Se quedaron en el festival
por cerca de cinco horas el sábado y otras dos horas el domingo
¿Una
buena forma de evangelizar a muchos jóvenes a la vez? Colocarte a la entrada de
un famoso festival musical con un cartel, algunos regalos y una sonrisa.
Eso
es lo que el P. David Jenuwine hizo el último fin de semana de mayo, en
BottleRock Napa, un festival musical de tres días, con alrededor de 30 mil
asistentes.
En
su cartel se podía leer simplemente: “Sacerdote católico. Bendiciones,
oraciones, confesiones, respuestas”.
El
P. Jenuwine, vicario parroquial en la parroquia San Apolinar en Napa, estado de
California, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–, que estaba buscando
formas creativas de acercarse a los jóvenes, cuando se enteró del festival.
El
sacerdote dijo que se inspiró en una charla sobre evangelización que dio el P.
Mitch Pacwa, de EWTN, algunas semanas atrás.
“Mi
ministerio juvenil dijo que bueno, BottleRock es este fin de semana, pero es un
caos”, dijo.
“Y
yo dije, bien, ¡hagámoslo!”.
El
P. Jenuwine se ubicó a un lado del festival, mientras que su equipo de
Evangelización en las Calles San Pablo acampó del otro lado. Ellos rezaron por
20 minutos ante el Santísimo Sacramento antes de salir a las calles, “pidiendo
por las gracias que necesitamos y para entrar en la zona”, dijo el sacerdote.
Además
de las oraciones y las respuestas, ofrecieron rosarios, tarjetas de oración y
medallas.
“Esa
primera noche regalamos todos los rosarios, todas las tarjetas de oración,
todas las medallas milagrosas que teníamos, pero ciertamente encontramos más,
así que fuimos otra vez el domingo”, dijo el P. Jenuwine.
Se
quedaron en el festival por cerca de cinco horas el sábado y otras dos horas el
domingo.
Las
respuestas fueron diversas, dijo el sacerdote.
“La
mayoría del tiempo hice contacto visual con personas y dije ‘Hola, ¿cómo
estás?’”, recordó el sacerdote. “Y algunos estaban como ‘¿es él realmente un
sacerdote?’”.
Otros
lo saludaron amablemente: “¡Hola Padre! Qué bueno verlo por aquí”.
Algunos
fueron más escépticos. Cuando un miembro del equipo San Pablo le entregó el rosario, el que lo recibió
preguntó “¿esto viene con una charla?”.
“Hubo
un chico que dijo ‘¿para qué están trayendo esto aquí?’”, recordó.
“Y
yo dije ‘estamos aquí para decirte que Dios te ama’. Y él dijo ‘yo ya sé eso’.
Así que le dije ‘¡bien por ti! Eres uno de los pocos’”.
Otros
trataron de evitarlo sacando sus teléfonos y fingiendo estar ocupados.
“Pero
aun así, si estaban ignorándonos a propósito entonces hicimos un impacto,
porque sabían que estábamos ahí”, dijo el sacerdote.
También
hubo algunos que obtuvieron bendiciones el sábado y que volvieron por otras el
domingo.
“Había
algunas personas saliendo de su Uber y dijeron ‘oye, ¡él está aquí todavía! ¿Padre,
nos puede dar una bendición?’”.
“Incluso
escuché un par de confesiones”, dijo, aunque a quienes confesó eran personas
que ya conocía.
Uno
de los miembros de su equipo le tomó una foto junto al cartel en la calle, y el
P. Jenuwine lo publicó en Facebook. La fotografía, publicada también en el
sitio web Reddit, se convirtió en tendencia.
El
P. Jenuwine y su equipo buscan repetir la experiencia de evangelización, pues
“creo que hicimos un pequeño chapoteo” y “en un sentido, esto de alguna forma
comenzó algo para nosotros”.
El
sacerdote destacó que se sorprendieron por “cuán fácil fue”.
“Creo
que a menudo nos quedamos atados en la planificación, planificación,
planificación. Pero cuando el Espíritu se mueve, ¡ve con Él. Sin excusas”,
señaló.
Por Mary Rezac
Fuente:
ACI Prensa