La
oración es fácil y difícil a la vez. Es fácil porque es Dios el que toma la
iniciativa y a nosotros solo nos toca responder
La
oración a veces puede un trabajo muy difícil si no se sabe por dónde comenzar;
pero hay algo que te confieso: la oración es muy liberadora.
Encuentro
la oración una tarea difícil, muy difícil, no solo para el que comienza este
reto sino para los que llevamos tiempo y sufrimos de algún tipo de bloqueo
emocional que no nos deja expresarnos como queremos.
A
veces encontrarás cientos de cosas compitiendo por tu tiempo y tu atención en
tu mente, cosas que te impiden siquiera intentar rezar o cosas que intentan
distraerte mientras quieres hacerlo, y la tarea de comunicarte con Dios puede
resultar algo frustrante.






