la lucha de clases del marxismo”, lamenta.
La desnaturalización de la
mujer… y de la familia
Silva también critica que “hoy se quiere desnaturalizar a la mujer”, diciéndole “que no tiene que
ser femenina, acogedora, sentimental, madre… se dice que eso es signo
de sometimiento y no de identidad”. Para el sacerdote, la mujer tiene una serie
de características que la hacen distinta al hombre, pero complementaria: “Negar
esa diferencia es negar la belleza propia y exclusiva de la mujer”, señala.
En esta línea, los tres sacerdotes señalan que una mujer femenina
y un hombre masculino, que se complementan, son la base de la familia y de la
educación de los hijos. “Muchas
madres hoy tienen que hacer de padre y de madre, porque el padre está ausente
del hogar: le hemos echado”, reflexiona Silva, para quien es
igualmente necesario que el hombre “recupere su masculinidad”. En esta línea,
recomienda dos libros
complementarios de John Eldredge: Salvaje de corazón y Cautivante.
“He conocido mujeres con recelo a la familia o la maternidad por haber sufrido heridas profundas,
por abusos o por una mala convivencia entre sus padres”, dice
Bronchalo, lamentando que “muchas veces las ideologías que proponen una
solución desde el odio dejan cadáveres por el camino, jóvenes hechos polvo”.
Esta desnaturalización del hombre y la mujer -añaden- lleva a una
desnaturalización de la familia, algo que Silva atribuye a la acción de Satanás: “Él quiere arrastrarnos a la
infelicidad y al infierno, y tiene sus métodos -como promover la
reducción de la población mundial-; sabe que si la mujer cae, cae el hombre”.
“La familia
es la estructura fuerte a la que acudimos en la dificultad; una
persona sola es mucho más manipulable”, advierte Bronchalo.
2.000 años de dignidad de la
mujer
“Pero todo esto no empezó hace 40 años con el Día de la Mujer
Trabajadora… ¡viene de Jesucristo!”, advierte Domenech. El párroco rural
destaca que Jesús, que vivió en una época en que las mujeres no tenían ningún
valor, eligió a unas mujeres como testigos de la Resurrección, “el centro del
Evangelio”. “Hace 2.000 años
que el cristianismo está valorando el papel de la mujer, no solo en la Iglesia, también
en la transmisión de la fe”, dice.
Citan otros ejemplos, como el diálogo de Jesús con la samaritana o
el rol de María Magdalena, “apóstol de los apóstoles”. Silva destaca que cuando Jesús dice “Dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos
una sola carne” está defendiendo la dignidad de la mujer, que antes de esa visión podía ser
repudiada de cualquier manera según los intereses del hombre.
También citan las cartas de san Pablo, donde se defiende a las
mujeres como “co-herederas del Reino de Dios”, igual que los hombres.
“El cristianismo introdujo esa gran novedad, que luego es verdad
que tardó siglos en calar en la sociedad”, señala Silva, pero puntualiza que “de hecho, el feminismo surge en la
democracia cristiana, no en otras religiones: quien propicia la
verdadera dignidad y emancipación positiva de la mujer es la fe cristiana”.
La criatura más excelsa: una
mujer, María
Los conductores concluyen este Red de Redes recordando
que “la criatura más excelsa de la Creación es una mujer: la Virgen María, la
nueva Eva”. “María, creyendo al ángel bueno y obedeciéndole, deshace y destruye
el pecado de Eva, y por su ‘Sí’ hemos sido salvados”, recuerda Silva.
También citan “un detalle precioso”. Señala Bronchalo cómo en las
bodas de Caná Jesús llama
a María “mujer”. “Es hermoso, porque es un paralelismo con Eva; reconoce
que del mismo modo que el primer pecado vino porque la primera mujer comió, el
primer milagro viene por que esta mujer intercede”.
Por último, proponen algunas recomendaciones. Domenech recomienda
ver la película Walesa,
sobre el fundador del sindicato Solidaridad en Polonia, y pide
centrarse en el rol de su mujer, Danuta.
Silva recomienda conocer las biografías de santa
Hildegarda de Bingen, doctora de la Iglesia, y santa Juana de Arco,
“dos mujeres que rompieron el molde de su época”. Y Bronchalo recomienda la
carta apostólica Mulieris
Dignitatem, de san Juan Pablo II.
ReL
/ ACdP