El joven de 21 años, que hace unos días había pronunciado los votos en la orden de los carmelitas, falleció este sábado en Salamanca. Poco antes decía a su madre que si iba a morir, merecía «una fiesta»
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| Fray Pablo durante una Misa en su habitación de hospital. Foto: Carmelitas |
El joven Pablo Alonso, que a
finales del mes pasado pronunció los votos en la orden de los carmelitas in
articulo mortis por un avanzado cáncer falleció este sábado en Salamanca a
los 21 años. Fray Pablo María de la Cruz Alonso Hidalgo ha dejado este
mundo en el convento carmelita de San Andrés de Salamanca, donde ha pasado sus
últimos días, según ha confirmado la diócesis al diario regional La
Gaceta de Salamanca.
«Yo soy la Resurrección y la
Vida», dice el Señor. «Los que han muerto con Cristo, nuestro Amor y nuestra
Esperanza, resucitarán con Él», decía el mensaje de la familia, para comunicar
el fallecimiento de fray Pablo, que se ha extendido rápidamente por WhatsApp.
»Las almas de los fieles difuntos, en especial de nuestro hermano Pablo María
de la Cruz, descansen en paz. Encomendadlo en vuestros sufragios y oración»,
pedían sus allegados.
También el carmelita y profesor en la Pontificia Facultad Teresianum y en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, fray Emilio José Martínez, ha dado la noticia a través de las redes sociales.
Pablo Alonso padecía un Sarcoma
de Ewing desde que tenía 16 años. En estos casi seis años aseguró que sentía la
llamada de Dios a la vida consagrada y el pasado 21 de junio entró a formar
parte como novicio de la comunidad salmantina de carmelitas en una ceremonia en
el Hospital Clínico de Salamanca, en la habitación 615.
En el último número de este
semanario contamos
su historia y hablamos con el director espiritual, fray Desiderio.
«Tengo 57 años, he sido maestro de novicios durante 18 y nunca me he encontrado
con algo tan peculiar», decía, asombrado. El contacto cercano con Pablo cambia
la vida, «me denuncia mi rutina, mi tibieza y mi consagración. Y me contagia
las ganas de ser mejor». En las palabras de agradecimiento del nuevo
fraile el día que pronunció los votos, una frase demoledora: «Lo que quería
comunicaros es lo increíblemente bonita que es la muerte en Cristo, que es
algo que no da miedo, que es alucinante, y que es un tabú que yo creo que hay
que romper». Es que Pablo «se ríe de la muerte», apuntaba Desiderio, y a
nosotros «nos quita el miedo».
Pareciera que para vivir con esa
entereza una situación así, uno debiera ser raro, un friki. «Pablo no es nada
de eso. Ni es raro ni es excéntrico. No es ningún iluminado», reivindicó su
director espiritual. De hecho, «están viniendo muchísimos jóvenes, muchos
amigos de Pablo, a la parroquia que antes no venían». Contábamos, además, que
el sentido del humor tampoco le faltaba. Y en estos últimos días el joven
fraile había estado escuchando la canción La fiesta, del puertorriqueño
Pedro Capó, y comentaba con su madre que, como dice la canción, «si me voy a
morir, me merezco una fiesta». Por lo que preparó su funeral. «Constará de tres
partes: una Eucaristía, una adoración del Santísimo y una oración de alabanza»,
y pidió que sus amigos brinden por él. «Hasta hizo una playlist».
Fray Pablo finalmente llegó a su
fiesta.
Fuente: Alfa y Omega






