ACI Prensa pudo recoger 10 conmovedores testimonios de algunos de estos jóvenes
![]() |
ACI Prensa |
Cerca de 50.000 jóvenes españoles se reunieron en la ciudad
portuguesa de Estoril en la víspera del 1 de agosto para participar en una Misa
celebrada por el Cardenal Juan José Omella y los obispos españoles presentes en
la Jornada Mundial de la Juventud.
En un colorido escenario repleto de banderas e imágenes
religiosas, donde se respiraba una gran expectación, ACI
Prensa pudo recoger 10 conmovedores testimonios de algunos de estos jóvenes que
han decidido renunciar a sus días de vacaciones para convertirse en testigos de
Cristo durante este esperado encuentro.
Es el caso de Julio, de 27 años, que ha llegado a Lisboa desde
Cataluña “para aprender un poco más de Dios” y para encontrarse con el Señor,
algo que ya pudo experienciar en las JMJ anteriores, donde además descubrió “un
grupo de amigos católicos”.
Ana, Alberto y Jorge tienen 16
años y vienen desde la ciudad española de Valencia. En la JMJ esperan “aprender
más de Dios, encontrarse con el Señor y disfrutar con el resto de jóvenes”.
Para Joan y María, de 28 años, lo importante de estos días es
tener “un encuentro personal con Cristo” y darse cuenta de que el “Señor está y
hay mucha gente joven que le sigue. No es gente rara, esta es la universalidad
de la Iglesia”.
Los jóvenes madrileños Jaime y Juan, de 19 años, quieren “conquistar
a la gente” a su vuelta y convertir “el mundo en el cielo”.
ACI Prensa también pudo conversar con religiosas de la
Congregación “Madres de Desamparados y San José de la Montaña”, que animaron a
los jóvenes a luchar “por llevar el mensaje de la verdad de Dios” y a “no tener
miedo”.
De la ciudad de Pamplona vienen Almudena y Alfonso, que
mantienen una relación desde hace casi dos años. Por su experiencia,
aconsejaron a las parejas poner “a Dios en el centro como prioridad y como
clave para tener un matrimonio santo”. “Dios es el Rey de nuestra vida”,
aseguró Almudena.
Entre los jóvenes se encontraba un matrimonio de ancianos
madrileños que mostraron su admiración por la juventud de su país. Agradecieron
también que el Papa Francisco insista en la importancia de que exista
una relación entre los mayores y los jóvenes.
La JMJ es también una ocasión para unir amistades separadas por
la distancia. Es el caso de 3 chicas de diferentes ciudades de España (Jerez,
Cuenca y Segovia), “unidas en Cristo” gracias a los campamentos organizados por
la Esclavas Carmelitas. Para ellas, este encuentro es una muestra de que “la
Iglesia está viva y Cristo vive en los jóvenes”.
Tras concelebrar la Misa, el P. Manuel, de la diócesis de
Castellón, afirmó que “todos necesitamos despertar y encendernos en el fuego
del amor de Cristo”. Advirtió, además, que lo vivido en la JMJ “hay
que seguir alimentándolo” tras volver a casa.
Por su parte, el P. Juan, de la ciudad de Jaén, espera que tras
la JMJ surjan muchas vocaciones, tanto “a la vida consagrada como al
matrimonio”.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI
Prensa