Los dominicos entrevistaron a Pepe en julio: durante la charla, reveló la influencia de la orden en su infancia o cómo descubrió que no estaba llamado para la vida religiosa
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| Ecclesia |
La radio española está de luto, especialmente la Cadena COPE. Ha
muerto Pepe Domingo Castaño. Lo ha hecho de manera repentina, sin
hacer ruido, en la madrugada de este domingo 17 de septiembre. Tenía ochenta
años, pero su vitalidad permanecía intacta.
Mucho y bueno se está hablando de su legado como comunicador, presentador,
músico, artista... facetas en la que ha destacado la Leyenda. Quizás lo que
menos gente sepa es su pasado con los frailes dominicos.
El pasado mes de julio, los dominicos tuvieron la oportunidad de entrevistarle.
Estaba de vacaciones tras una intensa temporada deportiva. Contaba que los
directivos de COPE le habían convencido para seguir una temporada más, que
su retirada de la radio fuese progresiva.
Pero como decimos, en la entrevista con los dominicos, Pepe Domingo Castaño recordó sus comienzos vitales. Se remontó hasta los nueve años, cuando ingresa en el convento de Corias de los Dominicos en Asturias: “En Padrón había un convento de dominicos y me hice muy amigo de los frailes. Era monaguillo y me llevaron a Corias, en Asturias. Allí estuve cinco años y luego mi curso inauguró el colegio de la Virgen del Camino. Estaba sin terminar todavía y recuerdo que nos fuimos de Corias, a casa, en vacaciones y volvimos ya a la Virgen del Camino. O sea, que en la Virgen del Camino estuve un año y cinco en Corias”, contaba en la charla este verano.
El Padre Iparraguirre, el sacerdote que inoculó a
Pepe el veneno por la radio
De hecho, el gusanillo por la radio llegaría pronto, con los frailes. Fue
gracias a dos sacerdotes “muy simpáticos”, quienes le inocularon el veneno de
las ondas, el Padre Felipe Lanz y el Padre Iparraguirre.
“El Padre Iparraguirre era un cachondo de la vida, un tío que vivía muy
feliz, que transmitía mucha felicidad, y un día se le ocurrió la idea de montar
una emisora y pidió voluntarios. Yo, lógicamente, me presenté como locutor.
Hicieron unas pruebas pequeñitas, me aceptaron y montamos una emisora que se
llamaba Radio Cauriense, de Corias. Y ahí empezamos a hacer cositas,
leíamos poemas, trozos de libros, hacíamos concursos, todo muy pequeñito, una
niñería, pero bueno, tuvimos mucho éxito”.
De su paso por los dominicos Pepe Domingo Castaño solo tenía
agradecimiento, ya que le ayudaron a crecer como persona: “Mi formación
viene de ellos. Aprendí a ser persona, a respetar a los demás, a darle una
oportunidad a la gente, a creer que lo más importante en la vida es la verdad,
a respetar a mis padres, a repartir cariño, a tener un bagaje cultural brutal
que no tenían otros chicos de mi edad, y prueba de ello es que todo eso me
sirvió para ser lo que he intentado y he luchado por llegar a ser”, ha explicado.
Así descubrió Pepe Domingo Castaño que no estaba llamado para la vida
religiosa
Pero una vez terminó su periodo de estudios, Pepe Domingo se dio cuenta que
no estaba llamado para la vida religiosa. Se dio cuenta una vez le pusieron el
hábito por primera vez. Fue en Palencia, en el convento de San Pablo. Sentía
una responsabilidad tremenda.
“Me miraba al espejo, me veía con aquel hábito y no me lo creía y me decía.
¿Qué pinto aquí si realmente yo he venido aquí a estudiar? Yo nunca pensé
en ser fraile, por lo menos no tenía esa intención, pero claro, el contacto con
ellos, luego ya el noviciado, estás allí todo el día rezando, haciendo cosas
que tenían poca relación con el estudio. Y me di cuenta de que me costaba
y se lo dije al padre maestro, que era el Padre Merino, que era un santo varón
increíble y me dijo 'piénsatelo, piénsatelo. Me lo pensé, volví y le dije que
me iba”, relató Pepe Domingo Castaño en la entrevista.
Fuente: Revista Ecclesia






