En
un discurso ante los participantes en el encuentro “Educar y Transformar”,
promovido por a Fundación Gravissimum Educationis, el Papa Francisco hizo un
llamado a la comunidad educativa católica a “globalizar la esperanza”
El Papa Francisco. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
“Sólo
cambiando la educación se puede cambiar el mundo”, aseguró el Santo Padre.
“Para hacer esto quisiera proponeros algunas sugerencias”.
1-
“En primer lugar, ‘hacer red’. Hacer red significa reunir las instituciones
escolares y universitarias para potenciar la iniciativa educativa y de
investigación, enriqueciéndose de los puntos de fuerza de cada uno para ser más
eficaces a nivel intelectual y cultural”.
Además,
“hacer red también significa poner en común los saberes, las ciencias y las
disciplinas para afrontar los desafíos complejos con la inter-disciplina y la
trans-disciplina”.
Por
otro lado, “hacer red significa crear lugares de encuentro y de diálogo en el
interior de las instituciones educativas y promoverlas a los de fuera, con
ciudadanos provenientes de otras culturas, de otras tradiciones, de religiones
diferentes, para que el humanismo cristiano contemple la condición universal de
la humanidad de hoy”.
Por
último, el Papa señaló que “hacer red significa también hacer de la escuela una
comunidad educadora en la cual los docentes y los estudiantes no estén
vinculados únicamente por el plano didáctico, sino también por un programa de
vida y de experiencia capaz de educar a la reciprocidad entre generaciones
diferentes”.
2-
En segundo lugar, el Pontífice afirmó que la educación también está llamada “a
no dejarse robar la esperanza”.
“Estamos
llamados a no perder la esperanza porque debemos dar esperanza al mundo global
de hoy. ‘Globalizar la esperanza’ y ‘sostener las esperanzas de la
globalización’ son compromisos fundamentales de la misión de la educación
católica”.
En
este sentido, indicó que “una globalización sin esperanza y sin visión está
expuesta al condicionamiento de los intereses económicos, con frecuencia
distantes de una correcta concepción del bien común, y produce fácilmente
tensiones sociales, conflictos económicos, abusos de poder”.
“Debemos
dar un alma al mundo global por medio de una formación intelectual y moral que
sepa favorecer las cosas buenas que tiene la globalización y corregir las
negativas”.
3-
A continuación, Francisco detalló tres criterios esenciales para que proyectos
educativos sean eficaces: identidad, calidad y bien común.
“La
identidad exige coherencia y continuidad con la misión de las escuelas, de la
universidad y de los centros de investigación nacidos, promovidos y acompañados
por la Iglesia y abiertos a todos. Dichos valores son fundamentales para
insertarse en el camino trazado por la civilización cristiana y la misión
evangelizadora de la Iglesia”.
Por
otra parte, “la calidad es el faro seguro para iluminar toda iniciativa de
estudio, de investigación y de educación”.
Por
último, “no puede faltar el objetivo del bien común. El bien común es de
difícil definición en nuestras sociedades marcadas por la convivencia de
ciudadanos, grupos y pueblos de culturas, tradiciones y creencias diferentes.
Es necesario ampliar los horizontes del bien común, educar a todos en la
pertenencia a la familia humana”.
Fuente:
ACI Prensa