Muy
pocos saben cuál su origen y por qué se llama a estos años, años bisiestos
(como el 2020)
Shutterstock | Olga Popova |
Aproximadamente
cada cuatro años, en el calendario occidental (el gregoriano) recibimos un día
adicional que se le agrega al mes de febrero.
Según
la Wikipedia, Año bisiesto es una expresión que deriva del latín “bis sextus
dies ante calendas martii”, que correspondía a un día extra intercalado entre
el 23 y el 24 de febrero. Fue propuesto por Julio César.
En
el calendario gregoriano, calendario hecho por el Papa Gregorio XIII, este día
extra se colocó al final de mes. ¿Por qué? La respuesta es eminentemente
católica: para fijar la fecha de Pascua.
Muchos bisiestos
El
reverendo James Weiss, profesor asociado de historia de la iglesia en el Boston
College, dijo a The Pilot que en 1582 el Papa Gregorio XIII “comenzó a ajustar
el calendario para llevar la celebración de la Pascua a la época del año en que
se celebró cuando fue presentada por la iglesia primitiva”.
El
calendario juliano, utilizado por el Imperio Romano y llamado así por Julio
César, había seguido el antiguo calendario egipcio y agregaba un día adicional
cada cuatro años. Sin embargo, el reverendo Weiss explicó que eso no estaba de
acuerdo con el calendario astronómico.
“Una
vez cada cuatro años resultó ser muchos años bisiestos, y con el tiempo, el año
calendario no coincidió con el año astronómico”, dijo a The Pilot, periódico de
la arquidiócesis de Boston.
Calendario gregoriano
El
papa Gregorio determinó que el calendario no estaba sincronizado con el
equinoccio de primavera en diez días. Esto fue significativo para la Iglesia
porque la fecha de Pascua fue establecida por el Concilio de Nicea en 325 como
el domingo después de la primera luna llena de primavera, y el comienzo de la primavera
se fijó como el 21 de marzo.
Sin
ese ajuste, la fecha de Pascua derivaría, finalmente, en el verano. Así, el 24
de febrero de 1582, el Papa Gregorio emitió una bula intitulada “Inter
gravissimas” en la que se dispuso a corregir el error, escribe The Pilot, en un
artículo reproducido por Catholic News Service.
“El
nuevo calendario, que se llamaría calendario gregoriano, agrega un día
adicional a febrero cada cuatro años, a menos que el año sea divisible por 100.
Esos años no tienen un año bisiesto. La excepción a esa regla es si el año es
divisible por 400. Entonces, siguiendo esta regla, 1900 no fue un año bisiesto,
sino 2000.
Gran confusión
Aunque
esto corrigió matemáticamente el problema, continuó el reverendo Weiss, existía
el problema de los diez días que estaban “fuera de sincronización”.
Los
países católicos como Italia, España y Polonia, dijo el reverendo a The Pilot,
alteraron sus calendarios durante el mes de octubre, de modo que cuando las
personas se fueron a dormir el 4 de octubre, se despertaron en lo que era el 15
de octubre.
“Para
complicar las cosas, no toda Europa siguió el calendario gregoriano”, continuó
el reverendo Weiss. “Hubo una gran confusión durante mucho tiempo con respecto
a la fecha, lo que introdujo una especie de caos en las citas europeas”.
Turquía fue el último
Durante
los siguientes 200 años, la mayoría de las naciones europeas adoptaron el
calendario gregoriano, continuó Weiss. El último país en cambiar al calendario
gregoriano fue Turquía, que finalmente adoptó el calendario en 1927.
Hoy,
la mayor parte del mundo usa el calendario gregoriano. Algunas excepciones,
como Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Afganistán todavía usan sus calendarios
tradicionales para marcar los años.
Otros,
como India, Bangladesh e Israel utilizan tanto el calendario gregoriano como el
tradicional para marcar el paso del tiempo. Pero, por la globalización
financiera –y la hegemonía de Estados Unidos—en casi todo el mundo se tiene el
año bisiesto como lo dejó planteado el papa Gregorio XIII
Con información de
Catholic News Service
Jaime
Septién
Fuente:
Aleteia