La Biblia manda no adorar ni hacerse estatuas de dioses extraños, por eso hay quien entra en conflicto frente a las imágenes de los santos. ¿Qué hacer?
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| Renata Sedmakova | Shutterstock |
Un tema
bastante controversial y muy antiguo, incluso tratado en concilios, es el de
las imágenes de los santos que los católicos tienen en sus iglesias y en sus
casas, porque los hermanos de otras confesiones religiosas acuden a la sagrada
Escritura para combatirlos, alegando que el Antiguo Testamento manda no hacer
ídolos y que por eso incurren en una desobediencia a la voluntad divina.
A pesar de que
es un asunto muy estudiado, una gran cantidad de católicos desconoce el sentido
verdadero de mantener un culto especial por los santos, que nada tiene de
pecaminoso ni de contrario con la fe y las enseñanzas de Jesucristo.
¿Están
prohibidas las imágenes?
Para comenzar,
hay que leer claramente lo que prohíbe Dios en el libro del Deutronomio del
Antiguo Testamento:
«No tendrás
otros dioses delante de mí. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de
lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en
las aguas. No te postrarás ante ellas ni les rendirás culto, porque yo soy el
Señor, tu Dios, un Dios celoso» (Dt 5, 7-9).
Como puede
leerse, la instrucción es clara: no hacerse dioses, por lo que las esculturas e
imágenes que están prohibidas son las que suplantan a Dios. Y nos damos cuenta
de que no están prohibidas, ya que el mismo Dios le ordena a Moisés hacer una
serpiente de bronce (Números 21, 8) y dos querubines de oro para que
custodien el Arca de la Alianza (Éxodo
25, 18), que, es obvio, nadie pensaba que fueran dioses.
El culto a los
santos
Ahora, para
tranquilidad de quienes tienen dudas, comentaremos que hay diferencias
importantes en la manera de rendir culto, si se trata de Dios, de los ángeles y
santos y uno muy especial a la santísima Virgen María. Veamos qué dice el diccionario sobre estos términos:
«Dulía:
Palabra que probablemente procede de la griega doulos que significa
‘siervo’ y designa al culto que la Iglesia tributa a los Santos y a los
ángeles».
«Latría:
tributado a Dios, por su misma naturaleza, dado que mientras que este último es
un culto de adoración, el referido a los Santos es de veneración. Solo se adora
a Dios, a los Santos y a los beatos se les venera».
El diccionario
precisa que el culto se refiere a sus personas y no a sus imágenes, aunque se
manifieste a través de ellas. Esta es una observación muy conveniente, pues de
aquí proviene la controversia más arraigada.
«Hiperdulía:
Un caso especial es el culto tributado a la Virgen María que recibe el nombre
de hiperdulía o a su esposo San José, que se denomina protodulía». Se entiende
entonces que la adoración como se da a Dios, no se da a ninguna creatura.
Las imágenes
nos ayudan a orar
Con lo
expuesto anteriormente, concluimos que los católicos no ofenden a Dios cuando
tienen alguna imagen en sus casas e iglesias, por el contrario, agrada a Dios
el reconocimiento dado a los santos, quienes son muy cercanos a Él y pueden
allanarnos el camino para conseguir algún favor, a veces de manera rápida, porque
ruegan a Dios por nosotros.
Además, una
imagen nos ayuda a centrar nuestra atención en la realidad del cielo, la que no
vemos aun, pero que tenemos por seguro que existe gracias a que los santos ya
viven allá. Por eso, es muy recomendable recordarlos y pedirles que nos
acompañen durante el tiempo que nos quede de vida, para ser también merecedores
de la eternidad junto a ellos, en la presencia de Dios, nuestro Señor.
Mónica Muñoz
Fuente:
Aleteia






