El joven Dylan Askin dejó atónitos a los médicos
con su recuperación en el fin de semana más santo
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En 2016, los padres de Dylan Askin
recibieron noticias de que su hijo de tres años, que estaba en coma después de
contraer una rara forma de cáncer de pulmón, no iba a sobrevivir. Los médicos
les aconsejaron desconectar su apoyo vital y despedirse: era Viernes Santo.
Sus padres
hablaron de su agónica decisión en The
Telegraph: “Está tan unido a sus hermanos que era
una decisión muy dura, pero los médicos dijeron que sus órganos estaban
fallando y que no podían hacer nada”.
El Sábado Santo, sus padres lo bautizaron
pero, cuando se preparaban para desconectar la máquina, se percataron de que el niño se
contoneaba: un indicio de que todavía había actividad cerebral.
Un
especialista confirmó rápidamente que, en efecto, sus órganos no estaban
fallando. La pareja se sentó junto a la cama de su hijo durante todo el fin de
semana de Pascua, viendo cómo ganaba fuerzas.
A medida que
pasaba el tiempo, Dylan se recuperaba más, hasta que el Domingo de Pascua los
médicos confirmaron que estaba estable. En palabras de Kerry, madre de Dylan,
citadas en News.Com.Au: “Tenía la fuerte creencia de que Dylan
era nuestro milagro de Pascua”.
Kerry explicó
también que su hijo mayor, de seis años, Bryce, pensó al principio que su
hermano “no iba a volver”, dijo: “Ah, entonces es como Jesús”. A lo que Kerry
respondió: “No, te equivocas. Acaba de volver de entre los muertos”.
Dylan
consiguió librarse del soporte vital y empezó a respirar por sí mismo solamente
una semana después, en el aniversario de boda de sus padres.
Sin embargo,
la historia de Dylan es aún más increíble cuando se tiene en cuenta que la
enfermedad del niño se manifestó por primera vez el día anterior a la Navidad,
cuando se colapsaron sus pulmones.
Después de
análisis y meses de enfermedad y estudio, el niño fue diagnosticado
histiocitosis pulmonar de células Langerhans, una forma de cáncer que
afecta solamente a 1 de cada 125 millones de niños de tres años.
Visto que
Dylan parece haber desafiado todos los pronósticos y “haber vuelto de entre los
muertos”, sus padres compartieron lo traumático de los acontecimientos: “Fue un
sentimiento terrible cuando tuvimos que despedirnos. E incluso cuando se
recuperó los sentimientos eran encontrados: me sentía culpable por haber accedido a
desconectar la máquina”.
Sin embargo,
dos años después de su pequeño milagro de Pascua, Dylan está totalmente
recuperado y, según informa el Daily
Mail, la familia participa activamente en CLIC Sargent, una organización
benéfica contra el cáncer que ayuda a jóvenes a vender huevos de Pascua para recaudar
fondos.
Cerith Gardiner
Fuente:
Aleteia