El Papa besó la mano a sacerdote misionero de
95 años en Marruecos
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FADEL SENNA / AFP |
En la catedral de Rabat,
el Pontífice ha tenido un emotivo encuentro con los pastores de un rebaño que
es minoría en el país: “Jesús no nos ha elegido y enviado para que seamos los
más numerosos”.
“Somos cristianos porque hemos sido amados
y encontrados, y no gracias al proselitismo. Ser cristianos es reconocerse
perdonados y enviados a actuar del mismo modo que Dios ha obrado con nosotros,
porque en esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a
otros (Jn 13,35)”, dijo el papa Francisco a los pastores de un rebaño, minoría
en Marruecos, este domingo 31 de marzo en la Catedral de Rabat.
Antes de su sentido discurso
ante el clero, las religiosas, los religiosos y el Consejo Mundial de Iglesias,
Francisco ha tenido un gesto de respeto y humildad hacia un anciano sacerdote
misionero de 95 años.
Francisco le besó la mano a padre
Jean Pierre Schumacher, cisterciense, que
sobrevivió a la matanza de 1996 en el monasterio de Tibhirine en el Atlas
argelino. A su vez, el anciano sacerdote le besó la mano al Papa, al contrario
de la polémica desatada en Loreto, el pasado lunes (25 marzo),
cuando papa Bergoglio no quiso dejarse besar la mano para “evitar riesgos de contagios”
entre numerosos los fieles que cumplían ese gesto de reverencia ese día.
Francisco saludó afectuosamente
a padre Schumacher que reside junto con otros cinco religiosos en un monasterio
de la ciudad marroquí de Midelt.
Han transcurrido casi 25 años
desde que el padre Jean Pierre y otro religioso ya fallecido lograron
esconderse cuando, en el contexto de la Guerra Civil argelina, un grupo armado
accedió al monasterio de Tibhirine y secuestró a siete de sus compañeros, que
murieron asesinados dos meses después.
Tras de un momento de oración en silencio
ante el Santísimo Sacramento, presentado por los breves testimonios y saludos
de un sacerdote y un religioso, el papa Francisco pronunció un discurso que
impulsó el dialogo y el testimonio.
Asimismo,
agradeció por la misión y vida de padre Germain, sor Mary y la hermana Ersilia,
una anciana religiosa de 97 años que mencionó en representación de aquellos que
por motivos de edad, quebrantos de salud, no pudieron estar presentes en el
evento.
También
saludó al Consejo Ecuménico de las
Iglesias, que manifiesta visiblemente la comunión que se vive aquí en
Marruecos entre cristianos de diversas confesiones, en el camino de la unidad.
Los
cristianos son un grupo pequeño en este país, en efecto, son cerca de 35.000
personas, según datos del Vaticano de 2017. Algo que no es un problema,
comentó, aunque reconoció que “a veces la vida pueda resultar difícil para
algunos”.
Cristianos
tienen una misión en la sociedad
“Jesús no nos ha elegido y enviado para que
seamos los más numerosos”, expresó. Indicó que los cristianos están llamados
para una misión en sociedad: ser la pequeña “levadura de las bienaventuranzas y
el amor
fraterno”.
“Suscitar transformación, estupor y compasión”,
exhortó el Papa a los pocos bautizados, sacerdotes, consagrados que viven y
sirven en el país donde el 98% de la población abraza el Islam.
Misión que no está determinada por “el número o la cantidad de espacios que se
ocupan”.
Discípulos de
Jesús entre aquellos “con quienes compartimos lo cotidiano, las alegrías, los
dolores, los sufrimientos y las esperanzas”.
Misión no
proselitismo, pidió. Pues
indicó que el proselitismo “lleva siempre a un callejón sin salida” y recordó a
Benedicto XVI.
Por tanto,
aseguró, “el problema no es ser pocos, sino ser insignificantes, convertirse en
una sal que ya no tiene sabor de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina (cf.
Mt 5,13-15)”.
Ser auténticos cristianos
Ser cristianos significativos,
explicó, no significa ocupar todos los espacios y ser la masa. “Ustedes
saben bien que la vida se juega en la capacidad que tengamos de ser fermento allí
donde nos encontremos y con quien nos encontremos”, dijo.
El cristiano,
argumentó, no es aquel que “se adhiere a una doctrina, a un templo o a
un grupo étnico. Ser cristiano es un encuentro”.
Entonces, reconocerse perdonados, y enviados a actuar, amarse unos a otros (Jn
13,35), invitó.
Diálogo no es una moda
Francisco consciente del contexto de la minoría
cristiana en Marruecos, citó al Papa san Pablo VI: “La Iglesia
debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace
palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio”.
Entretanto,
aseguró que el diálogo “no depende de una moda, menos aún de una estrategia
para que aumente el número de sus miembros”.
“Si la
Iglesia debe entablar un diálogo es por fidelidad a su Señor y Maestro que,
desde el comienzo, movido por el amor, ha querido dialogar como amigo e
invitarnos a participar de su amistad”.
“Así, como
discípulos de Jesucristo estamos llamados, desde el día de nuestro Bautismo, a
formar parte de este diálogo de salvación y de amistad, del que somos los
primeros beneficiarios”, agregó.
En estas
tierras, un diálogo, sostuvo, que los cristianos están
llamados a “realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de
corazón (cf. Mt 11,29) con un amor ferviente y
desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las
personas”.
Testimonio de los hermanos
mayores
El Papa ha rememorado el testimonio de San
Francisco de Asís, “un listón alto que nos desafía y estimula”.
“Cómo no
recordar la figura de san Francisco de Asís que,
en plena cruzada, fue a encontrarse con el sultán al-Malik al-Kamil”.
Además
mencionó “al beato Carlos de Foucauld que,
profundamente impresionado por la vida humilde y escondida de Jesús en Nazaret,
a quien adoraba en silencio, quiso ser un “hermano universal”.
Así cómo los
misioneros consagrados y laicos que “han elegido ser solidarios con un pueblo
hasta dar la propia vida”.
Una iglesia
hecha de personas que dialoga con el mundo y contribuye a la “a la llegada de
la fraternidad, que tiene su fuente
profunda no en nosotros, sino en la paternidad de Dios”.
A los
consagrados en Marruecos instó a vivir el diálogo de salvación “como
intercesión por el pueblo que nos ha sido confiado”.
Francisco
contó de un sacerdote misionero que se encontraba en un país donde los
cristianos eran minoría y que rezaba con fervor especial el Padrenuestro, pues
el pueblo que le “había sido confiado, no para administrar sino para amar, lo
llevaba a rezar esta oración con un tono y un gusto especiales”.
“El
consagrado, el sacerdote, lleva a su altar con su oración la vida de sus compatriotas
y mantiene viva […]la fuerza vivificante del Espíritu”.
Por tanto,
instó a la oración que se
convierte en diálogo “en nombre de la fraternidad humana
que abraza a todos los hombres, los une y los hace iguales”.
Al citar el
documento sobre la fraternidad humana, firmado en Abu Dabi, el pasado 4 de
febrero, denunció las políticas “de integrismo y división”
y “los sistemas de ganancia insaciable”, las
“tendencias ideológicas odiosas, que manipulan las
acciones y los destinos de los hombres”.
Exhortó al
clero y a los cristianos a una “oración que no distingue, no separa, no
margina, sino que se hace eco de la vida del prójimo; oración
de intercesión que es capaz de decir al Padre: «Venga tu reino»”.
“No con la violencia,
el odio o la supremacía étnica, religiosa, económica, sino con la fuerza de la compasión derramada en la Cruz por
todos los hombres. Esta es la experiencia vivida por la mayor parte de
ustedes”.
Al final, el
Papa saludó a un grupo de niños cristianos y les regaló un rosario: “ellos son
el presente y el futuro”. Por último, ha recitado la oración mariana del
Ángelus.
Datos Iglesia en Marruecos:
Marruecos, con una población de
aproximadamente 35 millones de personas, 24 mil de los cuales son católicos,
cuenta con 4 obispos, 15 sacerdotes diocesanos, 31 religiosos, 10 religiosos no
sacerdotes y cinco entre misioneros laicos y catequistas, distribuidos en dos
circunscripciones eclesiásticas y 35 parroquias.
Los centros
de instrucción de propiedad o dirigidos por eclesiásticos o religiosos, al 31
de diciembre de 2017 suman un total de 34, mientras que son 10 los orfanatos, dos las casas para ancianos, inválidos y minusválidos, 7 los
ambulatorios y un hospital.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente:
Aleteia