Francisco
invitó a los colombianos formar una sociedad de esperanza, amor y
reconciliación desde la justicia, desde la inclusión de los más pobres, y un
proyecto de país no sólo hecho por algunos “pura sangre”
“Los animo a
poner la mirada en todos aquellos que hoy son excluidos y marginados por la
sociedad, aquellos que no cuentan para la mayoría y son postergados y
arrinconados. Todos somos necesarios para crear y formar la sociedad. Esta no
se hace sólo con algunos de «pura sangre», sino con todos”.
Lo dijo el Papa
Francisco en su segundo día en Bogotá en el marco de su viaje apostólico a
Colombia este jueves 7 de septiembre de 2017 en el encuentro con las
autoridades en la Plaza Presidencial de Bogotá y la visita de cortesía al
presidente de la República de Colombia.
“Y aquí radica
la grandeza y belleza de un país, en que todos tienen cabida y todos son
importantes. Como estos chicos que con su espontaneidad han hecho más humana
esta ceremonia”, manifestó señalando a los chicos del coro que le
rodearon apenas lo vieron.
Francisco
recordó el lema del país: «Libertad y Orden». En estas dos palabras se
encierra toda una enseñanza. Los ciudadanos deben ser valorados en su libertad
y protegidos por un orden estable.
“No es la ley
del más fuerte, sino la fuerza de la ley, la que es aprobada por todos, quien
rige la convivencia pacífica”.
“Se necesitan
leyes justas que puedan garantizar esa armonía y ayudar a superar los
conflictos que han desgarrado esta Nación por décadas”.
Las leyes para
todos para “ordenar la sociedad”, pero también para “resolver
las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia”.
“Sólo así se
sana de una enfermedad que vuelve frágil e indigna a la sociedad y la deja
siempre a las puertas de nuevas crisis. No olvidemos que la inequidad es la
raíz de los males sociales (cf. ibíd., 202)”.
En esta
perspectiva, animó a los colombianos y sus autoridades “a poner la mirada en
todos aquellos que hoy son excluidos y marginados por la sociedad, aquellos que
no cuentan para la mayoría y son postergados y arrinconados”.
“Y, por
favor, les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los
ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor y
sus manos suplicantes. En ellos se aprenden verdaderas lecciones de vida,
de humanidad, de dignidad”, sostuvo antes de terminar.
El Papa citó
al Nobel Gabriel García Márquez para que la vida gane sobre
todas las circunstancias. “Trabajar por una «una nueva y arrasadora utopía de
la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de
veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad”. (Discurso de
aceptación del premio Nobel, 1982).
El Pontífice se
despidió asegurando que tiene en su corazón a todos los colombianos y en su
oración. “Rezo por ustedes, por el presente y por el futuro de
Colombia”.
Fiesta en Bogotá
El Papa Francisco dejó esta mañana la
Nunciatura Apostólica donde dormirá en sus cuatro días en Colombia. Un río de
gente por las calles lo saludó y ánimo a cada paso del papamóvil.
El presidente de la República,
Juan Manuel Santos, recibió al Papa en la Plaza de Armas de la “Casa
de Nariño”. Se trata de una visita estricta al protocolo.
No política. En cada país el Sumo Pontífice saluda al presidente del país en
calidad de Jefe de Estado del Vaticano.
El recibimiento fue imponente
entre honores militares, el himno y un breve concierto con una orquesta
sinfónica. El solista cantaba a la paz.
Mientras que el Papa caminaba
por el tapete rojo una niña se dirigió a él para saludarle con espontaneidad,
así como la seguridad fue sorprendida por un hombre que se arrodilló ante el
Papa para luego exultar.
Los niños del coro con pañuelos
blancos animaron la ceremonia y rompieron filas para rodear a Francisco
emocionados.
Los primeros en saludar fueron a
los infantes en sillas de ruedas y enfermos. Un chico con síndrome de down se
robó el show con su abrazo al obispo vestido de blanco.
En la Plaza de Armas encontró a
las autoridades políticas y religiosas, el Cuerpo Diplomático, empresarios y representantes
de la sociedad civil y de la cultura.
El Papa hizo su entrada al
Palacio Presidencial y realizó un discurso de unidad para nación donde la base
sean los históricamente excluidos. En el contexto de un país con más de
7.500.000 de víctimas del conflicto armado y más de 50 años de guerra.
Francisco
no mencionó en ningún momento a los grupos armados o la desmovilizada,
recientemente, Farc. Sin embargo, confirmó que el trabajo por la paz está
siempre abierto. “Una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de
todos”.
El Papa que trae fe
A continuación, otros puntos del primer
discurso del Papa a las autoridades de Colombia.
El
Papa destacó que visita la Nación en un “momento particularmente importante de
su historia”.
La fe es el primer punto remarcado
por el Papa: “Vengo a Colombia siguiendo la
huella de mis predecesores, el beato Pablo VI y san Juan Pablo II y,
como a ellos, me mueve el deseo de compartir con mis hermanos colombianos el
don de la fe”.
Igualmente la esperanza que
palpita en el corazón de todos. Sólo así, con fe y esperanza, se pueden superar
las numerosas dificultades del camino y construir un País que sea Patria y casa
para todos los colombianos.
Colombia bendecida por Dios
El papa Francisco animó a los colombianos a
ver a su nación como “bendecida de muchísimas maneras; “la naturaleza
pródiga” e invitó a respetar por su gran “biodiversidad”, el segundo al mundo,
reiteró.
“Qué bueno ha
sido el Señor (cf. Sal 33, 9)
al regalarles tan inmensa variedad de flora y fauna en sus selvas lluviosas, en
sus páramos”, dijo.
Recordó antes
las autoridades públicas la olvidada región de Chocó, “los farallones de Cali o
las sierras como las de la Macarena”, entre otros lugares. “Igual de
exuberante es su cultura; y lo más importante”,
El tesoro de Colombia: Su gente
Francisco ha sido recibido con tanta
calidez en las calles y en las 36 horas que lleva en el país. Así manifestó que
“Colombia es rica por la calidad humana de
sus gentes, hombres y mujeres de espíritu acogedor y bondadoso; personas
con tesón y valentía para sobreponerse a los obstáculos”.
El Pontífice
subrayó su “aprecio por los esfuerzos que se hacen, a lo largo de las
últimas décadas, para poner fin a la violencia armada y encontrar caminos de
reconciliación”.
La esperanza
la puso igualmente en los pasos dados por la nación y que hacen crecer “en
la convicción de que la búsqueda de la paz”.
“Trabajo que
nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a
pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques”, aseguró.
Persistió en
la cultura del encuentro que “exige colocar en el centro de toda acción
política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el
respeto por el bien común”.
El mensaje es
por un país que sane sus heridas para que la cultura del encuentro sea un “esfuerzo” que “nos haga huir de toda
tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo particulares y a corto
plazo”.
“Cuanto
más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento, más empeño
hemos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes,
en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 67).
En la diversidad está la riqueza
“Pienso en aquel primer viaje de san Pedro
Claver desde Cartagena hasta Bogotá surcando el Magdalena: su asombro es el
nuestro. Ayer y hoy, posamos la
mirada en las diversas etnias y los habitantes de las zonas más lejanas, los
campesinos”.
Francisco
remarcó la opción por los más “los más débiles, en los que son explotados y
maltratados, aquellos que no tienen voz porque se les ha privado de ella o no
se les ha dado, o no se les reconoce”.
La mujer colombiana y la familia
También “detenemos la mirada en la mujer,
su aporte, su talento, su ser «madre» en las múltiples tareas. Colombia
necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza”.
“La Iglesia,
en fidelidad a su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien
de todos”, dijo.
Los valores
del evangelio muy presentes en Colombia aseguró servirán para defender la vida
y la “construcción de una sociedad libre de violencia”.
“Además, no
podemos dejar de destacar la importancia social de la familia, soñada por Dios
como el fruto del amor de los esposos, «lugar donde se aprende a convivir en la
diferencia y a pertenecer a otros» (ibíd.,
66)”
Escuchar a los pobres: No más Cien años de soledad
“Es mucho el tiempo pasado en el odio y la
venganza… La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y
huele a cien años; no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o
anule ni una vida más”.
Y quise venir
hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos
acompañarlos en este paso; este viaje quiere ser un aliciente para ustedes, un
aporte que en algo allane el camino hacia la reconciliación y la paz”,
concluyó.
Santos: “Por más de medio
siglo nos resignamos a la venganza”
“Le damos la bienvenida no sólo en nombre
de 49 millones de personas, sino también como uno más y desde el fondo de mi
corazón inspirado en sus palabras y en su ejemplo”, sostuvo el mandatario
colombiano.
Gracias por
venirnos a acompañar en un momento único para el país y para venirnos a
confirmar en la fe y en el amor”, dijo el presidente a Francisco.
El jefe de
Estado realizó un discurso dirigido a remarcar el perdón y el acompañamiento
del Sucesor de Pedro en dar ‘el primer paso’ hacía la reconciliación.
Así, nombró
el acuerdo con las Farc, con el cual la guerrilla más beligerante y antigua de
América Latina ha depuesto las armas. “Necesitamos vencer los odios con la
fuerza del amor”. Renovar actitudes de encuentro: “Memoria, coraje y
esperanza”, remarcó. “Bienvenido caminante de la paz”, concluyó. Para
luego estrechar la mano del Papa.
Ary Waldir
Ramos Díaz
Fuente: Aleteia