La instagramer Mar Dorrio pregunta al famoso padre Fortea cómo afrontar la tarea de educar a los hijos en un entorno hostil
![]() |
| Shutterstock/Krakenimages.com |
¿Quieres
una palabra que produzca miedo, ansiedad, incertidumbre o, en el mejor de los
casos, cautela…? Adolescencia.
La adolescencia es ese tiempo que todos miramos con respeto. En mi caso, o, mejor dicho,
en mi casa, es un tiempo que me va a acompañar más de media
vida.
Puedo decir que he sobrevivido a las cuatro primeras, que estoy en
plena tormenta de cinco, y que me quedan tres como postre. Así que mi pasión,
fruto del interés, me lleva a querer conocer la opinión de expertos que me
expliquen todo lo que pueda aprender acerca de este tiempo tan… emocionante.
La semana pasada tuve la gran oportunidad de hablar sobre
adolescencia con el padre Fortea,
muy conocido por su labor en el ministerio del exorcismo.
– Padre Fortea, ¿qué le pregunta una
madre de adolescentes a un exorcista?: ¿qué ha pasado?, ¿qué porcentaje de
culpa tiene el demonio en que desaparezca la inocencia del niño, su confianza
en sus padres, su existencia feliz, de un plumazo?
– En realidad, tengo que decir que son varios los factores que
afectan al adolescente. Se ve intoxicado esencialmente por tres elementos.
Uno, las hormonas. Es muy llamativo ver cómo los
elefantes, cuando llegan a ese momento de revolución hormonal, se vuelven
absolutamente locos. En la manada, simplemente los dejan hacer hasta que se les
pase. Y, a los hombres, estas hormonas los alteran exactamente igual.
Dos, el demonio. Sí echa leña al fuego, tienta,
pero está muy atado por Dios. Ni nosotros ni los adolescentes vamos a ser
tentados más allá de nuestras posibilidades.
Y tres, la sociedad. Este elemento
sí que es importante. Mucho más que la interacción demoníaca. La influencia
es algo tremendo, es una auténtica escuela del mal. Con lo
cual, si sumamos hormonas, demonio, y sociedad, tenemos el resultado que todos
conocemos.
No ser pesados
– ¿Qué nos recomienda a los padres en
esta etapa?
Me parece fundamental no ser pesados. Hablar una y
otra vez de las mismas cosas a una persona que está cerrada no sirve para nada.
No os hagáis odiosos. Y sabed que muchas cosas que les digáis podrán florecer
con el tiempo, y, cuando hablo de tiempo, puede ser a los
treinta años.
– Si nos recomienda no ser pesados,
¿qué podemos hacer cuando vemos que van por un plano inclinado hacia el
mismísimo infierno?
En la adolescencia, las malas decisiones pueden llevar a ser una
mala situación. Y, por desgracia, a veces la relación con Dios muere. Pero los
padres que rezan están enviando gracias para evitar ese infierno.
–
Padre Fortea, ¿qué hacemos las familias cristianas respecto a las situaciones
irregulares de nuestros hijos, fruto de decisiones contrarias a la moral
católica?
Pues bien, aquí tenemos que distinguir entre hechos
intrínsecamente malos, como robar, matar, violar, mentir, etc…. y hechos no
intrínsecamente malos, como dejar que tu hijo homosexual venga a celebrar la
Nochebuena en casa con su pareja. Después de reflexionar mucho sobre este tema,
he llegado a la conclusión de que es preferible que venga a que se pierdan los
lazos familiares.
Qué hacer en casos difíciles
Hablando con el padre Fortea, llama poderosamente la atención que
un hombre que ha trabajado tanto tiempo mano a mano con lo extraordinario,
tenga las ideas tan claras sobre lo ordinario.
– Padre Fortea, este último consejo
parece más complejo de aplicar cuando es el hermano mayor el que está en esa
situación irregular, y todavía hay que educar y formar en la moral a los que
vienen por debajo. ¿Qué hacemos en ese caso?
Aplicar el sentido común. En él se tienen que apoyar los padres de
familia para encontrar el equilibrio. Pero, ante la duda, casi siempre es mejor
ceder. Lo que está claro es que, cuando son pequeños, hay que educarlos,
exigirles, animarlos a que colaboren con las tareas del hogar… Es el gran
momento de los padres.
– ¿Cree que es bueno buscar ambientes
burbuja para nuestros hijos?
Es algo buenísimo. Es una medida de protección fantástica.
Recomiendo buscar grupos de amigos con las mismas inquietudes, de familias que
tengan las mismas preocupaciones. En las actividades de la parroquia, en los
clubs del Opus Dei, etc. No hay que tener ningún temor a la burbuja: a las
tortugas no les salen los caparazones de la nada.
– ¿Cuál tiene que ser el papel de una
madre en la familia? ¿Cuál es mi papel?
Cuidar, acoger, excusar. Imitar el papel de la Virgen en la Iglesia.
Padre Fortea, muchísimas gracias por responder a esta madre
anclada en la adolescencia. Le pido por favor que nos encomiende muchísimo a
todas las familias que estamos pasando por este tsunami.
¿Tomamos nota de los consejos de un exorcista de cara a la adolescencia? Why not?
Mar Dorrio
Fuente: Aleteia






