Christian Smith, experto en
religiosidad juvenil y sociología de la religión
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Transmitir la fe a los hijos en esta época no es fácil ni delegable... los padres han de hablarles regularmente del tema |
Christian Smith es uno de los sociólogos de la
religión más influyentes y divulgadores de Estados Unidos. Fue profesor de
sociología 12 años en la Universidad de North Carolina en Chapel Hill, y desde
2006 lo es en la universidad católica de Notre Dame, Indiana.
Insiste en que los padres religiosos, si quieren transmitir la fe a
sus hijos, necesitan tenerlo como prioridad declarada. Además, han de hablar
específica y personalmente de religión con los chicos entre semana, no
sólo el domingo.
De protestante a católico, y experto sociólogo
Christian Smith creció en una familia protestante presbiteriana, "moderadamente"
conservadora y evangélica, ha explicado en varias entrevistas. Disfrutó
de un buen grupo de monitores y formadores de fe cuando era joven, algo que
hoy sabe que no es común.
Sus preguntas sobre el papel de la Escritura y la autoridad de la Iglesia
le llevaron en un viaje espiritual por iglesias anabaptistas, después
anglicanas y finalmente se hizo católico tras 13 años de "mucho
leer, hablar, pensar, preguntar, discutir, reconsiderar y rezar". La
autoridad y unidad de la Iglesia Católica y las riquezas de su doctrina social
son elementos que le ayudaron en su viaje.
A partir de cierto momento, Christian se especializó en investigar
sociológicamente la fe de los niños, jóvenes y adolescentes de EEUU en
sus libros Soul Searching, Souls in Transition, Youth
Catholic America y Lost in Transition.
En ellos presenta, entre otras cosas, una tesis realista: la mayoría de los
norteamericanos que creen en Dios, especialmente entre los menores de 35
años, en realidad no son ni católicos, ni protestantes, ni judíos: son
"deístas terapéuticos moralistas" (MTD, en inglés), una
expresión que acuñó Christian y que en los últimos diez años usan cada vez más
analistas y evangelizadores.
Lo que cree la gente que dice que cree... algo
Los "deístas terapéuticos moralistas" están poco o nada
interesados en Jesús, la Biblia, el pecado o tratarse personalmente con Dios.
Vayan a la parroquia, al culto protestante o a la sinagoga (cuando van), sus
creencias son, básicamente estas 5:
- Dios existe, creó y ordenó el mundo, y vigila la vida
de los humanos,
- Dios quiere que seamos buenos, majos, amables... así lo enseña la
Biblia y la mayoría de las religiones,
- El objetivo de la vida (esta vida) es sentirme bien conmigo mismo,
y ser feliz,
- Dios no debería meterse en nuestras vidas... excepto si le pido
ayuda para resolver un problema,
- Los buenos van al cielo cuando mueren.
La visión general de estas personas es la de un Dios supervisor
lejano, solucionador, sin necesidad específica de ser salvados los
hombres del pecado, y con la vida eterna casi por seguro... que deja
poco espacio a Jesús y la necesidad de convertirse.
Cómo transmitir la fe, y cómo no conseguirlo
El "teísmo moralista terapéutico" se transmite con cierta
facilidad "natural" (o cultural) en Estados Unidos. Lo que no
se está transmitiendo hoy de forma natural ni cultural es el verdadero
cristianismo, ni siquiera de padres a hijos. Para transmitirlo hace
falta un esfuerzo consciente.
En una entrevista en CruxNow.com en
enero de 2020, Christian Smith determinaba las cosas que funcionan y las que
no, según su investigación sociológica, a la hora de transmitir la fe en
nuestros días.
Las 5 cosas que no funcionan para pasar la fe a los hijos
1. Padres demasiado pasivos
No se esfuerzan, o se esfuerzan poco en transmitir la fe, no actúan sobre
el niño en este tema. Así no se pasa la fe.
2. Padres demasiado autoritarios
"Deben ser padres proactivos, pero no abrumadores", señala el
sociólogo.
3. Limitarse a 'dar ejemplo', pero sin hablar de la fe en casa
"No funciona modelar la fe y práctica religiosa de los niños sin que los
padres les hablen con frecuencia de por qué el padre cree y practica; los niños
necesitan oir hablar del tema a los padres, no sólo vivirlo", insiste el
sociólogo.
4. La hipocresía y doble vida
Evidentemente, no es eficaz para transmitir la fe decir al niño que ir a misa
el domingo o ayunar es muy importante si luego ve que los mismos padres no van
a misa o no ayunan. La doble vida es pésimo ejemplo.
5. Dejárselo a la escuela o la parroquia
La escuela y la parroquia, en realidad, por sí solas no tienen casi eficacia a
la hora de transmitir la fe a los niños. Tampoco funcionan apenas, sin los
padres, los campamentos, retiros, jornadas... Los niños han de ver que los
padres son los que dan ejemplo y lideran el proceso.
Las 3 cosas que sí funcionan para que los padres transmitan su fe
1. Hay que querer realmente transmitir la fe: ha de ser prioritario
"Tiene que ser una prioridad en sus vidas [de los padres], tienen que
hacer que su vida sea el modelo que desearían que su hijo abrace",
advierte el sociólogo.
2. Deben hablar con sus hijos de fe, durante la semana
"Es absolutamente esencial que los padres hablen con sus hijos de
religión, no sólo una vez a la semana, sino regularmente, durante la semana.
Hablar o no hablar con los hijos de asuntos religiosos entre semana es uno de
los mecanismos más poderosos para la transmisión religiosa a los niños. Cuando
los padres nunca, o rara vez, hablan de la religión en términos personales, eso
da un fuerte mensaje a sus hijos de que en realidad no es algo
importante".
3. Es eficaz mostrar a la vez cariño y firme autoridad
No funcionan bien los padres no implicados, ni los demasiado autoritarios,
ni los demasiado permisivos. Los que transmiten bien la fe (y otros valores)
son los que expresan cariño y conexión con los chavales, a la vez que piden
altos estándares y son exigentes con los chicos. Dejan espacio a los chicos
para que vayan trabajando su propia visión y valores.
P. J. Ginés
Fuente: Religión en Libertad