15.6.23

TRAS LAS HUELLAS DE CARMEN HERNÁNDEZ EN TIERRA SANTA: EL VIAJE EXISTENCIAL QUE DIO ORIGEN AL CAMINO

La BAC publica «Están en ti todas mis fuentes», sobre su paso por Israel en 1963 y 1964

Carmen visitó Tierra Santa en 1963/64, allí recorrió los Santos Lugares, estudió
las Escrituras y llegó a trabajar en casas de familias judías para poder mantenerse

María del Carmen Hernández Barrera (1930-2016) fue la coiniciadora del Camino Neocatecumenal junto con Kiko Argüello. Con él y con el padre Mario Pezzi formó parte del Equipo Responsable Internacional de dicha realidad eclesial hasta su fallecimiento en 2016.

A partir de enero de 2018, el equipo internacional se completó con María Ascensión Romero, después de que el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida así lo solicitase, y como establecen los Estatutos del Camino Neocatecumenal.

El pasado 4 de diciembre de 2022 se llevó a cabo en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid el acto de apertura de la causa de beatificación de Carmen Hernández, momento en el que Kiko hizo una interesante intervención. A partir de entonces ya está permitido referirse oficialmente a Carmen como Sierva de Dios.

Hasta la apertura de su causa, tres eran los libros fundamentales que se habían publicado relacionados con Carmen. El primero de ellos fue Diarios. 1979-1981, de su autoría. Publicado en 2017 por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

El siguiente libro lo publicó también la BAC en 2021 y tuvo por título Carmen Hernández. Notas biográficas. Fue escrito por Aquilino Cayuela y se presentó en ese mismo año. El tercero, titulado La necesidad de la oración en el pensamiento de Pío XII fue publicado en 2022 por Descleé de Brouwer y editado por Alfonso V. Carrascosa y Raúl Orozco.

Se abrieron las Escrituras

Y llega ahora el cuarto libro: Están en ti todas mis fuentes. La sierva de Dios Carmen Hernández en Tierra Santa (1963-64). Publicado en este 2023 y también por la BAC. Una editorial que se convierte en la que más obras ha publicado sobre esta mujer

La obra es una traducción del italiano Sono in te tutte le mie fonti. La serva di Dio Carmen Hernández in Terra Santa 1963-64, de la Editorial Chirico. Los autores son Francesco Voltaggio y Paolo Alfieri.

El libro versa sobre la primera peregrinación llevada a cabo por Carmen Hernández a Tierra Santa durante los años 1963-64. Peregrinación que hizo en compañía de su amiga irlandesa Carmel Cooling.

Lejos de tratarse de una mera cronología de visitas a Santos Lugares, los autores nos sumergen desde el principio en el universo existencial de Carmen, asegurándole al lector de este modo una fuerte interpelación, el cual no tardará en emprender su propio viaje espiritual acompañando a esta extraordinaria mujer.

La propia Carmen se había referido en vida a este viaje, señalando que su realización tuvo lugar por un anhelo personal de conocer Tierra Santa en un momento muy delicado de su vida. Un tiempo en el que no le fue posible profesar los votos perpetuos para integrarse en el Instituto Misioneras de Cristo Jesús, donde pensaba que se realizaría su vocación de evangelizar en la India, y de partir hacia Oruro (Bolivia).

Empleando como base las anotaciones originales que Carmen hizo en sus dos agendas, el texto integra lo que esta experiencia supuso con posterioridad al desarrollo del Camino Neocatecumenal y las referencias que Carmen hizo a dicho viaje. También introduce aspectos de interés, que los autores conocen de primera mano por haber vivido allí o por haber estudiado en profundidad los lugares y las tradiciones judías.

Las dos amigas partieron a Tierra Santa en una gran precariedad, a la aventura, como auténticas peregrinas, con una mochila cada una, una pequeña tienda de campaña… y Carmen con su Biblia debajo del brazo. Lo planeado era estar dos meses… y la cosa se prolongó casi un año.

Limpiando casas de judíos

La geografía de la salvación se convertiría a partir de ese momento en un elemento central de la predicación de Carmen Hernández y por extensión del Camino Neocatecumenal. Como ella misma no se cansaría de repetir "Dios se ha revelado no solo en la historia sino también en la geografía".

Los autores consiguen hilvanar las vivencias de Carmen con lo que ella misma aseguró que el viaje le supuso en lo personal: "El Señor me concedió que se me abrieran las Escrituras".

Esta expresión viene a significar que durante el transcurso de la peregrinación experimentó, con una intensidad nunca antes vivida, que las Escrituras hablaban de ella, de la historia de salvación que Dios quería realizar a pesar de las adversidades. Que dicha historia no era otra que la que había llevado a cabo Dios con el pueblo de Israel y la misma que quiere realizar con cada hombre, entregándole a su Hijo Jesucristo para su salvación.

Las descripciones que hace Carmen del bien espiritual que le iba haciendo la visita de los Santos Lugares, y el leer los textos sagrados relacionados con los mismos, contrasta con las dificultades tanto materiales -que le obligaron a buscar trabajo limpiando casas de cristianos, judíos y musulmanes, quedando estos encantados del amor con que lo hacían- como espirituales.

Estas últimas dificultades, ocasionadas tanto por algún que otro desencuentro entre ellas como, sobre todo, por el sufrimiento interior de Carmen que, una y otra vez, comentó que era debido a su anhelo de "encontrar el lugar donde Dios me quería en su Iglesia". Carmen había tenido una traumática experiencia al no poder permanecer en el instituto religioso en el que había estado tanto tiempo.

La propia Carmen refirió con posterioridad en varias ocasiones que la teología exegética que ella había estudiado en Valencia, al hacer Ciencias Sagradas, era distinta a lo que ella entendía. Cuando se refiere al "abrirse de las escrituras por obra del Espíritu Santo", siempre iluminadas en un contexto Pascual a la luz de la Resurrección del Señor, es cuando Carmen dice literalmente "todo cobra fuerza".

Y todo integrando aspectos no sólo históricos sino geográficos. Carmen ve los Santos Lugares como lugares teológicos. A lo insólito de que dos mujeres jóvenes emprendiesen un viaje de estas características en el año 1963, se une el hecho del abundante material gráfico incluido en el libro.

Dicho material ocupa aproximadamente la mitad de la obra, siendo testimonio inequívoco de la intensidad y amplitud del viaje, así como de lo vivido en él. Particularmente conmovedoras pueden resultar algunas imágenes en las que Carmen dirige su mirada al horizonte o al Cielo. No era muy normal en la época hacer tal número de fotografías en un viaje.

La conexión del Camino con Israel

Esta riqueza de imágenes tiene también un valor histórico en el sentido de que permiten hacernos una idea del estado de Tierra Santa y de los Santos Lugares en dicha época. "Es a pie como se entienden las cosas que vemos", decía Carmen, y las fotografías nos facilitan ver mucho de lo que Carmen vio en aquel inolvidable viaje.

La visita a la Escuela Bíblica de Jerusalén, de donde proviene el posterior uso en el Camino de la Biblia de Jerusalén; el "casual" encuentro con el Papa San Pablo VI, que visitó precisamente en ese momento los Santos Lugares; los contactos hechos con las hermanas de diversas órdenes religiosas, y con los franciscanos, permitiendo con el tiempo estos últimos la construcción de la Domus Galilaeae; la búsqueda de los últimos lugares; el anuncio del Evangelio por parte de las peregrinas en las casas donde limpiaban; el amor a Tierra Santa y la veneración a nuestros padres en la fe; vivir varias noches de oración…

Son todo experiencias absolutamente providenciales que Carmen tuvo y que terminaron pasando a la praxis del Camino Neocatecumenal y siguen enriqueciendo y, esperemos enriquecerán, espiritualmente a generaciones.

Concluye la obra señalándose que será a la vuelta del viaje cuando Carmen tenga la primera noticia de la existencia de un tal Francisco José Gómez Argüello Wirtz -haciendo alusión a la nota que Carmen mismo deja en su agenda-, que no conocía de nada y con quien también, de manera providencial, emprenderá "la peregrinación" que durará hasta su partida al Padre.

Es éste un elemento más de ayuda para entender que el Camino Neocatecumenal no es una realidad eclesial planificada en un despacho o preconcebida, sino inspirada, y que fue surgiendo progresivamente de una manera providencial.

Amar las fuentes de la fe

En cuanto a los autores, Francesco Giosuè Voltaggio (Roma, 1974) es licenciado en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma (2002) y doctor en Ciencias Bíblicas y Arqueología por el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén (2007), y se especializó en el estudio del hebreo moderno en la Universidad Hebrea de Jerusalén.

Ha sido rector y profesor de Sagrada Escritura y de Judaísmo en el Seminario Redemptoris Mater de Galilea (2007-2017), y desde 2017 es sacerdote Fidei Donum en el Patriarcado latino de Jerusalén. Es también autor de obras que ya han sido comentadas aquí en Rel, y coautor de la reciente y más que recomendable guía Tierra Santa. Biblia, arqueología, catequesis, también de la BAC .

Por su parte, Paolo Alfieri es sacerdote del Patriarcado Latino de Jerusalén y canonista, es misionero itinerante del Camino Neocatecumenal con destino en Sudán. Se formó y vivió muchos años en Tierra Santa, siendo, entre otras cosas, vicerrector del Seminario Redemptoris Mater de Galilea, donde también fue profesor de árabe.

Completa la obra un magnífico prefacio del sacerdote Rino Rossi, actual director del Monasterio Domus Galilaeae del Centro Internacional del Camino Neocatecumenal (Korazim, Israel). El italiano insiste en la conexión de la providencial peregrinación con el posterior desarrollo del Camino Neocatecumenal, permitiendo al lector descubrir la relación directa que el Concilio Vaticano II tiene con todo lo vivido por Carmen y posteriormente trasladado a esta realidad eclesial.

Rino concluye: "Mi deseo es que el libro que tienes en tus manos, querido lector, que posee el mérito de transmitir la experiencia viva de Carmen en Tierra Santa, te ayude a amar las fuentes de nuestra fe, que se encuentran en Cristo, en la Escritura, en la tradición, en la Iglesia, para que puedas realmente experimentar y exclamar primero con el salmista y luego con Carmen".

Podría decirse de algún modo, y salvando las distancias, que la peregrinación de Carmen recuerda a la que hiciera otra mujer española, hispanorromana, en el siglo IV, Egeria. Esperemos que el bien espiritual que sus narraciones han hecho a lo largo de la historia vean su continuidad en el libro que en rústica y a muy económico precio ofrece ahora la BAC a todos nosotros.

Alfonso V. Carrascosa

Fuente: Religión en Libertad


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