Todo lo que debes saber de la Virgen de los Dolores, fiesta que se celebra hoy 15 de septiembre
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El 15 de
septiembre, justo un día después de la fiesta de la Exaltación de la
Santa Cruz, la Iglesia celebra una de las grandes devociones marianas, la
fiesta de Nuestra Señora
de los Dolores. Dos fiestas que están unidas por la pasión de Cristo.
Esta fiesta que recuerda los grandes sufrimientos de la Virgen
María es una de las advocaciones más populares. De tradición antiquísima, la Virgen de los Dolores se encuentra
en miles de iglesias de todo el mundo y su culto popular es uno de los
más importantes. Prueba de ellos son los siete dolores y el hecho de que además
del 15 de septiembre, la Virgen de los Dolores también sea recordada justo
antes de la Semana Santa, concretamente el viernes anterior al Domingo de
Ramos, conocido popularmente como “Viernes de Dolores”.
-¿Cuándo comenzó la devoción a
la Virgen de los Dolores?
Nuestra Señora de los Dolores es una
de las advocaciones
marianas más universales. No está vinculada ni a un determinado lugar
físico ni a una aparición sino a los sufrimientos que padeció María por los
terribles sufrimientos de su hijo Jesús.
La devoción es antiquísima y ya en el
siglo VIII en la Iglesia se escribía acerca de la “Compasión de la Virgen”, en relación a la
participación de María en los dolores de Cristo. Primero surgió la devoción a
los cinco dolores de María, que posteriormente se amplió a los 7 dolores que se
meditan actualmente. De este modo, pronto comenzaron a componerse himnos para
honrar a la Mater Dolorosa. Un ejemplo de ellos es el Stabat Mater.
En Occidente la fiesta comenzó a
celebrarse durante la Edad Media bajo el nombre de “Transfixión de María” o la “Recomendación de María en el
Calvario” y en un principio se conmemoraba en el tiempo pascual.
Una buena parte de la responsabilidad
de la difusión de esta devoción de la Virgen se debe a los religiosos servitas,
muy devotos de los dolores de María. Fueron ellos que comenzaron a celebrar
esta memoria bajo la Cruz
con oficio y misa especial. Más tarde, ya comenzó a celebrarse el
tercer domingo de septiembre. Pero además, el viernes anterior al Domingo de
Ramos se conmemoraba también el llamado popularmente como “Viernes de Dolores”.
Benedicto XIII extendió
universalmente la celebración del “Viernes de Dolores” en 1472 y en 1814 el Papa Pío VII fijó
la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores para el 15 de septiembre, un
día después a la Exaltación de la Santa cruz.
-¿Cuáles son los siete dolores de la Virgen?
Los Siete Dolores de la Virgen es una
antigua devoción que ha llegado hasta nuestros días y en las que se repasan
siete dolores que la Virgen padeció durante la vida de Jesús y que es un
reflejo del amor y sufrimiento de la Madre de Cristo. Para meditar los siete
dolores se utilizan pasajes del Evangelio en los que aparece María.
-Primer Dolor: La profecía de Simeón. (Lucas 2,22-35):
«Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y
elevación de muchos en Israel, y como signo de contradicción. ¡y a ti misma una
espada te atravesará el alma! a fin de que queden al descubierto las intenciones
de muchos corazones». (Lc2,34-35)
-Segundo Dolor: La huida a Egipto. (Mateo 2,13-15):
«Cuando ellos se retiraron, el ángel de Señor se apareció en sueños a José y le
dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate
allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle. Él
se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo
allí hasta la muerte de Herodes: para que se cumpliera lo dicho por el Señor
por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo». (Mt 2,13-15)
-Tercer Dolor: El Niño perdido en el Templo. (Lucas
2,41 -50): «Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio
de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas…Cuando le vieron
quedaron sorprendidos y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto?
Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando…» (Lc2,46-48)
-Cuarto Dolor – María se encuentra con Jesús camino al Calvario. (Lam
1,12): «Vosotros que pasáis por el camino, mirad, fijaos bien si hay dolor
parecido…» (Lam 1,12)
-Quinto Dolor – Jesús muere en la Cruz. (Juan 19,17-39): «Junto
a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de
Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo
a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al
discípulo :»Ahí tienes a tu madre…» (Lc 19, 25-27)
-Sexto Dolor – María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de
la Cruz. (Juan 19, 38): «Después de esto, José de Arimatea, que era
discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato
autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió.» (Jn
19,38)
-Séptimo Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro. (Lucas 23,
53-54): «…y, después de descolgarle, le envolvió en una sábana y le
puso en un sepulcro excavado en la roca en el que nadie había sido puesto
todavía.» (Lc 23, 53-54).
-¿Cuáles son las 7 promesas de la Virgen para quien
medite sus dolores?
En sus revelaciones a Santa Brígida de Suecia en
el siglo XIV, la Virgen le dijo que concedería siete gracias a aquellos que
cada día la acompañen rezando con verdadera devoción siete Avemarías meditando
acerca de sus dolores y sus lágrimas. Estas son las 7 promesas:
1. Les concederá paz a sus familias.
2. Serán iluminadas de los divinos
Misterios.
3. Les dará consuelo en sus penas y
compañía en sus trabajos.
4. Cuando no se oponga a la voluntad
de su Hijo o a la salvación de sus almas, les concederá lo que le pidan.
5. Protección en cada momento de la
vida y les defenderá en sus batallas espirituales contra el enemigo.
6. Asistencia en el momento de la
muerte y verán su rostro.
7. Aquellos que propaguen esta
devoción, sean llevados de esta vida terrena a la felicidad eterna, sus pecados
serán perdonados y el Señor será su gozo y consuelo eterno.
¿Por qué se representa a la Virgen con puñales clavados
en su corazón?
La Virgen de los Dolores ha sido
tradicionalmente representada o bien con una espada clavada en su corazón o
bien con siete puñales. Así ha sido durante siglos tanto en el arte como en la
rica imaginería religiosa. El
origen se remonta a las propias Escrituras, concretamente en la profecía de
Simeón que recoge el Evangelio de San Lucas, en la que el anciano le
dice a la Virgen que una espada le atravesará el alma, ante el gran sufrimiento
que verá en su hijo Jesús. Tras la devoción de los siete dolores también se
empezaron a utilizar siete puñales, uno por cada dolor, para representar a la
Virgen Dolorosa.
Así lo recogía el Evangelio de San
Lucas:
“Había por entonces en Jerusalén un
hombre llamado Simeón; este hombre justo y piadoso, esperaba la consolación de
Israel, y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el
Espíritu Santo que no moriría antes de ver al Cristo del Señor. Movido por el
Espíritu Santo vino al Templo; y al introducir sus padres al niño Jesús para
cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, lo tomó en sus brazos y bendijo a
Dios diciendo: ‘Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu siervo se vaya en paz,
según tu palabra, porque mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado
ante la faz de todos los pueblos, luz para revelación de los gentiles y gloria
de tu pueblo, Israel’. Su padre y su madre estaban admirados por las cosas que
se decían de él. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: ‘Mira, éste ha
sido destinado para ser caída y resurrección de muchos en Israel, y como signo
de contradicción –y a ti misma
una espada te atravesará el alma-, para que se descubran los pensamientos
de muchos corazones’”. (Lc 2, 22-35).
-¿Qué es el Stabat Mater?
- No es posible hablar de la Virgen
de los Dolores sin tener en cuenta el Stabat Mater, un himno del siglo XIII asociado a la Virgen Dolorosa. Este
himno se ha atribuido al fraile franciscano Jacopone da Todi y que comienza con el conocido Stabat Mater dolorosa. Es
una bella oración que se centra en los sufrimientos de la Virgen durante la
Pasión de su hijo.
Texto del Stabat Mater en castellano:
llorando junto a la cruz
de la que pendía su Hijo.
Su alma quejumbrosa,
apesadumbrada y gimiente,
atravesada por una espada.
¡Qué triste y afligida
estaba la bendita Madre
del Hijo unigénito!
Se lamentaba y afligía
y temblaba viendo sufrir
a su divino Hijo.
¿Qué hombre no lloraría
viendo a la Madre de Cristo
en tan gran suplicio?
¿Quién no se entristecería
al contemplar a la querida Madre
sufriendo con su hijo?
Por los pecados de su pueblo
vio a Jesús en el tormento
y sometido a azotes.
Ella vio a su dulce Hijo
entregar el espirítu
y morir desamparado.
¡Madre, fuente de amor,
hazme sentir todo tu dolor
para que llore contigo!
Haz que arda mi corazón
en el amor a Cristo Señor,
para que así le complazca.
¡Santa María, hazlo así!
Graba las heridas del Crucificado
profundamente en mi corazón.
Comparte conmigo las penas
de tu hijo herido, que se ha dignado
a sufrir la pasión por mí.
Haz que llore contigo,
que sufra con el Crucificado
mientras viva.
Deseo permanecer contigo,
cerca de la cruz,
y compartir tu dolor.
Virgen excelsa entre las virgenes,
no seas amarga conmigo,
haz que contigo me lamente.
Haz que soporte la muerte de Cristo,
haz que comparta su pasión
y contemple sus heridas.
Haz que sus heridas me hieran,
embriagado por esta cruz
y por el amor de tu hijo.
Inflamado y ardiendo,
que sea por ti defendido, oh Virgen,
el día del Juicio.
Haz que sea protegido por la cruz,
fortificado por la muerte de Cristo,
fortalecido por la gracia.
Cuando muera mi cuerpo
haz que se conceda a mi alma
la gloria del paraíso.
Amén.