Desde 2020, 780 menores han sido secuestrados en Nigeria. 60 permanecen en cautividad. 600 colegios han cerrado por la violencia
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Manifestación en París (Francia) pidiendo el regreso de las chicas de Chibok, en 2015. Foto: CNS |
Nueve años después de que Boko
Haram secuestrara a 276 estudiantes de una escuela para chicas en Chibok
(estado de Borno), 98 de ellas continúan retenidas por esta organización
terrorista. Desde entonces se ha producido una oleada de más secuestros. Para Amnistía Internacional,
esto revela la incapacidad de las autoridades nigerianas de aprender del dolor
de Chibok y, en definitiva, de proteger a los niños.
Desde el secuestro de las niñas
de Chibok, los grupos armados han puesto en su punto de mira a varios colegios
más y han secuestrado, violado, asesinado e impuesto supuestos matrimonios a
decenas de chicas. Sin embargo, los dirigentes del país no han llevado a cabo
ni una sola investigación creíble sobre los fallos de seguridad que dejaron
desprotegidas a estas niñas frente a las atrocidades de Boko Harman y otros
combatientes.
«Los padres de esas 98 chicas
viven en la angustia, sabiendo que sus hijas están en manos de individuos sin
escrúpulos que las están sometiendo a espeluznantes atrocidades», ha afirmado
Isa Sanusi, directora en funciones de Amnistía Internacional en Nigeria. «Hace
ya mucho que las autoridades tendrían que haber tomado medidas significativas
para oponerse a a los grupos armados. Nigeria tiene la obligación de
implementar salvaguardas para proteger a todos los niños, y la falta de
rendición de cuentas por estos crueles crímenes alimenta la impunidad. Las
alumnas de Chibok desaparecidas deberían ser devueltas a su hogar con sus
familias, y todos los responsables de estas graves violaciones deben
enfrentarse a la Justicia».
600 escuelas cerradas
Entre diciembre de 2020 y marzo
de 2021, se ha informado de al menos cinco casos de secuestros en el norte de
Nigeria, incluyendo en colegios, en Kankara, Kagara, Jangebe, Damishi, Kaduna,
Tegina y Yawuri. De los más de 780 menores secuestrados para pedir un rescate, más de 60
todavía siguen cautivos. La amenaza de más ataques ha llevado asimismo al
cierre de más de 600 centros educativos en el norte del país.
A finales de marzo, Amnistía
Internacional entrevistó a cinco estudiantes de Chibok que habían escapado de
Boko Haram y a sus padres. Dijeron que habían perdido casi toda esperanza en
que las 98 chicas aún secuestradas fueran a ser rescatadas. Una de las
entrevistadas dijo que «cada mañana me despierto y recuerdo en qué situación
las dejé. Lloro y lo siento por ellas. Nueve años es demasiado tiempo para
estar en una situación tan deplorable. El Gobierno debe cumplir su promesa de
rescatarlas».
El padre de una de las niñas
secuestradas informó a esta entidad de que los representantes del Estado ya no
se ponen en contacto con ellos y los han abandonado. Les preocupa que las que
se nieguen a casarse con miembros del grupo terrorista estén sufriendo un trato
brutal cada día. «Rescatar a esas chicas es primordial. Encontrarlas no debería
convertirse en otro proyecto fracasado del Gobierno», subraya Sanusi. «Es
absolutamente crucial que la administración saliente haga todo lo que esté en
su poder».
También las chicas regresadas y
sus familias se enfrentan a un reto diario. «Nuestro dolor no tiene fin porque
14 de las chicas volvieron con 24 niños. Tenemos con nosotros a nietos cuyos
padres son unos desconocidos. Nuestra carga se ha multiplicado porque no
tenemos dinero para afrontar la carga adicional de alimentar, educar y ofrecer
atención médica a nuestras hijas y nietos». A ello se suma el problema añadido
del «rechazo social y el estigma al que nos enfrentamos. ¡Estamos
desesperados!».
Fuente: Alfa y Omega