Cada día está acompañado de sus retos y alegrías. Sin embargo, existe una hora que puede cambiar tu vida y ayudarte a alcanzar tu mejor versión
![]() |
Antonio Guillem | Shutterstock |
Al caer la noche, nuestro cuerpo
comienza a prepararse para descansar; de tal forma que podemos crear hábitos
que nos ayuden a descansar plenamente y prepararnos para iniciar con propósito
el día siguiente.
San Ignacio de Loyola compartió
un ejercicio que ayuda a que seamos conscientes de nuestra vida interior y así
forjemos nuestro carácter, y con ello, crezcamos en virtud, poniendo en
práctica lo que nombró como: Examen de Conciencia Diario, también conocido por
algunos como «El Balance del Amor».
San Ignacio asegura que este
momento debe ser «el cuarto de hora más importante del día».
Dedicar estos minutos al
anochecer es una gran herramienta que no puede faltar antes de irnos a la cama,
pues en muchas ocasiones preferimos pasar tiempo en nuestro smartphone, ya
sea viendo tiktoks o respondiendo mensajes, sin dedicar un espacio de
concentración antes de cerrar nuestros ojos.
Hacer el «Balance del Amor»
consiste en reflexionar cuánto amamos durante ese día, aplicando estos
sencillos pasos que nos ofrece este santo jesuita:
1. AGRADECE POR EL DÍA VIVIDO
Desde lo que aprendiste, hasta lo
que recibiste; incluso agradece por los retos que te hicieron crecer y
superarte.
En este punto también es bueno
tener una pequeña gratificación con nosotros mismos cuando logramos alcanzar
alguno de los objetivos por los cuales hemos trabajado.
2. REPASA TU DÍA
Desde que amaneciste, hasta
llegar al anochecer, trayendo a tu mente y corazón lo bueno y lo malo. Aquí
puedes preguntarte:
-¿Cómo traté a mi familia, amigos
o compañeros hoy?
– ¿Alcancé mis propósitos del
día?
– ¿En qué situaciones fallé o no
actué de forma correcta?
3. PERDONA
Después de haber sido consciente
de cómo estuvo tu día, perdónate a ti mismo por las veces en las que quizás no
cumpliste tus metas o sentiste que caíste y necesitas empezar de nuevo.
Perdonando también a aquellos que quizá te hicieron pasar algún momento
desagradable.
4. FÍJATE UN PROPÓSITO PARA EL DÍA SIGUIENTE
Es decir, ¿qué harás mañana para
mejorar aquello en lo que fallaste hoy? Pues dice el P. Tomás Morales que
«nunca hay que cansarse de estar empezando siempre».
Beneficios
La maestra Tere García Barba,
laica consagrada en la Cruzada-Milicia de Santa
María, quien realiza diariamente este acto de reflexión, contó para Aleteia
algunos de los beneficios que el Examen Diario ha traído a su vida:
«Hacer diariamente el balance del
amor antes de dormir, para mí, es fuente de paz y de mayor unión con Dios al
poder caer en cuenta de todos los beneficios que Él me regala cada día y
agradecerle por todos ellos.
Además, es un impulso al ver que,
poco a poco, su gracia me va ayudando a ser mejor, y sobre todo me permite
identificar en qué voy teniendo mayor debilidad, pedir a Jesús su ayuda y
proponerme, cara a Él y con su gracia, mejorar en algo concreto al día siguiente».
No olvides que cada día es una
gran oportunidad para seguir conociendo nuestras virtudes y defectos
predominantes de la mano de Dios, para que así podamos aspirar a ser la mejor
versión de nosotros mismos.
Karen Hutch
Fuente: Aleteia