“No somos una escuela, somos un camino espiritual”, dijo Andrea Barvi, exestudiante y subdirectora del Grupo Allievi
En
el Vaticano, existe un grupo de jóvenes entre 15 y 18 años que voluntariamente
decidieron comprometerse, por tres años, a despertar a las 6:30 a.m. cada
domingo para orar y estudiar en la casa del Papa Francisco.
“La
disposición de los muchachos a venir en primer lugar es un signo de cierta
disposición interior para seguir un camino de fe”, aseguró Mons. Joseph Murphy,
asistente espiritual de la asociación Grupo Allievi.
Esta
asociación se fundó en el 2010 y pertenece a la Asociación de los Santos Pedro
y Pablo, que fue constituida por el Papa Pablo VI en 1971 después de la
disolución de los cuerpos armados pontificios, entre estos la Guardia de Honor
Palatina.
El
Grupo Allievi, que está ubicado en el Palacio Apostólico, responde directamente
al Secretario de Estado y está destinada a servir y “dar vida” a los jóvenes.
“Esta
es un nuevo emprendimiento para el Vaticano”, dijo Mons. Murphy.
El
Grupo Allievi, único dentro del Vaticano, ofrece una formación integral después
de la confirmación. Su misión es educar a los jóvenes, asegurar su formación
espiritual, intelectual y humana; y cultivar el servicio en su vida cotidiana
con la oportunidad única de servir al Papa y la Sede Apostólica.
“No
somos una escuela, somos un camino espiritual”, dijo Andrea Barvi, exestudiante
y subdirectora del Grupo Allievi.
Todos
los domingos, los jóvenes acuden a la Misa de las 9:00
a.m. en la capilla de la asociación. Luego tienen dos horas de clases
relacionadas con la formación religiosa, el servicio litúrgico y la formación
cultural.
“Estoy
sorprendido de ver la peregrinación de hombres de mi edad al Vaticano, y ver
esta fe en ellos”, dijo Lorenzo Fantori, de 19 años, estudiante de segundo año.
El
grupo da igual importancia y tiempo a la catequesis, deportes,
excursiones culturales y lo más importante, al servicio. Este último es el
primer y principal paso para que los jóvenes aprendan su valor en la vida,
acercándose a los necesitados.
“No
enseñamos una clase, enseñamos cómo puedes vivir tu vida, con nuestro primer
ejemplo, Jesucristo”, dijo Barvi.
También,
se da gran importancia al servicio en el altar, porque prepara a los jóvenes a
comprender el significado de la Misa cuando son llamados a acolitar en las Misas
papales y ceremonias junto al Santo Padre.
Después
de los tres años de entrenamiento, los estudiantes prestan un juramento de
servicio al Pontífice e ingresan como miembros completos de la asociación.
Además,
inspirados por su patrono, el Beato Pier Giorgio Frassati, el Grupo Allievi
sale del Vaticano un domingo por mes para recorrer las montañas, ver nuevos
lugares y compartir otros caminos espirituales, incluyendo a los benedictinos y
franciscanos.
Pero
no solo la oración los acerca, también a través del deporte encuentran
camaradería. Desde el 2016 el grupo entrena cada semana para representar al
Vaticano en la asociación atlética gaélica a través de Europa.
“Yo
diría que tres cosas me cambiaron como un hombre de este grupo. En primer
lugar, encontré la esperanza de compartir con otros chicos de mi edad sirviendo
con gran carisma. En segundo lugar, servir al Papa ha sido una experiencia
fuerte. Y tercero, estudiando el Catecismo porque
ha ampliado mi horizonte”, expresó Fantori.
Traducido
y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en el National
Catholic Register.
Fuente:
ACI